Opinión Nacional

La lección Ambiental del equilibrio

No hay duda que de la observación del ambiente, se desprenden una serie de conocimientos y lecciones que vale la pena apreciar para tener una visión más plena de la vida. Una de ellas es el equilibrio, la perspectiva de que la interacción adecuada entre los factores que lo conforman propicia el funcionamiento adecuado de todo el sistema ecológico. Otra, es que la información ambiental fluye a lo largo y ancho del espacio, y no queda retenida en ningún sitio, sino que su exposición se va transfiriendo de un componente a otro, extendiendo el mensaje vital en todas sus manifestaciones.No hay duda, de que el ambiente responde a un rol de dispensador y administrador de la energía. Una revelación importante nos indicaría que la casa de Dios no está solo en el cielo como la mayoría de la gente cree, sino en el ambiente, en el entorno, en el cual, el cielo es solo una parte.Si ahondamos un poco mas en esta revelación, encontraríamos que el rostro de Dios, la cara que tenemos de él, es la del ambiente. En consecuencia, irrespetar al ambiente es irrespetar a Dios, independientemente de cual sea nuestra religión o creencia. Lo que sin duda creemos, es que Dios pide respeto para lo que es su cuerpo: el reino ambiental, no etéreo, difuso o neblinoso, brumoso o confuso, sino claro, transparente, diáfano, hablándonos de paz, de armonía, de encuentro. Dándonos la gran lección ambiental del equilibrio.

Quizás esa gran verdad que se nos revela ante el calentamiento global del planeta, nos haga hoy mas presente que nunca, la necesidad de evolucionar comprensivamente en nuestros valores. Nos ayude a cambiar para mejorar. Porque hemos inventado las mil excusas para no sentirnos involucrados con el ambiente, Pero quizás, si entendemos que darle la espalda es tambien dársela a Dios, quizás tengamos el cambio actitudinal que necesitamos para vivir dignificándonos. ¿ Qué pasaría si a algún medio de comunicación se le ocurriera hacer una campaña de educación ciudadana que expresase : “arrojar basura a la calle, es algo más que ensuciar tu ciudad , es ensuciar la cara de Dios, porque la cara de Dios es el ambiente que te rodea”! .Por supuesto, habrá más de uno que no entendería una campaña mediática como ésta, justamente porque hemos sido formados de parcialidades y especificidades.

Cuando oramos buscamos el equilibrio con Dios y mucha gente no lo sabe, pero lo siente.Después que hablamos con Dios tenemos nuestro equilibrio restituido.Estamos en capacidad espiritual de seguir adelante, porque en la vida, es necesario tener el espíritu en crecimiento para avanzar en todos los órdenes. El espíritu no puede andar sin rumbo, porque la vida terminará tambien sin rumbo, volcada en un despeñadero, después de, quizás, haber destruido otras vidas, en virtud a que el equilibrio espiritual, la clave del equilibrio emocional, es necesario para la vida humana. Igual ocurre con la naturaleza.Ella es tambien expresión de nuestro equilibrio espiritual y eso no lo quieren saber muchos o lo desconoce la gran mayoría.Como hemos vivido de parcialidades, creemos que no tiene que ver una cosa con la otra. Y la realidad es diferente.

El ambiente desequilibrado está reflejando a la acción criminal antes de que esta ocurra, en muchos casos induce aquella en todos los seres que no están equilibrados emocionalmente como resultado de su desequilibrio espiritual. Pero el equilibrio espiritual, tampoco puede ser un anestésico para nuestra sensibilidad social, para nuestra sensibilidad ambiental, apartándonos de la acción y de la palabra para restituir la nobleza del área verde invadida por la basura, la indiferencia del vecino que arroja la lata o el papel en la vía pública con un desparpajo total ¡muchas veces delante de la persona que asea, creyéndose señor de la basura y arrojándosela frente a sí bajo la excusa de darle trabajo! ¡Por favor! ¡Y después, amigo, de que nos quejamos! Hablamos de falta de gobierno, cuando lo que hay es! falta de cultura! , de educación, de valores ambientales, de respeto al entorno, a los demás, porque el que irrespeta a los demás se está irrespetando a si mismo, el que es violento con otro lo es consigo mismo, el que agrede al ambiente lo hace consigo mismo, con sus padres, hijos, hermanos, familiares y amigos. El que mata, se está matando asimismo, está eliminando su vida al cancelar la vida de otro.

¿Por qué promovemos tanto la cultura de la violencia cuando es mucho más rentable y cuesta mucho menos, promover la cultura del respeto ambiental? La muestra mas fehaciente del desarrollo, no es la innovación tecnológica, que es una parte pero no la mas representativa.La muestra mas genuina de una sociedad desarrollada es el respeto a su ambiente, es el respeto a sus árboles y sus áreas verdes, es el aumentar cada vez más el espacio vegetal para que abunde el agua, el oxígeno y se pueda vivir en la paz que solo la naturaleza concede.

El que vive rodeado de flores y árboles de concreto, podrá ser rico, opulento, pero nunca feliz. El que vive rodeado de metales y muros sin una planta, sin un jardín, se niega para sí la felicidad y es muy poco inteligente.Yo les aseguro que si en los cinturones de miseria que tenemos alrededor de las ciudades tuviéramos mas árboles que ranchos, los niveles de delincuencia bajarían muchísimo porque nos vacunaríamos contra la violencia doméstica que se da por la falta de plantas en los hogares.Yo les aseguro que si tuviéramos a hombres y niños sembrando y regando árboles, no tendríamos manos ociosas para ocupar un arma que nunca debió ser construida. Yo les aseguro que si tuviéramos escuelas, industrias, talleres con áreas verdes presentes, el ambiente sería mucho más agradable y pleno. Las grandes universidades no se formaron en sus aulas, se formaron en sus jardines, allí nacieron los conocimientos nuevos, allí pudo volar la imaginación y la creatividad.

En las aulas cerradas se puede repetir, pero en solo en las aulas abiertas a la naturaleza, es donde se puede crear, porque allí están abiertas todas las interrelaciones que se necesitan para aperturar al pensamiento
La felicidad es aeróbica.Necesita el aire lleno de oxígeno, aire natural, aire emanado de una planta, porque lo que nos hace disfrutar de la vida es el canto de las plantas que no percibimos con nuestros oídos pero que resuena de gozo en nuestros pulmones.Mucha gente no sabe, que la causa principal de la depresión es la falta de una buena respiración.Quien aprende a respirar bien, no se deprime. No necesita el cigarrillo para tapiar sus pulmones, ni la grasa para bloquear sus arterias.Por eso en nuestras instituciones educativas, no debemos dar licencia a lo que mata, lo que mina a la salud y al entendimiento, lo que destruya a la vida y a la razón, el humo del tabaco y la quema y tala de la violencia.Debemos sembrarlas con los amigos de la paz, los árboles y demás plantas, para que dicten su cátedra milenaria de vida, doctores silentes que llenen de grandeza nuestro pensamiento.

La cura para la ansiedad, para la angustia, para la agresión callejera y hogareña está en las plantas, que viven sin agredir, sin ofender, enseñándonos a todos la majestad de su equilibrio ambiental.Esos libros de paz, de no violencia, de saber convivir aportando vida a la vida están allí.Tienen sus páginas extendidas, sus hojas y sus ramas, sus flores y sus frutos. Han desarrollado una cultura biológica superior a la nuestra.A pesar de creernos en la cima evolutiva, aún no hemos comenzado a leer adecuadamente esas bibliotecas del saber vivir que son las plantas.Es hora de que comencemos a leerlas y aprender de ellas,para reverdecer nuestra vitalidad y hacer trascender nuestras ideas.Comencemos a sembrar y cuidar un árbol en nuestras vidas.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba