Opinión Nacional

La cultura del terror

La persecución a los intelectuales no es nada novedosa en el mundo. En América Latina ha sido una constante; todas las dictaduras lo han hecho, sean estas de izquierda o derecha. El principio de esta sin razón es que todos los dictadores buscan “el ideal” del pensamiento único.

Lo triste de la situación es que en todo esto siempre están presentes los apologistas de turno. Por ejemplo, hace unos días la dirigente del Partido Comunista de Chile, Gladys Marín, quien salvó su vida gracias a la solidaridad de las organizaciones de Derechos Humanos DD.HH., y a la intervención de algunos gobiernos, no pudo hacer otra cosa que aplaudir al régimen castrista, al cual calificó como el “más demócrata del mundo”, y protector de los “derechos humanos”, de los cubanos. Tanto cinismo sólo puede producirse en una mente enferma o en una persona llena de resentimiento social.

Castro lleva casi 43 años en el poder. ¿Cómo puede ser democrático? En todo ese tiempo Estados Unidos ha tenido diez presidencias, y la mayoría de los países del mundo democrático han visto renovarse, por lo menos cada cinco años a sus trenes ejecutivos o parlamentarios. ¿Es que Castro piensa que es irremplazable?

El tirano cubano ha sido peor que Batista y sus gansters. Durante Batista, Cuba era un lupanar de lujo; hoy es un lupanar de pobreza; las “jineteras” siguen allí, como si el mundo no hubiera cambiado… La pobreza es igual a la batistiana; la corrupción, ni que decir. La brutalidad policíaca es peor. Si Batista hubiera sido tan bruto como lo es Fidel, obviamente, éste último no habría sobrevivido.

Los 78 pacifistas cubanos enviados a largos años de prisión, entre los cuales se encuentran 28 periodistas, a quienes condenaron a veinte años por poseer una máquina de fax, grabadoras, o artículos de periódicos extranjeros (propaganda enemiga). Entre estos periodistas hay un poeta, Raúl Rivero, sentenciado por tener una copia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, artículos de la prensa norteamericana, una grabadora Sony, un cargador de baterías, una máquina de escribir y una computadora personal laptop. Si fuera solamente por eso, me imagino que yo debería ser fusilado, de acuerdo a los estándares criminales de Cuba.

Muchos intelectuales del mundo han condenado esta persecución al pensamiento. Sin embargo, Castro, para dejar bien en claro que él manda, envió al paredón a tres infortunados hombres que habían tratado de viajar a Estados Unidos en un bote con varias personas a bordo. Después de un juicio sumario, sin derecho a defensa, como es la costumbre castrista se les fusiló; así de simple. Según la señora Marín del PC de Chile, según los diputados del Movimiento V República de Chávez, y sus ministros, eso es potestad de los cubanos pues son un pueblo soberano.

Muchos países condenaron y siguen condenando estos abusos; en América Latina todos, menos Argentina y Venezuela han condenado estas atrocidades.

El gobierno castrista, insultó a los gobiernos que han reclamado sus estándares sobre DD.HH., llamándolos “lacayos de Estados Unidos”. Ese insulto ha significado el retiro del Embajador de Perú en La Habana, y la protesta de varios otros, entre ellos el gobierno de Chile, el cual tuvo que protestar nuevamente porque el lunes 28 de abril el gobierno cubano le negó las visas a dos diputados que viajarían a la isla para verificar la situación real de los DD.HH.; el argumento de los diputados es que los tres fusilados no son los únicos y que en la isla caribeña se estaría fusilando sumariamente a disidentes, según pruebas que ellos dicen tener, desde principios de año.

Cultura en las mazmorras

Ahora, a finales de abril, se ha llevado a cabo la última edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana, un evento que reúne a los intelectuales del hambre con los demás intelectuales izquierdistas del mundo, y ¿saben ustedes en qué lugar se ha instalado la Feria? – Se instaló en la ex prisión de La Cabaña, tenebroso lugar en donde se produjeron casi todos los fusilamientos del régimen. La simbología elegida por el régimen no podía ser peor: “ustedes intelectuales podrían haber sido huéspedes de estas mazmorras. Ustedes hacen su cultura de acuerdo a nuestras directrices o serán pasto del terror revolucionario”. ¿Qué simpleza, verdad?

Fidel ha sido un “chulo” histórico. No sólo ha usado a los intelectuales. También ha convencido a políticos y gobiernos de que Cuba es un David luchando en contra del Goliat llamado “Tío Sam”. El mejor negocio que ha hecho Fidel es que EE.UU. no le levantara el “embargo económico”. En este punto yo no entiendo algo: ¿es EE.UU. el único país del mundo para comerciar? – ¿Acaso el resto de las naciones no comercia con Cuba? – ¿Tiene la culpa EE.UU. de las ineficiencias económicas de la Isla, por ejemplo, que la producción de azúcar sea mínima; que no sean capaces de cultivar granos, hortalizas, aves, cerdos, etc., en suficiente cantidad como para alimentar a un pueblo hambriento.

Muchos intelectuales cayeron ante los cantos de sirena de Castro; entre ellos Cortázar, Paz, Neruda, Graham Greene, Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, García Márquez, Benedetti, solo por nombrar los que se me vienen a la memoria.

En 1969, sin embargo, Castro cometió su primer error contra la intelectualidad al encarcelar al poeta Heberto Padilla, quien era, como la mayoría de los intelectuales cubanos, funcionario del régimen. Padilla se atrevió a criticar al partido y fue enviado a la cárcel. Esto sirvió para que muchos intelectuales del mundo rompieran con La Habana, entre ellos la gran Simone de Beauvoir, Sartre y Octavio Paz.

El escritor portugués, premio Nóbel de Literatura José Saramago, hizo público su “desencanto” con el régimen de Castro; lo mismo hicieron el uruguayo Eduardo Galeano, autor del famoso “best seller” Las Venas Abiertas de América Latina, el mexicano Carlos Fuentes, la norteamericana Susan Sontag, y los españoles Pedro Almodóvar y Fernando Trueba, cineastas; el cantante Joan Manuel Serrat, quien por muchos años defendió a la revolución cubana y cantó gratuitamente para los izquierdistas del mundo, lo mismo Miguel Ríos, el famoso filósofo Fernando Savater, y el pintor, Javier Mariscal, junto a los escritores Juan José Millás, Javier Cercas, Antonio Muñoz Molina y Elvira Lindo, rompieron definitivamente con el criminal gobierno de Fidel Castro.

Así, muchos ex seguidores de Fidel, según fueron pasando los años, comenzaron a cuestionarse y a preguntarse algunas cosas del régimen. Por ejemplo, se preguntaban, ¿si el llamado socialismo a la cubana es tan eficiente por qué debe vivir permanentemente de la mendicidad internacional? – La URSS estuvo sosteniendo a la economía castrista por 30 años. – ¿Por qué a los cubanos les está vedado visitar ciertos lugares de la isla que son solo para extranjeros; por qué hay que hacer cola para comprar una libra de arroz; por qué hay tarjeta de racionamiento? – ahora Cuba depende en gran parte de lo que le regala Hugo Chávez: petróleo, derivados, materias primas, etc. ¿Qué más quiere?

Copiando el modelo

La “revolución bolivariana”, como llama a su gobierno el oficialismo venezolano, o “robolución” como le dice irónicamente la oposición al proceso de pauperización económica y de persecución al pensamiento llevado a cabo por el régimen, ha tomado algunas lecciones del modelo cubano, con el fin también, obviamente, de neutralizar a los disidentes del pensamiento o acabarlos por otros medios. Lo extraño de todo esto es que el gobierno se dice de izquierda; la gran mayoría de los intelectuales venezolanos son de izquierda, pero, obviamente, ya no comulgan, como lo hicieron en los sesenta, con “ruedas de carreta”.

Algunos intelectuales venezolanos, con quienes he intercambiado algunas impresiones acerca de estos hechos, coinciden en que la mayoría de los intelectuales cubanos, nacidos con el signo de la revolución, apoyan a Castro porque son funcionarios y tienen asegurada la comida. Ante la hambruna que se vive en Cuba, ellos son, obviamente, personajes que viven completamente de espaldas a la realidad de su país. Y, si se dan cuenta, prefieren mirar hacia otro lado y no perder sus prebendas. Ellos, me dicen mis amigos, no conocieron el significado de la palabra libertad, no comprenden el significado de democracia, y por lo tanto, no se jugarán la vida en contra del régimen como sí estamos dispuestos a hacerlo en Venezuela, pues nosotros, sí conocemos los valores de la democracia y los defenderemos hasta la muerte.

La Dirección de Literatura del Gobierno Nacional, dirigida por William Osuna, no ha encontrado mejor medio para saber qué piensan los intelectuales que enviarles, a cada uno de ellos, un cuestionario, el cual están, según se dice, obligados a contestar, pues si obtienen algún tipo de premio, no lo recibirían si éste, elaborado por los “genios intelectuales del régimen”, no es completado.

Las preguntas del cuestionario oficial, que avergüenza a los intelectuales, son las siguientes:

1. ¿Cómo nace en usted la vocación por la literatura?
2. ¿De cuál (sic) de los poetas venezolanos se siente más cerca y más distante?
3. ¿De cuáles de los poetas extranjeros se siente más cerca o más distante?
4. ¿Qué labor literaria desarrolla actualmente?
5. Háblenos acerca de sus lecturas.
6. ¿Cómo caracteriza la trayectoria de la poesía en el ámbito nacional?
7. ¿Qué papel le corresponde jugar al poeta en los actuales momentos? – Si es que le corresponde desempeñar alguno.
8. Hablemos un poco de política local. ¿A qué distancia se encuentran Fedecámaras (1), la C.T.V.(2) y los medios de comunicación de la democracia participativa y la Constitución de la república Bolivariana de Venezuela?
9. En la Plaza Altamira (3) la gente pide libertad. ¿A qué se refiere este grupo importante de personas cuando invocan este concepto?
10. ¿Qué es para usted un intelectual?
11. Muchos gobiernos catalogan a este gobierno de dictatorial. La realidad nos demuestra que no existen presos políticos ni casos de tortura; los medios de comunicación actúan con entera libertad. Se conocen 4 exiliados: el Coronel Soto, el Almirante Molina Tamayo, el empresario Pedro Carmona y ahora Carlos Ortega. ¿Cuál es su opinión al respecto? (*)
12. Muchos creadores se negaron a opinar de política, en momentos en que masacraron pueblos (Cantaura), desaparecieron personas, clausuraron medios de comunicación, violaron sistemáticamente la Constitución, asesinaron estudiantes y campesinos. Ahora, tocan tierra. Y así, miran con simpatía el modelo democrático que se comenta en la Plaza Altamira; llaman paro cívico al lock-out empresarial y aplauden a rabiar el sabotaje petrolero, quebrando lanzas por los meritócratas de PDVSA.(4) En resumen, ¿tiene alguna opinión sobre esta novedosa actitud?

Analizando el cuestionario, el lector podrá notar que él es completamente dirigido e intimidante, pero, además, insulta gratuitamente a los intelectuales al decirle o preguntarles si tienen influencias nacionales o extranjeras; se entromete en la vida creativa de los escritores (no sabemos el propósito) al preguntar la labor literaria que el escritor realiza en la actualidad. Por otro lado, se trata de penetrar en la ideología del individuo al preguntársele por “sus lecturas” y por el rol que debe jugar el poeta en la actualidad, añadiendo, “si es que le corresponde desempeñar alguno”. Obviamente, ese comentario es ignorante, cretino y estúpido, toda vez que al intelectual siempre le corresponderá desempeñar un rol en la sociedad.

Otras preguntas del “goebeliano” cuestionario, que bien podría ser una copia de lo que se hace en la actualidad en Cuba, es tratar de inducir al intelectual (craso error) a pensar que los organismos que agrupan a las fuerzas vivas de la nación están en contra de la Constitución y de la democracia participativa, que sólo existe en las mentes de los oficialistas; pues, la democracia, si es que hay alguna, es en Venezuela, en todo caso, representativa. Lo mismo trata de insinuar con respecto a los medios de comunicación. El gobierno ha tratado de cerrarlos, neutralizarlos o lisa y llanamente acabarlos pero se ha encontrado con una inmensa barrera que se le opone: la intelectualidad y la clase media del país.

Cuando en el cuestionario se le pregunta el intelectual a qué se refiere el concepto libertad proclamado por los disidentes de Plaza Altamira, están planteando una estupidez, pues la libertad es un valor indivisible e inmutable.

Obviamente, lo que busca el adlátere de Fidel es tratar de controlar a la disidencia intelectual venezolana de una u otra manera, o tratar de crear en ella la desesperanza, como lo ha tratado de hacer con el pueblo; labor vana si pensamos que Chávez, es un hombre de pocas luces y que jamás, nunca, podrá entender el pensamiento.

NOTAS:

(1) Institución que representa a todos los empresarios del país.
(2) Confederación de Trabajadores de Venezuela, principal organización obrera del país que ha querido ser destruida por el gobierno
(3) Plaza de la zona este de la ciudad de Caracas, llamada en realidad Plaza Francia y en la cual los militares disidentes al gobierno de Chávez lanzaron sus proclamas pidiendo libertad. Hoy es símbolo de la resistencia civil al régimen.
(*) Los exiliados son nueve hasta el 29 de Abril 2003
(4) Petróleos de Venezuela S.A., empresa estatal petrolera que paralizó durante dos meses (diciembre 2002 a Enero 2003); el gobierno despidió de ella a 18 mil trabajadores, con el fin de incorporar a sus partidarios

Mario Concha Vergara es Politólogo y comunicador social
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