La fuerza para pulverizar.
Vivimos en un proceso político estimulador de emociones. La praxis por alcanzar nuevos estadios de vida en la sociedad se fusiona con los alientos que dimanan del liderazgo conductor (Chávez) y de las ideas inspiradoras de nuevos paradigmas (SSXXI). Alma y materia, espíritu y potencia, conjunto de sensaciones que se transforma en fuerza. Así tendremos distintos ímpetus descubiertos por el ser que aparecen en su interior en tanto exista emocionalidad creadora. La suma de esa vitalidad representada por F1, F2, F3 hasta Fn se constituye en el conjunto de vectores de la morfogénesis. Algunos de estos vectores son, por ejemplo: (F1) el contacto espiritual con nuestros libertadores, antepasados indígenas e historia política; (F2) las nuevas organizaciones sociales y comunitarias; (F3) la creación de la cultura emancipadora; (F4) la investigación dirigida a producir nuevas tecnologías; (F5) el cambio del hábitat en tiempos progresivos; (F6) la práctica de solidaridad fundamentada en amor al prójimo; (F7) la simbiosis que ocurre entre el líder y la multitud en un acto de masas. Estos vectores de la morfogénesis la convierten en una fortaleza multivariable que se transforma en energía permanente.
La presencia de la fibra permanente se concreta al unir en un solo cuerpo de resolución alma, razón y corazón. Tronco energético potenciador de actos superiores a nuestra vitalidad física que nos empuja a confrontar adversidades, derrotar inmensos obstáculos y someter las objeciones encontradas que se oponen a nuestras metas. Por ejemplo: (-1) la desestabilización de la oposición reaccionaria reflejada principalmente en la guerra mediática de quienes tienen el poder de la comunicación radial, impresa y televisiva (no debemos creer en los análisis que hacen a diario. Su marco teórico así como sus valores e ideas son contrarias a las del revolucionario. Jamás lo que hace el gobierno será bueno para ellos. Se basan en el capitalismo, mientras el Proceso Revolucionario lo hace en el socialismo. Son visiones del mundo opuestas); (-2) los valores, hábitos y costumbres aún vigente en nuestra sociedad de consumo que produce la alienación del ser (pérdida de la conciencia crítica); (-3) la matriz de opinión internacional que manejan las transnacionales de la comunicación en contra del gobierno nacional (Chávez es un dictador, en Venezuela no hay democracia y el gobierno es aliado del terrorismo).
Estos desafíos son para la energía morfogenética su ejercicio de combate cotidiano. Confrontación a la que concurre el revolucionario por propia convicción; y por muy ilimitadas que sean las dificultades que se presenten la energía morfogenética multiplica la acción para liquidar a la contrarrevolución. Siempre las fuerzas (F) superarán a los oponentes menos (-). He alli la bondad infinita de la morfogénesis. Por generar la voluntad consciente y en estado de aceleración, el revolucionario responderá la confrontación directa para desbaratar a la contrafuerza oponente; y de no lograrlo, no se rinde. Comenzará entonces la búsqueda de los caminos indirectos. Ya no es la recta lo más cercano. Aparecerán curvas, caminos sinuosos, avances y retrocesos; pero, su energía reflejada en la plena disposición a mantener constante su brega le llevará a superar los obstáculos encontrados, dominar la situación y lograr el propósito de someter a la adversidad. A mayor nivel de morfogénesis mayor posibilidad de entender y luchar por el Proceso Revolucionario.