La carta de Galán
Jugar de ese modo con la incertidumbre en torno a la salud del Presidente tiene un propósito político electoral porque se pretende atarlos a la figura de Chávez bajo la gran mentira de que está totalmente curado, para utilizarlos en los comicios presidenciales.
La actual coyuntura de la enfermedad del primer mandatario nacional tiene cierta relación con el caso del candidato presidencial colombiano Luis Carlos Galán quien, previendo un atentado y su muerte, dejó por escrito el nombre de su sucesor.
Galán fue asesinado un 18 de agosto de 1989 y dejó una carta cuyo contenido fue dado a conocer en los funerales por su hijo, Juan Manuel Galán, surgiendo ahí, en medio del dolor y las lágrimas, el nombre de aquel que lo supliría en el rol de aspirante presidencial: César Gaviria, jefe de campaña del candidato y ex ministro.
La muerte y la carta en medio de un sepelio acompañado con miles de personas crearon un marco de grandes expectativas porque, después de conocerse el nombre del elegido, la entrada de la candidatura de Gaviria retumbó en la arena política colombiana y ese hecho le dio un gran impulso a su postulación, ganando posteriormente el cargo de Presidente de Colombia.
En Venezuela, quienes forman parte del círculo de aspirante a suceder a Chávez quizás en lo más profundo de su ser juegan con un escenario parecido al Caso Galán o, en su defecto, piensan que les convendría más crear un ambiente de expectativas acerca del anuncio del sucesor de Chávez, bajo la idea del efecto propagandístico.
Toda esta estrategia de si es o no es Chávez Frías gira en torno a la salud presidencial y resulta evidente que quienes aspiran del lado oficialista están pensando más en ellos mismos, en la posibilidad de ser el escogido, que en las condiciones del enfermo.
No se atreven a pedirle a su Comandante-Presidente que se dedique completamente a tratarse el cáncer y desistir de su empeño de continuar en el cargo. Juegan con el capricho de Chávez porque creen que al pedirle su retiro de la arena electoral podrían ser sometidos a la guillotina política.
Mientras tanto los días marchan inexorablemente hacia el 7 de octubre, fecha de las presidenciales, y lo cierto y evidente – así lo quieran ocultar y seguir engañando a los chavistas – es que Hugo Chávez vive una situación enojosa y lastimosa desde la perspectiva humana.
Atraviesa por una enfermedad compleja, grave y ningún venezolano puede alegrarse de la situación que padece. Irremisiblemente, Hugo Chávez no será candidato presidencial porque la enfermedad detiene su ferviente deseo de repetir en el cargo de Presidente de la República.
Mientras tanto quienes se creen su sucesor esperan con ansias ser el elegido, la fecha del anuncio y, además, sueñan con un escenario nacional de gran despegue mediático producto de la enfermedad de Chávez, muy semejante al triunfo de César Gaviria, cuya candidatura y éxito se definió a partir de la misiva escrita por Luis Carlos Galán.