La MUD y la ciudad
Como es natural, el documento programático de la MUD sobre Desarrollo Urbano y Vivienda no ha dejado de levantar comentarios en el campo del oficialismo. Uno de ellos, publicado en el blog de uno de los más connotados “mujiquitas” del régimen, es en realidad una suerte de requisitoria policial en la tradición de la insepulta “Lista Tascón”: el contenido del documento no interesa para nada, sólo repetir una y otra vez los nombres de los autores para que queden bien grabados en la memoria del inquisidor.
Más digno de comentar es otro, publicado en la página “Aceras y brocales” del diario Últimas Noticias. Lo primero que llama la atención es el menosprecio que manifiesta en relación al marco de referencia y la síntesis final del documento por su supuesta generalidad, cuando en realidad resumen la filosofía esencial de la propuesta: el valor que se otorga a las ciudades como principal recurso de la nación siempre que en ellas exista tanto autonomía de gobierno como un amplio clima de libertad y tolerancia, y el compromiso de establecer como prioridad la inversión en bienes públicos. Pero ocurre, justamente, que esos principios son contradictorios con los practicados por el “Socialismo del siglo XXI”, que no sólo guarda una abierta animadversión hacia las ciudades, especialmente las grandes, sino que además se ha revelado como el más intolerante de los regímenes que el país ha conocido en el último medio siglo y el más furibundamente centralista. Y en cuanto a la inversión en bienes públicos basta pensar un momento en cuántas escuelas, parques, bibliotecas, teatros, acueductos o kilómetros de redes de transporte público ha construido este Gobierno en 13 años: un balance lamentable.
Terminan sorprendiéndose de que el documento levante críticas severas no sólo respecto a lo ocurrido en estos años de dominio poco menos que incontrastado del socialismo vernáculo, sino también a muchas de las políticas ensayadas en los 40 años de vigencia de la democracia: ocurre que entre sus autores no hay cortesanos, lo que no parece ocurrir con los amigos de A y B, que afirman sin ruborizarse que todas esas propuestas ya están en ejecución por el diligente y muy eficaz gobierno revolucionario: difícil creer que puedan construir una ciudad digna quienes muestran tanta obsecuencia frente al autoritarismo y la improvisación