La burla
LA BURLA…
“Venezuela no se ha perdido, ni se perderá nunca, porque un ciudadano se burle del presidente, Venezuela se perderá cuando el presidente se burle de los ciudadanos” General Carlos Soublette.
Nos ilustra el diccionario que burla – del latín burrula – es la acción destinada a buscar el ridículo de alguno por diversión o inquina. La burla es una expresión grotesca de las personas que no tienen la idea de humanidad, ni respeto, como tampoco don de gentes, ni mucho menos un poco de cultura, decencia, o instrucción que les permita portarse o mostrar sus buenos modales.
Parece ser que su origen en parte se ubica en las cortes reales, donde el rey empleaba un personaje llamado bufón para que hiciera de cómico en la corte y los cortesanos rieran a buena gana. Bufones que en la actualidad se nos presentan bajo esa modalidad contemporánea del Entertainment mediático, con hojillas infectadas del destructor odio y del terrible resentimiento, o bien aderezadas con el cinismo y la mordacidad acumulada por la decrepitud del anciano que destila hiel en cada noticia.
Se hace menester destacar que existe una diferencia entre bromear y burlarse. Sostenía don Miguel de Unamuno: «En nada como en la burla se conoce la maldad humana, y el demonio es el gran burlador, el emperador y padre de los burladores todos. Y si la risa puede ser santa libertadora y, en fin, buena, no es ella risa de burla, sino risa de contento». La gran falta de madurez, respeto y sensatez, estriba generalmente en la maldad y mediocridad de las personas burlonas, quienes muy a menudo son sorprendidas por las personas burladas. La psicología social vernácula nos dice que los venezolanos tomamos en serio los chistes y hacemos chistes de lo serio, que no creemos en nadie y creemos en todo … lo que nos expone con bastante fragilidad a las caprichosas burlas de un régimen que se niega a tomar con seriedad un país que anhela orden, respeto, tolerancia y justicia… Hablando de justicia… ¿Acaso no es una burla para todos los profesionales del Derecho el nombramiento del ingeniero Argenis Chávez como director ejecutivo de la Magistratura? ¿Acaso no es mofa cínica y mal intencionada la sola mención de la adquisición de 18 aviones de combate por la Gente del Petróleo para derrocar al gobierno? ¿Acaso no es una burla la posición asumida por el Ministerio de Educación Superior ante las justas reivindicaciones que presentan los universitarios?
¿Acaso no es una burla informar que con la importación de 700mil toneladas de alimentos se garantizará la seguridad alimentaria del país? Lo más doloroso e intolerable, la burla ante los cientos de muertos cada semana, los casos de secuestros ya más que comunes, cotidianos; el estado deplorable del sistema de salud, la indignación social que crece por minuto; las trancas y múltiples manifestaciones. La burla ante tanta desidia, ante tanto disparate… y no hay responsables, y nada ni nadie se mueve. La burla de no ver la mínima voluntad de procura de justicia. La burla de no escuchar a la gente, de seguir ignorando su impotencia, su coraje. Es una burla a una sociedad a la que no se le respeta.
La burla de la indiferencia institucional, de constatar que los intereses de la política están primero que la impartición de la justicia. La burla de que este remedo de democracia siga sirviendo a los secuaces del régimen, mientras que los pobres no alcanzan ni un poco de justicia. 14 años de burlas, y como si nada. Burla al enaltecer la pobreza; burla con los necesitados regalando el dinero, como dádiva o limosna, sin lograr solucionar las necesidades básicas de la gente.
Burla a las necesidades y carencias de toda una Nación, al comprar alimentos en el exterior por la irresponsable gestión o indigestión de demagógicas y criminales invasiones y expropiaciones a las empresas dedicadas a la agro-industria. Y no se trata de gelotofobia (ese temor a la burla o a la risa ajena) se trata, simplemente, que la calidad de la democracia se mide por su capacidad de integrar el insulto. Pero también de respetar a la ciudadanía.
