La biógrafa de un Canciller en las manos de un Embajador
Para quien escribe esta crónica fue una maravillosa tarde la dedicada a leer la biografía sobre el Canciller Caracciolo Parra Pérez escrita por el Embajador Edmundo González Urrutia (Biblioteca Bibliográfica Venezolana, Caracas, 2009). Me logre sumergir en la intimidad de una biografía que no me parecía tan extraña, porque si bien no conocí a Parra Pérez, ningún diplomático de nuestros tiempos estuvo ajeno a conocer sobre la existencia y el legado de este buen venezolano. Su vocación por la historia y sus aportes le merecieron reconocimientos tanto en Venezuela como en el exterior. Conozco a Edmundo González desde mis inicios en la carrera diplomática y sin duda tiene la pluma acertada para examinar un personaje de esta naturaleza. Nos demuestra, con este texto, que al igual que al personaje a quien estudia en esta oportunidad, tiene también las dotes de saber escudriñar la histórica y coincide, en que el estudiado y el estudioso, son Diplomáticos de oficio.
Ambos, el biografiado y el escribidor se permitieron sobreponiéndose en el espacio y el tiempo de sus propias realidades, confesarse historias de nuestros tiempos venezolanos, el trajín de la vida y el legado de un diplomático que entre el estudio de la Historia y la praxis del servicio diplomático, dejo una de las huellas más admirables que un hombre de nuestra Casa Amarilla allá impregnado allende a estas tierras.
Para quien escribió esta Biografía en comento, la rigidez del estudio del personaje debió ser más ardua que interpretarlo, pues ambos navegaron con disciplina los mares de la política internacional en distintos tiempos. Sin duda extraordinaria oportunidad la de escribir sobre quien ejercía tu propio oficio.
Edmundo nos describe un venezolano de pensamiento, de dedicación al estudio de la historia, de alma preocupada por la Paz del mundo y por su país. En el transcurrir del libro escrito con gran disciplina, acucioso y bien investigada bibliografía, encontramos un texto que nos narra una historia de un hombre modesto pero profundo, educado sin poses, amante de su patria sin trasnocho y sobre todo, un excelente funcionario de estado que combino la forma en la actuación con el pensamiento para no dar tregua a sus ideas y saber defender los más altos intereses la nación que represento con dignidad.
Es emocionante para quienes hemos representado a Venezuela en las arenas de la política internacional ,leer sobre la dilatada trayectoria de Parra Pérez como diplomático quien desde muy joven supo con capacidad y gran lealtad representar al país .Tener un titulo diplomático no es suficiente para llevar con dignidad un cargo diplomático .No es tarea fácil y una de las interesantes enseñanzas de este texto es como se describe a un hombre que con gran tino, experiencia y conocimiento de los temas de la agenda internacional dejo en alto el nombre del país y contribuyo, eficazmente, en la formulación de una agenda internacional igualmente compleja para la época que le correspondió ejercer responsabilidades.
Sus advertencias y recomendaciones a sus superiores en el mejor estilo del ejercicio profesional, sin apasionamiento, ni entrega ciega a los jerarcas de turno, le permitió representar y servir a su país desde las trincheras de la honestidad y el respeto a las formas ,siendo originario de un legado que era hasta hace poco era compartido por muchos en el país, según la cual, solo quienes se preparan y tienen los más altos valores éticos y morales deben representar a sus connacionales mas allá de sus tierras.
Son tantos los pasajes por los que nos lleva Edmundo en su narración de este personaje que también sirven para hacer meditar y reconocer que el país ha estado carente de honestidad, no solo en el manejo del erario público, sino de la honestidad política ,sobre todo de aquellos que asumen responsabilidades. Ejemplo que afirma esta última idea, es la valentía con que Parra Pérez renuncia a su cargo de Ministro de Instrucción Pública por considerar que no era lo suficientemente útil a usted y al gobierno, según le manifestó al General López Contreras. Cuantos Ministros estarían hoy dispuestos a reconocer su incapacidad y falta de conocimiento para ejercer distintas responsabilidades que se le asignan. En una oportunidad, rechazo el cargo de Canciller en momentos álgidos de la relación bilateral por haber sido alagado por un alto funcionario Colombiano. Argumento su decisión en que no sabría aceptar…que pudiera decirse nunca…, con apariencias de razón o simple malignidad, ….que he sido candidato de Colombia al cargo de Ministro de Relaciones Exteriores….
Con la visión del hombre que pudo evaluar la dura situación de Europa , Parra Pérez fue uno de los proponentes de la política inmigratoria que se desarrollo en el país en las décadas de los años 40 y 50 y que atrajo a contingentes de europeos al país. Fue un hombre que aprovecho el caudal de experiencias en el exterior para sugerir a sus autoridades de las políticas positivas de los países en donde le toco servir. Creía en los partidos políticos por encima de los liderazgos individuales y advertía sobre las consecuencias de los regímenes totalitarios. Llego a las más altas posiciones de la Diplomacia venezolana. Presidio la delegación de Venezuela para la firma de la creación de las Naciones Unidas y logro que su Delegación se destacara por su espíritu de cooperación y creatividad en la incorporación de principios fundamentales que aun hoy forman parte del espíritu de esa organización.
No dudamos que por su estilo, sobriedad y visión del mundo hoy seria catalogado como un conservador. Entendí, que este hombre con su talento y disciplina, más que un privilegiado en su tiempo o un político de acción, pues siempre estuvo cerca del poder, su verdadera estirpe era la de un buen venezolano que fue un excelente diplomático de carrera. Su legado debe permanecer en nuestra historia y ser buen ejemplo para muchos venezolanos interesados en el ejercicio de la diplomacia.