La muerte de Chávez
¿Qué se traen entre manos el G2 cubano y sus títeres, Maduro, Cabello, Jaua y compañía? ¿Qué es lo que quieren al pretender disimular la muerte de Chávez? Poco importa si ya todas las células de Chávez dejaron de respirar, o si es sólo su cerebro el que dejó de vivir, el hecho es que su deterioro físico es tal que ya no puede ejercer el poder ni nada por el estilo.
Hace unos días mi primo Reinaldo Casanova, a partir de su propia experiencia, publicó en “Facebook” un escrito en el que demostró, más allá de toda duda, que alguien que ha pasado por los traumáticos senderos que ha recorrido el cuerpo de Chávez no puede, simplemente no puede, tomar decisiones ni administrar algo.
Yo, que tuve una situación bastante menos complicada que la de Chávez (o la de Reinaldo), limitada en mi caso a un cáncer de colon en etapa III, operado el 1º de abril de 2003, y que fui sometido a quimioterapia y radioterapia entre mayo y noviembre de ese mismo año, puedo dar fe de lo mismo: durante todo ese período, y hasta que gracias a la generosidad de mi excelente amigo Alejandro Leighton me encontré descansando a rabiar en Santiago de Chile, no estuve en condiciones de hacer nada útil, y mucho menos lo habría estado para gobernar o administrar algo con propiedad. Pronto, muy pronto, se van a ver obligados a reconocer públicamente que han engañado al pueblo venezolano y a los gobiernos de todo el mundo, y que Chávez, vivo o muerto físicamente, murió en lo político desde hace ya varios meses. Y que el Paquetazo Rojo fue obra de ellos, no de Chávez, y que muchas decisiones erradas que han tomado tampoco se le pueden achacar al difunto. ¿Creen entonces que van a salir ilesos de ese inmenso engaño, de esa enorme estafa? Es cierto que la mayoría de los venezolanos han demostrado carecer del más elemental sentido común. Que por vengarse de los estúpidos seudodirigentes que arruinaron a Acción Democrática y Copei a partir de la década de 1980, la mayoría de los venezolanos escogió seguir a un militarcito irresponsable y demagogo que ha hecho el peor gobierno de la historia de Venezuela, y por eso se podría pensar que es un pueblo de borregos, de imbéciles. Pero de allí a creer firmemente que es un pueblo de borregos e imbéciles, hay un abismo. Un pueblo tiene mucho de ser viviente, y los seres vivientes, aun los más inteligentes y hasta sabios, se equivocan. Pero también enmiendan sus errores.
Y apostar a que el pueblo venezolano no va a enmendar su gravísima equivocación es algo que los cubanos, por desconocimiento, pueden hacer, pero los venezolanos no. Los cubanos, con su medicina atrasada y por falta de experiencia, mataron a Chávez, pero no es lógico pensar que también van a matar a Venezuela. Chávez, al confiar en los médicos cubanos y no en los venezolanos, se suicidó. Pero no tan fácil que la inmensa mayoría del pueblo venezolano se suicide también. Y esa a eso a lo que apuestan el G2 cubano y sus títeres, Maduro, Cabello, Jaua y compañía con todo el manejo errado que han hecho de la muerte de Chávez. Y muy pronto lo pagarán.