La irritación de los convictos
De esta banda delictiva que se apoderó de Venezuela hay cosas, que si no son nuevas, no dejan de ser indignantes por la falsedad donde se sostienen y por el persistente cinismo subalterno en que se envuelven sus acusaciones, todas por cierto, sin una sola prueba. La capacidad de que el país resista antes que se rompa por completo se agota, no hay tiempo para redimirlo de pasar un poco más de tiempo.
El gobierno de Venezuela es injerencista en toda AL y se encuentra ampliamente documentado. Con presencia de maletines y hasta dólares para las alcaldías de sus tarifados. Ortega debe la presidencia al dinero venezolano. En contraste, tienen casi 5 lustros señalando a los EEUU como sus enemigos, como instigadores de golpes, conspiraciones, magnicidios, hasta se inventaron un gringo, una de las tantas ollas donde jamás han presentado probatoria salidos de los laboratorios del imperialismo cubano.
Hasta borracho y otras florituras llamó Chávez a su presidente. ¿Y «ordenan» que los traten amablemente? Nosotros en lo particular somos respetuosos del derecho internacional, materia sobre la cual Estados Unidos está seriamente comprometido en acciones execrables a lo largo de su historia. Todo esto viene a cuento, pues recientemente Venezuela demanda que la ONU llame al Gobierno de EEUU para que cumpla «estrictamente» con sus «obligaciones internacionales» para la entrega de unas visas. Lo hacen en el tono de los matones, lo que en el fondo son.
Es el mismo país que se sale de la Corte Interamericana y se ha negado a cumplir todas las sentencias que les han sido contrarias como lo corroboran cientos de casos. Expedientes que tuvieron el mismo destino de burla a la ley y a nuestra Constitución. La propia ONU llamó a liberar de la detención arbitraria a la Dra. Afiuni, que huelga decir, fue inútil. Pero ahora están preocupados por sus visas a EEUU y su viaje a China, es decir, por sus paseítos, para sus francachelas y sus compras suntuosas; porque ya se sabe que esos convenios son guisos que siguen arruinando y lesionando a nuestro patrimonio.
Se trata de gastarse los dólares que faltan para comprar los alimentos básicos y hasta papel tualé.
Es el mismo país que apela a la ley internacional porque se le niega una visa a Barrientos señalado por la DEA y a su vez, se resiste a darles la libertad a sus prisioneros políticos en estado grave. El mismo país que envía petróleo a la jirafa asesina Siria Asad para alimentar su maquinaria genocida.
Es cierto que Venezuela no representa ningún peligro para la paz mundial, no hay ni siquiera electricidad, vialidad, ni industria ni insumos para importarla.
¿Con qué coño van a enfrentar a un enemigo importado cuando los enemigos son sus funcionarios prevaricadores? Sus convenios con China e Irán apoyado por Rusia en su proyecto nuclear, tampoco representan riesgo alguno, el genuino peligro es que sigan gobernando a Venezuela donde la gente no solamente no encuentra lo esencial para comer, la sangre corre caudalosa ante los asesinatos a mansalva en las calles.
Nuestra Cancillería cínicamente se da el tupé de asegurar que «los venezolanos tienen los derechos básicos de atención médica, educación, alimentación, vivienda, trabajo digno, participación, expresión, recreación y cultura, lo que los 300 millones de habitantes de EEUU no tienen». ¿Quién puede tomarse en serio el puñado de convictos que de modo desvergonzado esto afirman y exigen para ellos la aplicación estricta del Derecho Internacional? El 8D lo sabremos.