Opinión Nacional

La iniquidad se nutre de la muerte

Venezolanos, zulianos, una inmensa tragedia pesa sobre Venezuela. La voluntad democrática de los ciudadanos se sustituye por la arbitrariedad autocrática. Las infamias e injusticias de la historia se reeditan con violencia, y en su más alto grado de impunidad. El estado de derecho, cuya fuente fundamental de justicia, equidad, está en la Constitución y las leyes, como la única garantía del ciudadano para evitar el abuso del poder, se sustituye por la voluntad autoritaria de quien se erige, se autoproclama por encima de ella, como supremo poder, al cual el pueblo y aun el propio Dios son subordinados y sus súbditos.

Con el control absoluto de los poderes y en el más grave asalto a la razón, a la moral política, el presidente de la república ha ordenado a la FA tomar el puerto de Maracaibo y el resto de puertos y aeropuertos de la nación. Y ha ordenado con furia secuestrar los derechos a Manuel Rosales y encarcelarlo. Esta manera de proceder tiene fines políticos muy inmediatos, ir ahogando hasta la asfixia a los gobiernos locales, a las alcaldías, PORQUE EL PRESIDENTE Y SUS SECUACES no tienen capacidad, en los hechos, de competir con ellos en eficacia y honradez; pero, en su profundidad se busca, definitivamente, acabar con la descentralización política y económica, conquista histórica de nuestros pueblos, estados y regiones. Chávez es un émulo pobre de Guzmán Blanco, quien desarticuló al Estado, para integrarlo a una “nueva geografía de poder” poniendo por capital del Zulia y Falcón a Capatárida. Fue derrotado. Las fueras de la consciencia superaron la arbitrariedad, pese al ropaje de sabio del ilustre americano, ilustración que está muy lejos del presidente Chávez. Luego, Castro, cierra a LUZ., a principios del pasado siglo, por el miedo que todo dictador tiene a la razón, a la verdad, a la belleza. Ambos crímenes de lesa historia, de lesa cultura, de lesa humanidad, fueron condenados categóricamente por el pueblo, la cultura del Zulia y del país. Y en esa historia de este pueblo combativo, digno, indoblegable, se crearon, con el apoyo de todos, las leyes de la LAE y se formuló el anteproyecto de hacienda pública regional, en ambos casos por justicia pero, y de manera trascendental, para que la justicia y la democracia sean realidad, en la medida en que se desconcentra el poder y se pasa a manos del pueblo o a espacios donde el pueblo tenga capacidad necesaria y suficiente para decidir sobre sus cuestiones fundamentales. Se consagra este principio de equidad política en la Ley Orgánica de la Descentralización, pero, de la manera más grotesca la AN deforma, viola la Constitución para reafirmar el poder del caudillo primitivo y multiplicar la perversidad de sus secuaces. Es inmoral y servil (la política debe tener algo de ética, aun cuando sea poca, tenerla) la conducta de la AN, y en ese deplorable oficio “legaliza” el golpe de estado contra la Constitución y convierte con ello al presidente en sátrapa.

El affaire Manuel tiene sus propia “lógica”. Barbarismo que uso para evitar una imprecación. En este caso se objetivan odios que surgen de las frustraciones. Su mayor acusador el propio presidente que encuentra en Rosales un obstáculo a su voluntad y decisiones de caudillo parroquiano. Todos los vimos. Meter preso a Rosales, vociferaba colmado de iracundia, se convirtió en su mayor obsesión, lograrlo será su más acabado orgasmo. Aquí Chávez emula con más éxitos las acciones de su lejano antecesor Rómulo Betancourt. Disparar primero, averiguar después. Y como ayer, hoy hay protagonistas menores de ese juego, encabezados por Isea, y el profesor Rodrigo Cabezas, que tienen cada uno su propia historia. Poco ha, el profesor Cabezas escuchó y hasta repitió, historias del su colega académico Isea dignas del Decamerón o de puestos de holgados méritos en el Inferno, de la Divina Comedia. Eran los tiempos del Movimiento Lago, zuliano como su nombre, allí dijo Rodrigo conmigo y muchos otros, “queremos y exigimos una constitución que erradique las tentaciones autoritarias, que en consecuencia los poderes sean concebidos en su singularidad e interdependencia, en su especificidad y correlaciones, pero con su más transparente autonomía para el cabal funcionamiento de su misión y funciones”. Y suscribió mucho más Rodrigo Cabezas, en su afán de con quistar al Zulia con la razón y con la ética: “queremos y exigimos una constitución que garantice la verdadera descentralización del poder en todos los órdenes, del ejecutivo mediante el perfeccionamiento de la descentralización del gobierno, la profundización cualitativa de la democracia, pero también la transformación y radical descentralización del poder judicial, de modo que tengamos nuestra justicia justa y única e igual para todos: militares, clérigos, ricos, pobres, todos por igual e igualmente mas democrático para que sea más eficiente, mas cercano y aun mas controlado por su pueblo”. Y el pueblo somos todos. Así habló y repitió y escribió Rodrigo.

Y Chávez no oculta sus miedos y sus secuaces chicos se solazan en la venganza. Salir de Rosales es zafarse de una piedra que en lugar de decrecer se agiganta en cada maldición e infamia de sus verdugos. Imposibles de grandes victorias, al eliminarlo quieren quitar al Zulia el derecho a la protesta, a la insurgencia, a la legítima desobediencia ante la arbitrariedad, la dictadura. Que es esto y no otra cosa cuanto hoy ocurre. Para evitar el fracaso político inminente, Chávez recurre al magnicidio político. Porque su hipótesis, a pesar de ser falsa y muy macabra, es simple: si Rosales desaparece, la capacidad de lucha para la crítica política, la lucha por la justicia, desaparecen y el de abajo puede ser sojuzgado impunemente. Así piensa Chávez como buen sargento. Así piensa porque él es así, porque él es el supremo líder y si desaparece de la escena, todo se acaba. Si muere el sargento la tropa se disuelve o entrega al enemigo. Nada de Chávez quedará, solo los muertos, porque no es verdad que haya una sola idea capaz de perdurar de esa bárbara mezcolanza, mediante la cual intenta determinar su socialismo, pero donde ya Bolívar no cabe. Y muy menos el Bolívar, el de la ciudadanía, la libertad y el conocimiento. El del Angostura y el de los Estatutos de la UCV.

No dudo y mi vida es en ello un reto, que cada ser humano debe y tiene que ser juzgado por sus actos. Que si delinque tiene que ser sentenciado. Pero ha de seguirse cuidadoso el camino que la ley dispone y asumir la validez del gran principio, se es inocente hasta tanto no se demuestre lo contrario. Y es aquí donde se mide la cualidad democrática del líder o su miseria autocrática. O se asume el debido proceso, con apego a los derechos humanos, tal el recto proceder o se desconoce la ley para condenar a priori a quien ya se ha sentenciado previamente.

Zulianos, venezolanos, la patria democrática, justa, protagónica agoniza. El presidente Chávez, quien ha hecho de la muerte la única verdad de su socialismo, pues éste se convierte a diario un gigantesco modelo capitalista muy primitivo, que usurpa todo el poder del pueblo, en la ruta hacia el ejercicio del poder omnímodo, quiere ahora, con el asalto al Zulia, poner en vigencia total su proyecto autocrático, arbitrario. Aniquilando al Zulia, creen sus “estrategas” y exhibiendo la cabeza de Rosales en lo más alto del puente para ser vista por toda Venezuela, se multiplica exponencialmente el estado de terror y el resto del país se verá en el espejo. Tiempo es de alzar la voz de la consciencia y emplazamos de manera especial a los parlamentarios chavistas, y al PSUV del Zulia a definirse ante este atropello, antes este crimen político e histórico y el más alto atropello a la dignidad e historia del Zulia. Su silencio, además de complicidad es el precio a la traición. Es hacerse asesinos de la descentralización, conquista histórica que, a pesar de tantos yerros que puedan verse en Zamora, parte importante de esa lucha esencial tiene en él sus fuentes. Bolívar, Zamora, Rodríguez ya fueron muertos por este proceso. Ya no sirven, su pensamiento y obra son la libertad y la justicia.

Presidente Chávez no olvide que aquí Nació Venezuela y se colmó de laureles la Independencia. No Olvide que una de las mas reconocidas figuras de nuestra historia, por su lealtad al Libertador y el amor la libertad, es de aquí, Urdaneta. Con nuestro trabajo intelectual, artístico y científico ejemplares, agrícola, pecuario, industrial… y con nuestras riquezas naturales hemos alimentado al país todo, sin reserva alguna. Por amor patrio. No olvide presidente que en la poesía, el canto popular y en la acción cotidiana de nuestra gente, vive y se agiganta la libertad. Arma es de combate la palabra. Y la palabra, presidente trasciende, es creadora de vida. La violencia, antónimo de aquella, genera destrucción, alimente la muerte, tal como la inequidad que de la muerte vive.

Y desde aquí le pedimos con la voz de Ana María Campos, o rectifica o Monda.

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