La crisis es general
La crisis que hoy atraviesa Venezuela se ha generalizado, no sólo por la enfermedad y ausencia del Presidente Hugo Chávez, algo normal en todo ser humano incluyendo a los Jefes de Estado y de Gobierno de los países del mundo, sino también, y esto es posible de mayor gravedad por la violación a su mandato expresado en su última alocución al país, de que el en caso de una circunstancia sobrevenida, el Vicepresidente Nicolás Maduro terminara su período constitucional y fuera escogido como el candidato del PSUV para las elecciones presidenciales que convocarían por expresa disposición Constitucional. Y ello, porque al violar la voluntad del Presidente electo, se violó la Carta Magna, a lo cual contribuyó el Tribunal Supremo de Justicia al decretar la continuidad del Jefe del Estado por haber sido reelecto, y la continuidad del Vicepresidente y del gabinete, a quienes nadie ha nombrado porque el Presidente no se ha juramentado. Los magistrados, usurparon también lo que podría ser la voluntad de Chávez para escoger el Vicepresidente, porque Maduro entraría en campaña electoral, y su nuevo gabinete.
Al violar la Constitución por parte de los subalternos y herederos de Hugo Chávez, la crisis se extendió a todas las instituciones del Estado y a todas las organizaciones chavistas. Nicolás Maduro usurpa las funciones de Vicepresidente, y en algunos casos de Presidente Encargado, porque nadie lo ha nombrado, de allí el fácil desconocimiento de su autoridad, no sólo por la oposición, sino también, y esto es posiblemente lo más peligroso para su estabilidad, por instituciones del Estado, que al no recibir las órdenes directas del Comandante en Jefe, no reconozcan las que indirectamente les trasmite Maduro.
Según informaciones que circulan en medios políticos y en las redes sociales, hasta los Tupamaros, uno de los brazos armados del chavismo, han comenzado a actuar con autonomía y amenazan con presentarse al Hospital Militar a presenciar el juramento, si es que se produce, del Presidente electo, porque ya no creen en la palabra de Maduro y otros voceros que dicen recibir instrucciones de Chávez.
Y si el TSJ no cumple con el mandato constitucional de nombrar un Junta Médica que determine si el Presidente puede o no ejercer las funciones para las que fue electo, y la Asamblea Nacional no declara su ausencia temporal o absoluta, ni encarga a Diosdado Cabello de la Presidencia y llama a elecciones, la crisis parece incontenible e impredecible.
El Pacto de la Habana que obligaba a Nicolás Maduro y a Diosdado Cabello a actuar conjuntamente, para una supuesta estabilidad del chavismo, ha sido rechazado por quienes no quieren favorecer los intereses económicos y políticos de los comandantes cubanos, lo que posiblemente sea la razón del silencio de Cabello, no sólo para no perder autoridad ante sus antiguos compañeros de armas, sino también porque sabe que una salida constitucional es lo que garantiza la gobernabilidad y lo lleva a él a asumir la Presidencia de República mientras se realizan las nuevas elecciones presidenciales. De allí que la incertidumbre de los venezolanos continuará hasta que no juramenten al Presidente electo y éste nombre Vicepresidente y gabinete, o se declare la vacante absoluta y proceder tal como lo establece y manda la Carta Magna.
La pugna interna en el chavismo tomó un giro que seguramente muchos no esperaban: los partidarios de la política que conduzca el país a un socialismo autoritario a la cubana, y los que pugnan por liberarse de la dependencia de los comandantes cubanos y establecer un régimen que respete la Constitución Nacional Bolivariana y defienda la soberanía nacional. Y esa crisis sólo la puede resolver Hugo Chávez en plenitud de sus facultades para gobernar, no a través de los mensajes que supuestamente recibe Nicolás Maduro y luego transmite a la nación. Seguramente Maduro medirá sus fuerzas, pero con la desventaja de que está usurpando las funciones del Vicepresidente e incluso las del Presidente cuando trata de intervenir en terrenos, cuyos problemas, únicamente el Comandante en Jefe puede tratar y resolver. Todo parece indicar que lo más sensato sería un estricto apego a la Constitución Nacional, que lleve a la Presidencia provisional a Diosdado Cabello, y el ungido Nicolás Maduro salga en campaña electoral.
No hay peligro alguno de violencia por parte de la Alternativa Democrática, que además de tener la convicción de que la superación de esta crisis tiene que ser pacífica y electoral, está desarmada. Las armas están en poder de la FANB y de los chavistas, que de acuerdo con la Carta Magna están obligados a usarlas para preservar la paz, el orden y la soberanía nacional. Amanecerá y veremos.