La ley de cultura está vigente
SEÑOR GOBERNADOR SEÑORES ALCALDES- CONCEJALES LEGISLADORES
ZULIANOS.
Señor gobernador, señores alcaldes, concejales, parlamentarios, zulianos: para dirigirse a ustedes, tendría uno que hacerlo con la belleza y la fuerza con la cual escribió Darío su célebre Oda a Roosevelt. Pero, cuan lejos estoy de Darío, en cambio ustedes, si bien no tienen las dimensiones históricas y políticas que los Estados Unidos poseían, en esa era de Darío, y hoy aún mucho más que en aquellos tiempos, pues el poder de su fuerza, la mas sofisticada, vigorosa del mundo en todos los tiempos, es poca hoy, al lado del poder de la ciencia y la tecnología que poseen y hacen crecer a diario cada vez mas y mas y del manejo de las cuestiones de la conciencia social, de modo que su ideario político, igualmente cubre casi toda la faz de la tierra y algo mas. Pero, SÍ SON ustedes francamente omnímodos, claro de no existir Chávez, quien ilegal e ilegítimamente los limita. Pero, hay qué ver, ay! Cuanto poder tienen. Si revisamos la ley, son formalmente emperadores para quienes sus órganos de control son pigmeos, lo cual con suma sumisión viven.
Pero si a ese poder, ya inmenso, que les da la constitución y sus leyes, uniesen sus capacidades, su inteligencia, su liderazgo para la propuesta y ejecución de grandes proyectos, que nos convoquen y una a todos, entonces, no tendríamos por qué muy plañideros quejarnos del centralismo, mendigando de rodillas o haciendo concesiones con el rostro al piso y el trasero al cielo; a decir verdad, la magnitud del poder legal que se da a cada uno, es para el ejercicio de un EGO majestuoso, si se ejercen sus deberes para el bien, o un ego diminuto, de meninas, de enano, si tal poder se orientase solo al bien personal, al usufructo de sus anhelos y al goce de los privilegios que el poder conlleva y las concesiones a los favoritos. Pero, eso, de ser así, no está bien, no es bueno. Nuestro estado tiene grandes fallas, cuya responsabilidad estamos obligados a asumir, pero por sobre todos es a ustedes a quienes, por sus funciones, caben las mayores responsabilidades. No hay modo de evadirlas. Como saben ustedes mejor que yo, las insuficiencias son gigantescas y los problemas apocalípticos. No exagero, el Lago se muere intoxicado por la excretas, la salinidad, la plaga petrolera, desechos industriales, residuos de los abonos químicos de la agricultura de las montañas; trochas, en lugar de autopistas, carreteras, la falta de ferrovías, aniquilación del patrimonio cultural e histórico, lo cual nos hace indefensa el alma y, en lo queda, el caos en lugar de ciudades. Sin parques, sin espacios para la vida…y que mas, hambre, insalubridad, niños en la calle… no sigamos, ustedes saben de esto mas que yo, no solo lo palpan sino que en cierto grado y sin querer, creo yo, viven de esa miseria, porque, al menos, sirve, tal como está, para hacer promesas que si bien justas, no se pueden cumplir, y para justificarse se recurre al refugio en las excusas del presupuesto, del centralismo y otras expresiones de la retórica que suele animar como alimento para satisfacer el vacio de cuanto nada se tiene que decir.
Pero, si al lado de esta realidad, ya imposible de resumir, salvo quizá con alguna palabra al franco modo, merde, hay un fatum mayor que lleva a paso agigantado al Zulia hacia su destrucción, su muerte. Y ello así, porque el gran vacio de las diversas instituciones regionales, la ausencia de las políticas medianamente sustentadas, la carencia de un liderazgo integrador, institucional., colectivo o singular, ha desconocido el papel esencial en la conformación de lo humano, en la determinación del ser, en la especificidad de la cultura, en su cualidad, en el hacerse humano el hombre, que es el arte. Un vacio gigantesco de tal magnitud, que es el responsable esencial de la tragedia toda, la muerte del lago, la falta de ferrovías, ausencia absoluta de parques, teatros, destrucción de la Sierra de Perijá, etc., el agotamiento de los programas y desarrollo científico y tecnológico, etc. Cierto que a ustedes el desarrollo de la ciencia y la tecnología pareciera ser menos trascendente, es solo un mal parecer, porque el problema eterno de un buen gobierno es la calidad de vida de los seres humanos y no es posible alcanzarla si falta el arte, si se carece de ciencia y tecnología. Digo más, en consonancia con todos mis trabajos y con la nueva ciencia, la nueva ética, la calidad de la vida depende de que la relación hombre- naturaleza dialógica sea, sea buena, sea ética. La vida es única en miles de miles de millones de formas en las cuales se expresa o se esconde. Pero la destruimos fácilmente. Sin asumir estos principios, fundamentos, incluso, la política es mero ejercicio de la hipocresía, de la demagogia, del narcicismo, del autoritarismo, pero, de manera aun mas evidente, de la soberbia, pues ese es el mal que por encima de todo suele dominar a quienes viven tras el poder, del poder por el poder y todo esto como juego, solaz ejercicio de su realización como ser poderoso, no como ser y menos ser humano.
Culpar al centralismo y a otros monstruos, fantasmas, de los males que pesan casi como una piedra en el lomo de Sísifo, sin posibilidad alguna de alcanzar la cima, es esconder nuestra propia incapacidad para resolver problemas cuya respuesta está en nosotros, vive en nosotros, está en nuestras manos, pero especialmente en manos de usted, gobernador, alcalde, concejal, diputado, rectores, a quien la ley obliga y el deber impone acciones para lo trascendente. Y en este caso, el mejor, el arte, la cultura en el más lato sensu, es el problema central de la acción política cuando es humana y para hacer humano al hombre y para garantizar la vida. Porque el arte, la cultura es medio y fin simultáneamente. Medio, porque como método, nos dice como llegar al fin, el hombre libre y no hay libertad si no está fundamentada, sustentada en el arte y la ciencia, otra vez, lato senso, en la cultura. En cambio la política como mero poder jamás alcanza la gloria. Dicho con un maestro de la palabra, Graham Greene, es el poder sin gloria. La grandeza de Grecia, está en unos pocos años cuando Atenas iluminó para siempre al mundo, de forma irreversible. Duele que Alemania haya tenido a Hitler, pero su grandeza está en Bach, Beethoven, Brahms, Goethe, Schiller, entre otros muchos. Brasil es Villa-Lobos, como argentina es Ginastera, Borges, Gardel y nosotros, mirémonos de cerca, recordamos con amor a Armando Molero y no sabemos ya, porque no interesa, quienes nos gobernaron cuando eso. A pesar del asesinato de El Saladillo, por ahí anda su alma en alguna gaita en voz de Goterita, y Maracaibo sigue florido a pesar de su tragedia, en Rafael Rincón González. Y citamos Udón, a Semprun… no tanto por ellos, a quienes conocemos muy poco, sino que nos da vergüenza tanta pobreza nuestra. Y la Biblioteca, será la obra mas trascendente de las muchas de la era Rosales…tantas cosas buenas, tantas cosas bien hechas y si otras hubiere, como en efecto, las salvará su propia belleza o las aniquilará la fealdad. Lo demás será bueno, pero no mejor.
Maracaibo, entre otras maravillas, en otros tiempos, fue la ciudad de la ciencia, pionera en tecnología, centro creador de arte. Ciudad arte ella misma. Por ahí anda su memoria escondida y a escondidas en museos. En las obras de algunos de sus sabios y científicos, en las creaciones de sus artistas. En el afán de que Maracaibo y el Zulia conserve su grandeza histórica, pero con ventanas muy abiertas a lo nuevo, para que la creación esté permanentemente en ascenso, desde LUZ, con la FEDA naciendo, y bajo el trabajo y apoyo de la Dirección de Cultura, se propuso la Ley de Cultura del Zulia. Se aprovechó que profesores de LUZ y gente que han hecho del arte un modo de existir, estuviesen en el CL. Era de la esperanza en tiempos de la constituyente. No faltaron aquellos que han hecho de su imbecilidad un instrumento de genialidad para amamantarse del poder. Pero la Ley salió. Por esa misma gente y por miedos, se escondió y no fue hasta cuando la presidenta del CL, Marlene Antúnez, y una comisión presidida por una amiga chavista, cuando para ajustarse a la constitución, así mas o menos arguyeron, pero llenos de miedo, cuando se modificó la Ley, la primera. Allí fuimos llamados. No es la mejor, pero dice a cada uno de ustedes, citados arriba, como hacer para que la cultura no se apague y con su obscuridad se termine de asesinar al Zulia. No se si saben que existe, pero, “la ignorancia de la ley no implica (ni justifica) su incumplimiento”.
Esa Ley, la original tenia unos 24 ó 25 artículos, no mas, esta “reformada” es casi el doble, pero dice a cada zuliano, a cada gobernante, en primer término, qué se tiene que hacer en ese campo. A la empresa privada, al ser de a pie también. Sin aspavientos pero con dignidad. Ella habla por si misma. Se Incluye como adendum. Con el hecho artístico, con el proceso creador, con el desarrollo de la ciencia y la tecnología, no puede nadie tender trampas para frenar lo cualitativo de cada región. Toca a usted, Don Pablo Pérez A, reglamentar la Ley. Haga caso omiso de esos asesores que contravienen de los dientes para afuera al centralismo y le dicen, no, gobernador, espera la ley orgánica de cultura o sandeces de la misma especie. La Ley está vigente. Su reglamento espera y de cumplirse Botero tendrá mejor destino, saldrán sus gordas a recitar poemas de Hesnor Rivera para salvar el Lago, para salvar la vida del Zulia, de su gente. Y si así ocurre, salvamos al país.
www.clezulia.gov.ve/leyes/Ejercicio_2006/orden_social/Ley_de_Cultura.pdf ley de cultura del estado Zulia
Nota: si por desgracia hubiere un destinatario que se estime agredido, yo soy el único responsable de este y todos mis textos. Su iracundia resuélvala conmigo, no la endose a nadie y menos a los míos.