La niñez abandonada
La niñez es la auténtica edad de oro de la Humanidad. Es esa edad perdida que encontramos en las fábulas más elaboradas de los pueblos de la antigüedad en las diferentes razas y culturas. Muchos creen, que en sus relatos se encuentran los vestigios del etnocentrismo común de todos los pueblos de la Tierra, en tanto que cada uno de ellos no es más que la suma de las proyecciones de sus individuos en su forma de ser y en su quehacer. Creo, además de lo citado, que la niñez es la realidad de la fantasía de los pueblos. Y el cultivo de la inteligencia del colectivo, materia fundamental del quehacer educativo, radicará significativamente en como sean tratados los niños. Por eso, es que el futuro de una nación no es impredecible: se encuentra en el rostro de los niños. Ellos son una fotografía presente de lo que será el futuro inmediato de cada nación.
De tal manera que el desarrollo de un pueblo es medible en la forma en que su niñez es tratada. Por ser el estrato poblacional mas dependiente, la niñez se convierte en el sumidero que absorbe todo a su alrededor convertido en aprendizaje y lo que haya aprendido será vertido hacia fuera en la edad adulta como una fuente de vida que desarrolla sus talentos. De la fuerza positiva de su seguridad y sus emociones, dependerá en mucho lo asertivo del porvenir de una nación.
La niñez requiere de especial cuidado. Un cuidado que, paradójicamente, debe ser sembrado en la misma infancia. Todo el sistema educativo, de alguna manera, debe reflejar un eje transversal de respeto y cuidado del niño. Ese, no ha sido evidentemente nuestro caso. La indolencia pública que se tiene con la niñez en grado de abandono es sencillamente abismal.Nada refleja mas nuestra condición de país subdedesarrollado que ese trato indolente, que es capaz de tolerar el incremento de los niños de la calle sin inmutarse. Todo discurso por muy buena fe que podamos otorgarle, se pierde cuando se estrella contra el muro de la realidad. ¿Por qué Venezuela, que tiene un ingreso per cápita superior al de muchos países latinoamericanos, tiene una calidad de vida inferior a la de ellos? Sencillamente, porque el problema radica en que no hemos invertido todo ese dinero en lo único que lo puede reproducir y reflejar en calidad de vida: los valores de la población y el respeto para con esos valores, y en particular, el proyecto más hermoso de todos, el más trascendente por mucho a cualquier otro que se le comparase: la atención a la niñez.
Muchos ven los problemas de la sociedad como si ellos estuvieran aislados y como si solo representaran “problemas” que pueden resolverse sin atender a los demás, por cierto, una forma superficial de referirse a los “problemas” sin relacionarlos, lo cual revela evidentemente la falta de estudios y formación para encararlos. Pero el discurso “vende” la imagen del conocimiento “a cabalidad” del problema. Para ello, el problema se convierte, a través del ejercicio retórico, en la “problemática” evidenciando con ello una mayor ignorancia y desconocimiento del mismo.
El problema de la niñez abandonada en nuestro país, resulta ser el mas crucial e importante de enfrentar. Porque es la semilla de una infinidad de problemas terribles, entre los que se encuentran la inseguridad personal, al auge del delito, la violencia desatada. Porque cuando un ser humano adopta la lesión a otro como su forma de vida, es porque tuvo una infancia en donde fueron ultrajados sus derechos, su dignidad, su amor y respeto hacia la vida y hacia el ambiente. El delito, es una conducta aprendida para la condición humana, que es noble por naturaleza.
La sociedad debe siempre aspirar a ser más inteligente, a ser más humana. Su presencia históricamente se debe a la suma de beneficios que supone la reunión de voluntades y talentos de todos los ciudadanos para brindárselos unos a otros a cambio de una mejor calidad de vida, a la cual se le otorga más seguridad, mayor fortaleza y vigor. Era natural que en el tiempo, la creación del conocimiento y la democratización del saber, lograsen un estado físico e intelectual superior en la medida en que evolucionan las épocas.
Por eso es que en este contexto, una niñez abandonada es el más claro ejemplo de desidia pública que pueda existir. Es la muestra del fracaso de la función pública en todos sus órdenes. Es la muestra de la incapacidad, la ignorancia, la falta del talento de un funcionario para administrar una sociedad urbana. Cuando queramos evaluar con objetividad la labor de los funcionarios que tienen a su cargo el manejo de los espacios en las ciudades, veamos sus semáforos.En tanto veamos mas indigentes, mas mendigos, mas gentes de mal vivir generando las alcabalas humanas de la miseria en esos lugares, podemos palpar la desidia rampante que tienen estos ciudadanos que no se ocupan de problema sino que lo dejan en su inacción a la tarea de sus conciudadanos que no tienen los recursos para superar el problema. ¿Es que acaso la indigencia no tiene culpables?
Pero lo más importante, no es perder el tiempo buscando culpables.Buscando culpables, nos van a seguir aumentando los indigentes en los semáforos. Lo realmente importante es que todos los candidatos a las funciones de administrar las ciudades acudan a las notarías públicas a suscribir compromisos serios de fiel cumplimiento para que al arribar al ejercicio de sus cargos, erradiquen a los infantes e indigentes de los semáforos y los coloquen en casas hogar en donde el trabajo, el aprendizaje de artes y oficios, y el estudio para desarrollar vocaciones que no podemos descubrir en el desierto humano de una esquina donde quienes valen son los automóviles, sean , ahora sí, las alternativas para “dignificar” esa población desamparada. ¿Por qué no darse un respiro de humanidad? ¿Por qué el funcionario público no decide cambiar y se prepara para afrontar con verdadero amor y esfuerzo su función?
¿Por qué hay que esperar que la vida que germina en los semáforos, se convierta en el delincuente que le quite bienes y la vida a otras personas? ¿Hasta cuando tanta miseria, tanta desidia, tanto desamor para con la ciudad y sus habitantes?
Cuesta, cuesta mucho mantener el equilibrio de la expresión en el lenguaje, cuando debemos referirnos a un asunto que toca tan profundamente nuestras fibras como seres humanos. Pero la indiferencia con este espinoso asunto, lo que traerá consigo es la multiplicación de los males y no de los panes, que consideraríamos mas adecuada para resolverlos. De lo que se trata es de abrir escuelas taller, escuelas de artes y oficios, escuelas y educación para el trabajo, en donde los hijos de la intemperie humana puedan cambiar su destino y con él, el de una nación y una sociedad que seguirán siendo subdesarrolladas, insinceras y pobres en tanto no orienten sus esfuerzos a generar las riquezas del bienestar en toda la población sin exclusiones, sin invasiones, secuestros o apropiaciones indebidas, porque así como el dinero mal habido desangra las economías donde opera, las acciones en contra de la integridad de las personas, sus bienes y patrimonio terminan por revertirse a quienes las propician, escudándose en la patente de corso de una ideología mal entendida y peor digerida, desacreditándola en lugar de enaltecerla, generando la corrosión que el delito ocasiona para la destrucción personal y colectiva de quienes lo practican.