Opinión Nacional

La educación pública

En este momento tanto las sociedades de padres y representantes, como los sindicatos y gremios a los que están afiliados los maestros y profesores de toda Venezuela, han manifestado claramente que no permitirán que en las escuelas básicas e institutos de educación media y diversificada, se implemente el llamado “Curriculum Bolivariano”, porque éste claramente intenta imponer puntos de vista sesgados políticamente a favor de quienes ejercen funciones en el actual gobierno nacional—y quienes se oponen al curriculum bolivariano, están defendiendo el texto del ARTÍCULO TERCERO de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que textualmente establece lo siguiente:

El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución.

La Educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos fines. [negrillas mías).

Y por ello es claramente inconstitucional pretender inculcar los puntos de vista y valores particulares de una parcialidad política; cualquiera sea ella, a la totalidad de los estudiantes de la nación.

Algo que es mucho más difícil de aceptar por los venezolanos; es el hecho de que las religiones también son parcialidades, y por ello ninguna religión; cualquiera sea ella, puede ser inculcada a la totalidad de los estudiantes de la nación, porque sería igualmente inconstitucional, al violar el ARTÍCULO 59, que textualmente establece lo siguiente:

El Estado garantizará la libertad de religión y de culto. Toda persona tiene derecho a profesar su fe religiosa y cultos y a manifestar sus creencias en privado o en público, mediante la enseñanza u otras prácticas, siempre que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres y al orden público. Se garantiza, así mismo, la independencia y autonomía de las iglesias y confesiones religiosas, sin más limitaciones que las derivadas de esta Constitución y de la ley. El padre y la madre tienen derecho a que sus hijos o hijas reciban la educación religiosa que esté de acuerdo con sus convicciones. Nadie podrá invocar creencias o disciplinas religiosas para eludir el cumplimiento de la ley ni para impedir a otro u otra el ejercicio de sus derechos. [negrillas mías].

Debido a que la inmensa mayoría de los venezolanos profesa la fe cristiana, católica y romana, le resulta difícil aceptar que su religión no sea la que sea enseñada a todos los estudiantes de la nación; pero es un hecho de que existen muchos venezolanos que profesan una fe—también cristiana—pero diferente a la católica romana; como por ejemplo, los evangélicos, los testigos de Jehová y los mormones—y pueden haber muchos otros—porque existen en el mundo más de treinta mil iglesias cristianas diferentes, y de las cuales, la católica romana, es sólo una. Adicionalmente, también existen venezolanos que profesan la fe hebraica o judía, la fe lucumí o santería, y muchas otras—y todas esas otras creencias religiosas gozan de la misma protección constitucional de la que goza la iglesia católica romana.

Y es por ello que la educación PÚBLICA, que es aquella que es financiada con dineros públicos, no puede basarse en curricula que estén política o religiosamente parcializados.

Como establecen los artículos constitucionales arriba citados, los padres y madres venezolanos, tienen el derecho de que sus hijos e hijas reciban la “educación religiosa que esté de acuerdo con sus convicciones”, por lo que de permitirse la educación religiosa financiada por el Estado o los gobiernos, en las escuelas básicas e institutos de educación media, diversificada, universitaria—o de cualquier otro tipo—entonces habría que contratar tantos profesores y maestros diferentes como diferentes religiones sean profesadas por los alumnos—así sea un solo alumno; además de diseñar diferentes curricula—uno para cada una de las religiones—y adicionalmente dotar a todas las dependencias gubernamentales (nacionales, estadales y municipales), como los ministerios de educación, direcciones de educación estadales y municipales y zonas educativas, de expertos en todas y cada una de las religiones que existan entre el alumnado que dependa de sus jurisdicciones; es decir, crearía una pesadilla logística, financiera y de recursos humanos.

Los venezolanos deben percatarse que tan inmoral e inconstitucional es que el Estado o los gobiernos financien las actividades de uno o más partidos políticos, como que financien las actividades de una o más religiones. Así como todo partido debe financiar de su propio bolsillo, sus actividades políticas; toda religión debe financiar de su propio bolsillo sus actividades religiosas.

Finalmente, si nuestro país aspira a salir algún día del Tercer Mundo y alcanzar la prosperidad que todos sus habitantes anhelan, la educación PÚBLICA, debe basarse estrictamente en la ciencia—porque es el conocimiento científico el que se necesita para desempeñarse adecuadamente en cualquier profesión u oficio, mientras que las religiones mantienen creencias que van a contrapelo de los conocimientos científicos; por ejemplo:

Las religiones judías, cristianas e islámicas, afirman que Dios creó al Universo y a todas las formas de vida que existen en nuestro planeta Tierra; mientras que la ciencia ha comprobado que el Universo se originó hace 137 millones de siglos cuando comenzó la expansión del continuum llamado espacio-tiempo, a partir del evento conocido como el Big Bang (la Gran Explosión)—y que todas las formas de vida que existen en nuestro planeta—desde las bacterias hasta el ser humano, evolucionaron a partir de las cianobacterias que aparecieron espontáneamente en los océanos, hace aproximadamente unos 35 millones de siglos.

Muchas creencias religiosa afirman que todo ser humano nace con un destino previamente determinado por Dios; mientras que la ciencia ha comprobado, que es el esfuerzo propio e individual, el que diariamente construye el destino de cada persona; el cual será más próspero, mientras más avanzado sea el conocimiento científico que llegue a dominar esa persona.

De la misma manera; diferentes tendencias políticas, mantienen diferentes posiciones sobre cuales deben ser los programas económicos, sociales y políticos, que deben predominar en las ejecutorias del Estado y de los gobiernos, y algunas de esas posiciones van a contrapelo de los conocimientos científicos; por ejemplo:

Los partidos socialistas que siguen la ideología político-económica inventada por el pensador alemán Karl Heinrich Marx, afirman que es necesario eliminar la propiedad privada y que el Estado debe controlar todos los medios de producción; mientras que la ciencia ha descubierto que el ser humano económico, es movido por el egoísmo y el afán de lucro, y que generalmente, toda actividad económica privada, es más eficiente que la correspondiente actividad económica a cargo del Estado, y que la economía no puede ser centralmente planificada, ya que concentrar todas las decisiones económicas del día a día, en un grupo de burócratas a nivel nacional, siempre muy alejado de los centros de producción, provoca inevitablemente muy contraproducentes cuellos de botella, catapulta la corrupción de funcionarios públicos, y difícilmente puede evitar el derroche, desperdicio e inadecuado empleo de los recursos humanos, materiales y financieros a su disposición.

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