La democracia pisoteada
Están entre la espada de sus ignominias y la pared de la indignación popular. Que entonces, cuando se acabe nuestra pesadilla y comience la suya, sepan enfrentar la justicia con la grandeza que no tuvieron para pervertirla y mancillarla.
Juegan con fuego. Y su intención es tan evidente, que asombra por miserable y estúpida. Pretenden empujar al más corto plazo al enfrentamiento definitivo con los demócratas, inmensa mayoría del país, de modo a sacarse de la manga, como lo hicieran el 11 de abril, su carta secreta: un golpe de estado y el establecimiento final y definitivo de su tan mentada dictadura socialista del siglo XXI. Única salida eventual que les va quedando ante el derrumbe de su popularidad y la sistemática destrucción del país debido a su incuria, su inoperancia, su inmoralidad y su incapacidad de gobierno.
Pretenden, una vez más, tapar el sol de su desastre con el dedo de Diosdado Cabello. Creen que cerrando RCTV el país no se enterará de los cortes de luz, la falta de agua, la galopante inseguridad, la pobreza y la terrorífica inflación que asola nuestros hogares. Creen que sacando del aire a Miguel Ángel Rodríguez, a la Bicha y a los servicios informativos de RCTV la gente no se enterará de las decenas de atormentados deudos que reclaman lunes a lunes frente a las morgues de Venezuela los despojos de sus hijos, hermanos, padres y hermanos recién asesinados.
Por eso, corre Diosdado a obedecer y cumplir las órdenes de su jefe. Un flaco favor que se ve obligado a cumplir para tapar sus latrocinios, sus testaferros, sus cuentas bancarias, sus miles y miles de millones de dólares saqueados de los dineros públicos. Él, un hambriento capitán que salta de espaldero a prohombre de la boliburguesía y las finanzas de Venezuela. De muerto de hambre a rey Midas de esta dolida patria.
¡Cuánto quisieran ambos tener un ápice de la integridad moral, la honorabilidad y la grandeza de aquel que odian desde sus más profundas entrañas! ¡Cómo les aflige el desprecio de la Venezuela ilustre que él representa! Dios los asista cuanto al cabo del tiempo, en una de estas inevitables vueltas de la vida política, se vean en el trance de dar cuenta de sus crímenes y latrocinios. Ya se ven reproduciendo el destino de los Hussein y los Fujimori. Y de allí el desespero. Están entre la espada de sus ignominias y la pared de la indignación popular. Que entonces, cuando se acabe nuestra pesadilla y comience la suya, sepan enfrentar a la justicia con la grandeza que no tuvieron para pervertirla y mancillarla.
No esperen de los demócratas acciones descabelladas ni actos de suicidio político. Seguiremos acumulando fuerzas, apoderándonos de las calles, acerando nuestra indignación y nuestro coraje para cuando llegue el momento. El momento inevitable que ya se avizora. Cuando se vean empujados por la indignación de la Venezuela decente al abismo de su inmundicia.
Entonces seremos implacables. Ya quedó atrás la línea demarcatoria de esa correlación de fuerzas que les hubiera permitido imponer la dictadura. Ya están al borde del abismo. De él no los salva nada ni nadie. Que se vayan preparando.