La caída de Chávez
«Tienen que reconocer y aplaudir que en el desalojo de La Planta…no hubo masacre» nos espetó la voz del Presidente hace pocos días ante unas cárceles donde los presos piden ser trasladados con sus rifles de asalto y granadas, y donde después de escuchar el país entero el traqueteo de sus ametralladoras e incluso haber asesinado a vecinos de los edificios, en la requisa no encontraron más que unas municiones y dos granadas sin estallar. Es verdad deberíamos aplaudir semejante irresponsabilidad. «No hubo masacre» pero porque las armas usadas salieron también del retén. Entonces hay que aplaudirle eso al Presidente porque ha logrado dos récords históricos al mismo tiempo, destruir 260 mil armas de fuego que les decomisaron a los malandros y soltar a la calle a esos 260 mil malandros que evidentemente vivían de esa arma y que evidentemente no están presos, así que tengan por seguro que buscarán otra para reemplazarla, porque lo que le aplaudimos es que los malandros le encontraron la caída al gobierno. No hubo masacre Sr. Presidente ¡aplausos! La masacre llegará con los 20 mil asesinados en las calles este año, la masacre pasó a un genocidio que lleva 150 mil asesinados en su gobierno ¡apláudase usted ese logro!
Pero ya lo entendí no se trata del odio al pasado, ni de la «conexión espiritual entre el líder y su pueblo», ni siquiera del barril de petróleo a 110 dólares se trata de que el Presidente se ha convertido en el representante del liberalismo absoluto, el campeón del laissez faire, laissez passer (Dejar hacer, dejar pasar) y se ha dado cuenta de que le funciona. Y eso ha ocurrido en todos los estratos, mientras nosotros gritamos que no encontramos leche, el gobierno aprueba masivamente fondos que van a parar a manos de su gente. Y así aprobó 7 mil millones de dólares en importaciones de alimentos y no hay alimentos, 15 mil millones de dólares en préstamos al campo y no hay campo, 4 mil millones más de asistencia directa al campesino y luego de casi 25 mil millones de dólares, 5 veces más de lo invertido con Caldera, tenemos los anaqueles vacíos. Por esta sinvergüenza generalizada es por lo que se importan 40 mil millones de dólares en productos y no hay nada en los mercados. Por eso mismo se invierten miles de millones de dólares en construcción y nadie ve las grúas. Triplicaron la importación de miles de millones en medicinas y no hay en las farmacias. Y para esto, Chávez pide aplausos también.
Y no solo a nivel nacional, busquen en Internet y se darán cuenta de que en todas partes, casi todo el mundo le encontró la caída al «neoliberalismo revolucionario». Fíjense en la burla con los tractores, Chávez dice que por fin gracias a Argentina se construirán 2 mil tractores en Venezuela, que gracias a una inversión gubernamental de Venezuela por 30 millones de dólares se podrán construir tractores nacionales, luego métanse en la misma noticia en Argentina y verán como ellos celebran que con la mitad de esa inversión exportarán desarmados los tractores a Venezuela, averigüen en Brasil y se darán cuenta de la alegría de los brasileños por vender los motores de esos tractores a Argentina, en fin que todo el mundo está encantado de haberle encontrado la caída a Chávez y que este pueda sentirse que se la está comiendo inaugurando una fábrica para construir «tractores nacionales». Esta tragicomedia aumenta al momento de leer que al mismo tiempo que Chávez pide aplausos, Cristina anuncia que logró que los estadounidenses invirtieran 600 millones de dólares para construir tractores John Deer en Argentina. ¡Qué viva la revolución neoliberal! ¡Aplaudan pues!
Están haciendo lo que les da la gana con el país sin vigilancia y sin control de nadie, y todo intento de frenar este verdadero neoliberalismo salvaje, es condenado por golpismo, porque buena parte del país, según las encuestas considera que el mejor gobierno es el que no gobierna. Nos aseguran que el 65% de los venezolanos considera que la gestión de Chávez es buena porque con su laissez faire, laissez passer y el barril del petróleo a 100, sin duda que se vive mejor. Y el gobierno hace caso omiso incluso a las críticas de sus propia gente, pero hasta que baje el petróleo y queden desprovistos de sus escoltas y carros blindados frente a un malandro y su nueva pistola, momento preciso en el que no pedirán precisamente aplausos.
@thayspenalver