La dignidad nacional
Definitivamente, Hugo Chávez no entiende que la dignidad de un país se encuentra directamente relacionada con el comportamiento internacional del jefe del Estado. Su estilo de camorrero de barrio parece que ya cansó a muchos de los líderes latinoamericanos. Esta semana ha sido realmente aleccionadora. La noticia publicada por el diario La Nación de la Argentina muestran que la paciencia que han tenido los presidentes Kichner y Lula puede estar llegando a su final. La injerencia de Hugo Chávez en los asuntos del Cono Sur los tiene cansados. Pensar que la frase atribuida al presidente venezolano: “fui de bombero y salí quemado”, resolvió el problema es no conocer el sentido claro de los intereses nacionales que tienen las cancillerías de esos países.
Tampoco ha sido grato presenciar el lamentable enfrentamiento entre Alan García y Hugo Chávez. Tengo que reconocer que quien comenzó las ofensas fue el candidato del APRA, pero Hugo Chávez se fue de bruces y le respondió poniéndose a su mismo nivel. No recordó que Alan García no es un jefe de Estado. Se le olvidó que el presidente de un país representa la dignidad nacional. Es verdad que Hugo Chávez nos tiene ya acostumbrados a estos dislates en sus ofensas a George Bush. La diferencia radica en que el presidente de los Estados Unidos no le responde. Lo hace un subalterno. De esta manera el presidente Bush preserva el honor de su país.
El colmo fue ofender, al mismo tiempo, a Alejandro Toledo. En verdad, el presidente peruano le contestó con gran altura. Además permitió que amplios sectores de ese país cerraran filas con el candidato del APRA. Esta polémica tendrá, dentro de muy poco tiempo, su definitiva solución. Si Alan García gana las elecciones, el gran derrotado no será Ollanta Humala sino Hugo Chávez. Aunque retire a su embajador, será un gran fiasco internacional.
