La guerra como infamia
La guerra es un homicidio en masa. Es una tragedia colectiva que se fundamenta en el sufrimiento, la vergüenza y la maldad. Semejante acto irracional carece de heroicidad a menos que sea sujeto de manipulaciones y engaños.
La Historia tiene en las guerras, batallas y conflictos a sus principales protagonistas. Las frías cifras de muertos, heridos y refugiados quedan opacadas por el delirio de los ganadores y su estruendosa manera de publicitar la victoria.
No comprendo mucho, como los rusos pueden celebrar cada 9 de mayo el “Día de la Victoria en la Gran Guerra Patria”, un acontecimiento que les deparó treinta millones de soviéticos muertos entre militares y civiles, y todo ello en un lapso de tiempo que va del año 1941 hasta 1945.
Bien hacen los judíos en recordar el horror y el oprobio que significó el Holocausto a través de museos y películas. Recordar para no olvidar y con ello evitar que nuevos verdugos se enseñoreen por la comarca.
En el caso nuestro tampoco hemos sido ajenos a la violencia y la matanza. Nuestro “gloriosa” Guerra de Independencia (1810-1830) acabó con el 20% de la población, 200.000 víctimas de un estimado de un millón aproximadamente. Esta sangría humana tuvo como consecuencia el despojo territorial del país y una vulnerabilidad providencial a los imperialismos de turno.
No es lo mismo jugar a la guerra que vivir la guerra. Y a la guerra sólo se va, siempre y cuando sea algo inevitable, si se tiene la capacidad y la certeza de ganarla en una situación de condiciones extremas donde el componente logístico y tecnológico está de nuestro lado. Es por ello que es de tremenda irresponsabilidad que un país modesto y mal preparado militarmente como el nuestro, esté amenazando al vecino con ir a una confrontación bélica.
No hay nada más valioso que la paz y ésta hay que preservarla al costo que sea. Y para aquellos gobernantes y líderes insensibles al dolor ajeno y egoístas por naturaleza y compulsión, sólo me resta decirles que serán recordados como protagonistas de una historia de la infamia y el pecado.