Opinión Nacional

La Muerte en huelga

La discusión estaba muy encendida en el Purgatorio, resulta que La Muerte andaba alzada o como dirían los miembros de la nueva sociedad, estaba “engüarimbada”.

-¡No, no y no!, me niego a seguir haciendo caso a la mamaderita de gallo de ese señor- decía enfurecida ante una reunión con los miembros del Purgatorio.

El presidente de la sesión le exigió:
-Ese es trabajo suyo, no se puede negar, por favor levante la huelga y vaya a buscar a los muertos, que está generando un caos.

Los murmullos eran constantes, los gritos iban y venían, a cada momento llegaba un asistente y gritaba:
-¡Otro muerto en El Valle!, por favor que vaya alguien rápido, a ese le dieron 22 tiros y no se puede morir porque no hay quien lo traiga.

-Otro en el 23, otro en Las Vegas, otros dos en Barcelona, otro en Valencia, otros tres en Petare y otro más en La Silsa- iba enumerando otro de los asistentes.

El presidente del Purgatorio no tenía idea del por qué de la protesta del macabro personaje, puesto que contaba con el mejor salario de toda la comarca fúnebre, sus asistentes habían sido multiplicados debido a la cantidad de trabajo que generaban desde la recién fundada República Bolivariana, especialmente los fines de semana. No tuvo otra opción que pedir al Fiscal que imputara a La Muerte y fue llevada ante un tribunal.

-¿Qué tiene que decir a favor suyo?- preguntó el juez.

-Bueno me salvé que me despidieran, me imagino que por no aparecer en ninguna lista- respondió La Muerte.

-¿Sabe usted el daño que está causando con la huelga que ha iniciado?- hizo su segunda pregunta el juez y el esquelético personaje respondió:
-Si yo estoy conciente, pero señor juez, es que ya no aguanto más…
-¡Protesto!- intervino el abogado acusador- señor juez, el imputado no puede hacer ese tipo de alegatos, su contrato no estipula la cantidad de trabajo que tiene que hacer, no es asunto de nosotros la matazón que tienen los mortales-
-A lugar, que hable el primer testigo- ordenó el juez.

-Mi nombre es Pablito Cabrera, me estoy muriendo en uno de los hospitales de Caracas, allí me han tratado muy mal, pues la atención ha sido pésima y no hay recursos, los médicos me pidieron un montón de medicamentos, pero como siempre, no tengo dinero, después de ruletear de hospital en hospital y medio muerto, demando a La Muerte por no haber ido a buscarme, los médicos andan como locos no hayan que hace conmigo, uno creía que eso de huelgas, trancazos, paros y protestas era nada más en Venezuela, pero esta vaina es el colmo, por favor hagan algo para solucionar ese problema, yo entiendo que hay muchos muertos pero eso ya no es culpa de uno, yo no se quien me mandó a firmar contra el Presidente, si no firmo segurito no estuviera en esto-
-A ver ¿El imputado se declara culpable o inocente de lo que lo están acusando?- preguntó el juez a La Muerte, éste se lo pensó mucho y estaba algo confundido, puesto que al parecer su protesta no era por los motivos que en ese tribunal estaban exponiendo varios testigos y acusadores, y decidió defenderse:
-A mi me parece que esto es un montaje, o ustedes son brutos o se hacen los pendejos, mi reclamo no es por la cantidad de muertos que hay en determinado lugar, total ese es el trabajo que a uno le toca, yo ando arrecho es con Fidel Castro que desde hace más de diez años anda con una mamadera de gallo, siempre salgo corriendo a buscarlo porque supuestamente se murió y no se ha muerto nada, ya no me la calo más, yo renuncio, búsquense a otro, porque ahora tiene un alumnito por allí que piensa andar en la misma vaina hasta el 2031.

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