La doble moral roja rojita
Escribo como independiente que siempre ha estado en la Oposición. No me refiero a los pasados diez años solamente (esa es la situación de los adecos y copeyanos, quienes disfrutaron de las mieles del poder, y ahora se quejan por esta década de «sacrificios»). He sido crítico de todos los gobiernos, desde que superé la pubertad y comencé a interesarme en la política. Compartí, con algunos que hoy son parte del oficialismo, tanto la genérica condición de opositores como la específica participación en eventos claramente definitorios de muestra posición cuestionadora de los vicios y las malas praxis del «puntofijismo». La diferencia esencial con aquellos circunstanciales compañeros de luchas, es que desde 1999 ellos gradualmente se han convertido en anoréxicos políticos, y así como las víctimas de este desequilibrio afirman estar gordos, no ven que son piel y esqueleto, estos falsos revolucionarios no ven ahora los defectos y delitos que antes denunciaban y combatían.
Daniel Ortega ha sido denunciado en Nicaragua y el mundo, por sus propios compañeros del Frente Sandinista, como traidor a las ideas y proyectos que los llevaron a enfrentarse a la dictadura somocista, así como existe otra grave denuncia de abuso sexual a lo largo de veinte años en perjuicio de su hijastra, Zoilamérica. Su víctima desde los once años, trató de lograr ante la jurisdicción internacional (retiró su demanda por razones no aclaradas) la Justicia que le niegan los tribunales nicaragüenses, controlados groseramente por Ortega, además aliado de Arnoldo Alemán y la extrema derecha. Las mujeres en Chile, Paraguay, Honduras, algunas en altos cargos, han manifestado su rechazo al sádico Ortega. En Venezuela, las mujeres del oficialismo no cuestionan para nada las inmorales actuaciones de Ortega en lo personal y político, sino que declaran que «lo importante es que el compañero Ortega es un revolucionario» ¿?. Para colmo, la presidenta de la Asamblea Nacional, incursa en Nepotismo, invisible para los del PSUV, se permite afirmar que Nixon Moreno, el estudiante refugiado en la Nunciatura Apostólica, es culpable del insólito delito de pretender violar a una mujer policía, mientras era perseguido durante una protesta estudiantil en Mérida. No hay juicio ni sentencia en ambos casos, pero el cúmulo de evidencias en el caso de Ortega existe y lo señala consistentemente, la increíble fábula oficial contra Nixon se cae por su propio peso y, sin embargo, los revolucionarios optan por exonerar a priori* a su camarada Ortega y condenar a priori al estudiante adverso al régimen (*tal como hicieron con los Chávez y con el Fiscal Isaías Rodríguez, y convenientemente ahora persiguen a Baduel, su héroe del 11A).
El chivo expiatorio endógeno del oficialismo es la Cuarta República, el exógeno es el Imperialismo, a estos dos factores atribuyen la culpa de todos los males ocurridos durante los 40 años del puntofijismo y pretenden seguir asignándoles la autoría intelectual y material de todo lo malo en esta década, como si ellos no hubiesen sido el Gobierno desde 1999. Centenares de personas constituyeron la tramoya gubernamental en los regímenes de AD y Copei (que adversé), pero una parece condensar mejor los elementos más cuestionados, Corrupción, Represión, Populismo, Neoliberalismo, Sectarismo; Carlos Andrés Pérez, Presidente dos veces 74-79, 89-93. La sigla CAP es para la izquierda borbónica el mejor símbolo de los malos gobiernos que combatieron de diversas maneras, oposición parlamentaria, manifestaciones callejeras, guerrillas rurales y urbanas. CAP representa al ladrón, al demagogo que saltaba charcos y ofrecía la seca y la meca, al disoluto que mantenía un segundo frente con Cecilia Matos (su amante y luego esposa, caso repetido con Lusinchi), al populista que repartía dinero, sacos de cemento, bloques y láminas de zinc, al neoliberal que trató de imponer cambios favorables a las transnacionales. Y sin embargo, CAP respetó la Descentralización y la Independencia de los Poderes, acató la decisión judicial que lo separaba del cargo, sufrió destitución y cárcel, limitándose a declarar que «habría preferido otra muerte». CAP fue juzgado por utilizar 250 millones de Bolívares de la Partida Secreta para los gastos de Seguridad de la Presidenta Violeta de Chamorro, en Nicaragua. Muchos de los que aplaudieron ese supuesto precedente contra los vicios en la Administración Pública, hoy nada dicen del caprichoso reparto de Decenas de Miles de Millones de Dólares, por parte del caudillo de Sabaneta. A Venezuela han ingresado estos diez años cerca de setecientos mil millones de dólares, y difícilmente puedan justificarse la quinta parte de esos ingresos. Desconocemos el uso y destino del resto, pero los funcionarios rojos rojitos se ocupan de darle credibilidad a las fantasías de golpes y magnicidios, que buscan desviar la atención respecto de la profunda Corrupción que carcome al régimen, con pliegues en Bolivia, Argentina, Cuba, Ecuador, Honduras, y produce consecuencias en Tribunales de Buenos Aires y Miami. CAP respetó la Constitución, Chávez la ha violado varias veces, la rechazada Reforma y su reintroducción en las leyes habilitantes son las más recientes violaciones, inexistentes para los puritanos rojos rojitos.
Los oficiales que, faltando a la Constitución, llevaron bajo engaño a sus tropas a perpetrar un Golpe Militar el 4F del 92, produjeron muchas víctimas y daños. Pese a ello tuvieron juicios justos que no alcanzaron el nivel de sentencia, fueron sobreseídos, salieron en libertad a los dos años y se reinsertaron a la vida ciudadana sin persecución ni limitaciones. Una vez en el gobierno, los mismos cuyos derechos fueron respetados, se dedican a reprimir a la disidencia, encarcelan al General Usón por expresar una opinión en TV, a los Comisarios Simonovis, Vivas y Forero los mantienen desde hace más de tres años presos, sujetos a una pantomima de juicio que viola los procedimientos y lapsos que las leyes establecen. Y todo para fabricar culpables de una masacre que fue diseñada y ejecutada por funcionarios y simpatizantes del Gobierno chavista, la cual habría sido peor de haber sido obedecida la cobarde orden de aplicar el Plan Avila.
Los que se rasgaban las vestiduras ante el rumor de que hacían una Estatua de CAP que pondrían en el Táchira, o protestaban por el corto programa semanal de Caldera, nada tienen que objetar del abuso al encadenar a cada rato Radio y TV, con evidentes fines proselitistas y por el tiempo que le provoque al animador frustrado. El Presidente, que no es candidato, hace campaña donde y cuando quiera, con el CNE como los tres monitos. Argumentan que el Poliedro y el Teresa Carreño eran utilizados para promover expresiones culturales elitescas, pero están muy cómodos mientras sean usados para reuniones políticas del Partido Oficial, vedados a quienes no comulguen con la Verdad única, roja, como VTV y los demás medios que «ahora son de todos». No les inspira ninguna crítica el Culto a la «Personalidad» que ha colocado la imagen del Mesías ñángara en todo vehículo, equipo, oficina, valla, aviso, y propaganda oficial que exista.
Aprueban veinte mil millones para aumentar la Seguridad de quien humilló a un trabajador por cobrar las horas extras que la megalomanía y verborragia presidencial exigen, cuando los venezolanos, de todos los bandos, consideran a la Inseguridad como el primordial problema a ser resuelto. Faltando mes y medio para las elecciones improvisan operativos efectistas en las avenidas más concurridas, bien lejos de donde ejecutan sus atracos y asesinatos los delincuentes. No cancelan deudas, no discuten Contratos colectivos, no aumentan los salarios suficientemente, pero simultáneamente envían en alegres maletines millones de dólares. Maisanto viaja a menudo, con séquito numeroso y rodeado de lujos costosísimos, lo cual es el común denominador de los funcionarios que demuestran incapacidad para gobernar, pero les sobran agallas para malgastar.
Los que declaran Fe Antiimperialista, sienten nostalgia por la URSS y se solazan con la bananera carrera armamentista que beneficia al proveedor, Rusia, remanente del colapsado Imperio Soviético, controlado por un equipo de la KGB. Odian el sectarismo que favorecía a los militantes de AD y Copei, pero callan o aplauden la muy fascista Lista Tascón, que establece coordenadas de Campo de Concentración para todos los que no demuestren ser incondicionales del fascismo rojo rojito. Demócratas dicen ser, pero admiran y emulan a Stalin, Mao, Fidel, criminales totalitarios. Criticaban los repartos de limosnas con que AD Copei compraban votos, no ven su reproducción tras la fachada de las Misiones y los nombres de próceres con que las bautizan. Alérgica a las Cúpulas podridas de ayer, la izquierda resentida y borracha de poder no tiene inconveniente en que un solo individuo, un teniente coronel con una tizana ideológica, un Caudillete cuya principal experiencia deriva de haber administrado una cantina en un cuartel y roto un candado a balazos, les imponga los caprichos de su anacrónica y febril mentalidad, nariceándolos en público, evidenciando permanentemente su incapacidad para manejar un Estado moderno y su empeño en seguir comportándose como un gorila, cuya falta de escrúpulos y ambición puede conducirlo a destruir al país y a cometer crímenes de lesa humanidad, como aquellos que esos mismos «socialistas del siglo 21» repudiaban cuando eran cometidos por el bando supuestamente contrario.
Cuestionan hoy lo que ayer practicaban, Practican hoy lo que ayer cuestionaban.