La abstención como atajo
«Pero es sabido que la desesperación no tiene
una voz agradable, su timbre es como el de la mentira»
Joseph Roth, La noche mil dos
(%=Link(n,»Sísifo»)%) fue condenado por los dioses a empujar una pesada roca hasta la cima de una montaña, desde donde volvía a caer por su propio peso. Una y otra vez, empujar y ver rodar la piedra de su esfuerzo. Hasta el infinito. A pesar de esa situación absurda, Sísifo experimentaba el goce secreto de vivir su destino, en palabras de Albert Camus, “Sísifo enseña la fidelidad superior que niega a los dioses y levanta las rocas. Él también juzga que todo está bien. Este universo en adelante sin amo no le parece estéril ni fútil.»
Enfrentar cotidianamente a Hugo Chávez, única Institución vigente en el país, como lo denominó acertadamente una amiga boliviana radicada en Washington, es una condena menos trágica que la del griego Sísifo. A pesar de eso, la oposición declina el esfuerzo absurdo de votar y llama a la abstención, argumentando «violación del secreto del voto» y un presunto «fraude electoral» , lo cual no es nuevo en nuestra historia post dictadura, sólo basta recordar el «caso Andrés Velásquez». A su vez, las elecciones Municipales y Parroquiales de por sí enfrentan (%=Link(«http://cne.gov.ve/estadisticas.php»,»altos índices de abstención»)%), ante lo cual un llamado a no votar sólo evidenciaría la torpeza opositora para leer y aprovechar los inestables mapas políticos que atraviesa Venezuela.
La «(%=Link(5175596,»cleptocrática»)%)» Administración Chávez sirve el caos y la impunidad en bandeja de plata, mas ciertos dirigentes opositores se aferran a las migajas arrojadas desde Aló Presidente y pierden la paciencia ante las derrotas electorales de 2004. El show montado por el CNE para agosto de 2005 responde a las estrategias habituales del régimen: violación de acuerdos, creación de leyes personalizadas a sus necesidades y utilización de tecnología electoral punta, que confunde y angustia a los electores y sus pastores. Entonces, ¿Por qué no acudir a los Centros de Votación? ¿Por qué entregar nuestra intimidad vecinal a las alianzas oficialistas? A qué le temen realmente estos abstencionistas mass mediáticos, ¿a un fraude electoral o a la constatación de su poca capacidad de convocatoria?
Definitivamente, a la dirigencia opositora le gustan los atajos (¿hacia dónde?) y es adicta al corto plazo. Cabe recordarles que enfrentar a un régimen con fuerte arraigo popular y una caja chica generosa para propagar misiones populistas, es un esfuerzo a mediano y largo plazo, donde cada posición conquistada cuenta y, sobretodo, con el diseño y presentación de una Venezuela alternativa para los electores y abstencionistas que han validado la gestión de Chávez. Como elector, espero que la clase opositora me oferte estrategias creativas que documenten y divulguen con ironía y eficacia, el mismo 7 de agosto, la aberración electoral impuesta desde el órgano comicial. Lo que no acepto, como ciudadano, es una convocatoria inercial a ceder el último espacio político en manos de los vecinos.
Son tiempos de lucha, no de retirada.