La necesidad de una educación para la democracia
La educación definida como el proceso mediante el cual las actuales generaciones entregan a las nuevas el numen cultural, el saber de la sociedad, debe contar con una sana administración del sistema educativo garante de que se cuenta con las mejores instituciones para causar, preservar, acopiar, reproducir e intercambiar el saber de una sociedad.
Los cultores del castro comunismo plantean convertir el sistema educativo venezolano en una escuela formadora de seres robotizados y no de demócratas. Es una educación en la cual se subyuguen los fines individuales por seudo fines colectivos que verdaderamente redundan en beneficio de las cúpulas eternizadas como gobernantes.
Una sociedad que se decide por la democracia debe preguntarse cómo tiene que concebir su educación para formar ciudadanos democráticos y promover una cultura democrática para pensar, sentir y actuar. Todo ello en un proceso de inclusión y no de exclusión en el cual estén representados todos los miembros de esa sociedad. La democracia como creación cultural es necesario enseñarla y aprenderla.
El modelo educativo que defendemos es uno en que cada quien decida qué tipo de educación quiere para sus hijos. La responsabilidad final por la educación de los niños recae únicamente en los padres quienes están en mejor posición que cualquier burócrata que tome esa decisión desde su cúpula de cristal. Todo ello bajo el necesario proceso de educar para la vida democrática.
En una democracia cada quien decide qué es lo que quiere hacer y cómo lo pretende lograr, sujeto únicamente al acatamiento que se debe al principio de que el respeto al derecho ajeno es la paz. Por este camino el individuo busca mejorar sus condiciones de vida, coopera pacífica y voluntariamente con sus semejantes, creando condiciones para que otros también se superen y mejoren sus condiciones de vida en el marco de un Estado de Derecho.
La escuela es un instrumento, no es un objetivo. El objetivo de la educación es cómo lograr una sociedad que pueda generar sabiduría más que conocimiento. La democracia es un orden que se caracteriza porque las normas son construidas o transformadas por las mismas personas que van a ser luego sus sujetos para beneficio de todos. Por ello la mejor forma de enseñarla es creando condiciones para vivirla e interpretarla.
Se vive en democracia cuando se participa en la construcción de la norma o cuando se acepta el ser representado, de manera cierta y confiable, por otro para construirla. Una escuela democrática es una escuela que forma ciudadanos. Un ciudadano es la persona que es capaz, en cooperación con otros, de construir o transformar las normas. Todo orden democrático está orientado a hacer posibles los derechos humanos de proteger la vida y a garantizar el disfrute de los bienes que la ciencia y técnica, la cultura contemporánea, nos han proporcionado. Retroceder a etapas ya superadas por la humanidad es desconocer el progreso, el bienestar y la libertad.
Solamente cuando la educación en todos los niveles o subsistemas, bien sea bajo la dependencia del Estado o de entes de carácter privado, sea de igual calidad se podrá decir que en nuestro país existe una educación para todos. La educación para la democracia debe ser un compromiso en el cual participen por igual alumnos, maestros, familia, medios de comunicación, instituciones republicanas y contribuir así a la superación de la pobreza.
Además de los subsistemas ya instalados, debe restablecerse un subsistema de Educación Técnica realmente formadora para el desarrollo, el trabajo y la producción en pertinencia con los factores inversionistas. Igualmente, se hace indispensable atender a los adultos, así como dar los pasos para lograr el objetivo de una educación permanente para todos los tramos generacionales.