La economía idiotas, la economía
La historia del siglo XX y lo que va del siglo XXI nos ha demostrado que las intervenciones estatales en la economía son de por sí funestas. Una de las peores enfermedades es el control de divisas y el control de precios pues en ambos casos se niega la principal ley económica que es la ley de la oferta y la demanda. Al decir de Adam Smith, no deja actuar The invisible hand, es decir el intercambio libre de bienes y servicios entre individuos libres. Otra palabra que debemos considerar es la libertad del individuo para poder elegir y ser su propio amo, eso sí, respetando siempre a los demás y, es por eso que los duopolios, los oligopolios y los monopolios terminan siendo funestos para la libertad económica pues rompen la tradición de la ley de la oferta y demanda.
En Latinoamérica se ha establecido una cofradía de patanes y patanas que creen saber de economía y, en realidad, están llevando a sus naciones al precipicio. Esto se siente diariamente por parte de las víctimas de dichas políticas, es decir, por los individuos que deben ir de un lado a otro en busca de productos para satisfacer sus mínimas necesidades tales como comprar una hojilla de afeitar, conseguir papel sanitario, azúcar, aceite o papas, por poner al tapete algunos productos. Para qué hablamos del pan de trigo o de maíz, esos son lujos del pasado y burgueses.
Venezuela cerró con una inflación oficial en 2013 de 56,2% (extraoficialmente se calcula superó el 80%) debido a las erróneas políticas de atolondrados economistas venidos de las universidades controladas por el PSUV . Argentina, que no tiene un Partido Socialista en el poder, pero que tiene a una parte del peronismo, rabiosamente corrupto (al igual que su par del norte – emulando la revolución) cerró el año pasado con 28% de inflación oficial, la cual es calculada en cerca del 40% por sectores de la oposición gaucha.
El control de cambios en Venezuela ya dura casi 15 años. El Banco Central de Venezuela, es controlado por el gobierno (otra política errada) y no ha podido manejar la paridad cambiaria púes está obligado por el Ejecutivo a fiajr el precio de la moneda norteamericana, como si ella fuera la única medida de intercambio mundial.
Las lacras que significa lo anterior, llevan a una total escases de productos perecibles y no perecibles; a una inmensa corrupción que parte de los organismos oficiales y de las llamadas empresas de portafolio o maletín. Mientras tanto, no hay divisas para pagarle a las líneas aéreas ni para pagar cartas de créditos. El despilfarro monetarios ha sido tan grande, que en los 13 años de Chávez en el poder se regaló más de 40 mil millones de dólares a países como Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, Estados Unidos, Nicaragua, etcétera. Dinero que jamás, nunca, retornará al pueblo venezolano.
Argentina no regala dinero; allí las autoridades simplemente se lo han robado y eso ha traído como consecuencia un nuevo semi-corralito, aumento en los bienes y escases de ellos, y ha acumulado una deuda externa que es casi idéntica al PIB.
Un reciente estudio económico efectuado por el The Wall Street Journal, refleja que para 2014, es decir este años, Argentina tendrá una inflación del 40% o más, y un crecimiento del PIB de -3% lo que significará estanflación y que sin duda afectará al resto de Latinoamérica.
Venezuela, bajo la mirada del mismo periódico, se ve mucho peor. Crecimiento del PIB -4% e inflación superior al 80%, es decir la más alta del mundo, record que el país ya había logrado el año pasado.
¿Deben ir los países de la región al salvamento de esas naciones o deben ser sus propios ciudadanos quienes salven a sus respectivos países? Venezuela y Argentina son países como copiados con calco; ambos han cesado pagos a empresas internacionales, líneas aéreas y han logrado que los inversionistas extranjeros miren para otro lado. Pero, eso no es todo; los países más perjudicados con esas políticas serán, sin duda, Brasil México y Chile pues tendrán que disminuir sus exportaciones hacia esos países, los cuales no quieren entender que deben recurrir a los textos clásicos de la economía para salvarse del precipicio e impedir que sus ciudadanos sigan sufriendo carencias…
• Candidato a Doctor en Comunicación Estratégica