La agresividad del presidente
A veces casi nunca no se entiende la supuesta campaña contra la violencia anunciada por Maduro y gente de su gobierno. Hacen tediosos discursos, dicen muchas cosas, presuntamente realizan determinadas actividades en favor de la paz y la convivencia, y paralelamente hablan un lenguaje notoriamente violento.
El hampa sigue desatada.
Los venezolanos de todas las clases sociales, de todos los oficios, de todas las tendencias religiosas o políticas viven aterrados, sin atreverse a salir de sus casas a ciertas horas, por temor a ser asaltados y a perder la vida. Y aun en las mismas casas nadie puede sentirse seguro, porque no es raro que haya gente asaltada y asesinada en sus propios hogares.
Lugares tradicionalmente respetados por el hampa, como las escuelas y las iglesias, ahora son atacados sin distinción, y la gente asaltada y asesinada en su interior. En las universidades ya no es solo en los pasillos y zonas libres que profesores, estudiantes, empleados y obreros son víctimas del hampa, pues en las mismas aulas es ya frecuente que los maleantes cometan sus fechorías. Y en los templos no solo las personas son víctimas de asaltos y agresiones, sino los propios objetos del culto suelen ser robados y maltratados.
El hampa no tiene límites, y por más campañas que real o supuestamente se hayan realizado contra los más diversos delitos, la inseguridad ha crecido y sigue creciendo con asombrosa rapidez.
Ante tan tremenda realidad el gobierno no hace nada, y se refugia en necedades como achacar la violencia a las telenovelas, que al parecer más que de recreación sirven de ejemplo de malos comportamientos.
Lo más grave es que, mientras el presidente y demás funcionarios anuncian una fementida campaña contra la violencia, el señor Maduro se dirige cada rato a la nación con un lenguaje por sobre todo violento. Parece no haber modo de que este señor entienda que ese lenguaje escatológico y pendenciero es impropio de un jefe de estado y de gobierno.
¿Cómo hacerle entender a Maduro que el lenguaje agresivo le está vedado al presidente de la República? Ni siquiera para defenderse de los ataques que inevitablemente reciba, justificadamente o no, el presidente puede utilizar ese lenguaje. Es más, el presidente no tiene que defenderse de los ataques de sus enemigos naturales. Para eso están los ministros y demás funcionarios, y sobre todo los dirigentes y voceros del o los partidos que lo apoyan.
Ese lenguaje violento del presidente hace más daño que la supuesta violencia de las telenovelas.