Ingeniería de Mantenimiento: El cuidado necesario
La utilización en el mundo contemporáneo de infinidad de aparatos e instrumentos empleados en la más amplia gama de aplicaciones, hizo indispensable que reflexionáramos más allá de la producción del bien o del servicio tanto en su calidad como en su durabilidad. Lo que era una función prácticamente deleznable por los patrones del exagerado consumo, en la que el reemplazo por lo nuevo se hizo la norma, ha terminado convirtiéndose en una de las áreas de investigación más reveladoras de la industria humana.
Efectivamente, el término mantenimiento ha venido ganando interés en la medida que realizamos estudios cada vez con mayor profundidad y detalle, de los materiales que usamos en la elaboración de máquinas, herramientas e instalaciones destinadas a servir de ámbito y de medios para las funciones productivas. Pero no sólo ello.El avance en esta compleja área del conocimiento por su infinidad de conexiones con las múltiples variables incidentes que se revelan de su realidad funcional, se debe en gran parte al ejercicio de la observación cinemática de alta resolución y a la incorporación de tecnologías tan novedosas como el escaneo por ultrasonido, la evaluación de la fotoelasticidad con recursos nanotecnológicos, el dominio multivariable de la corrosión, la investigación de la fatiga mas allá de las historias de fallas y el secular Diagrama de Soderberg. Nuevos aportes que están surgiendo profusamente con la dinámica que imprime el sorprendente despertar del conocimiento innovativo, están siendo incorporados por esa maravillosa concepción transdisciplinaria de la Ingeniería que llaman Ingeniería del Mantenimiento.
Recordemos un poco el mapa situacional del Mantenimiento antes de acceder a su desarrollo ingenieril. La situación general que vivían las áreas y unidades de mantenimiento de las diferentes empresas a nivel regional y nacional, revelaba su consideración como un estándar; eran concebidas como un mal necesario, como las causantes de gastos y desviaciones de los objetivos de costos y de los objetivos de producción; con frecuencia se convertían en el destino de aquellos empleados tipo problema o de bajo nivel de desempeño,llegando incluso a constituirse en sinónimo de bajo rendimiento, falta de seguridad, falta de calidad, baja eficiencia, altos costos, etc.
Esta deplorable conceptualización derivada de la ignorancia y la no capacitación del área, contemplaba altos inventarios de partes de intercambio, inflando los costos del almacenamiento. Asimismo, la falta de escuelas técnicas remitía a una precaria formación artesanal, reforzando sus características de trabajo burdo y no calificado, aún en niveles propios de personas de conformación universitaria. Por otra parte, la “especialización por área” se traducía en unidades de trabajo segmentadas y disgregadas, con falta de coordinación y de integración
En aquellos casos en los que se quería cambiar la dinámica del mantenimiento con esfuerzos aislados con motivación personal, usualmente constituían procesos no apoyados por la gerencia y dirección de las empresas, por lo cual su éxito era remoto.
En tal estado de cosas, durante muchos años, las decisiones se tomaron basadas, casi exclusivamente, en las experiencias; el resultado se juzgaba como bueno si el equipo reparado presentaba un comportamiento satisfactorio.Imperaba el predominio de lo empírico.
La máxima del Mantenimiento como función: “Yo daño, tú reparas”, parecía ser el principal vínculo entre el Mantenimiento y sus clientes durante mucho tiempo. La subordinación de las áreas de Mantenimiento a las otras áreas de la organización era casi una norma.Los talleres industriales se sobredimensionaban, con el efecto de gerencias proteccionistas y el deseo de hacerlo todo por el equivocado concepto de que “aquí no cuesta nada”. Se impedía la recolección ordenada de datos y naturalmente, se estaba muy lejos de convertir en información los pocos datos obtenidos. El intento de reunir datos o escribir experiencias que impidieran repetir la historia, se consideraba pérdida de tiempo.Se generó entonces una matriz conductual en el personal de mantenimiento de baja autoestima y posicionamiento por la falta de sentido de pertenencia, ocasionado por la falta de resultados concretos.
Al propio tiempo, la ausencia de políticas de reconversión se tradujo en la toma de posiciones diferentes que impidieron la renovación de equipos con nuevas tecnologías, causando ineficiencia y sobrecostos de mantenimiento; el criterio que prevalecía era sostener la operación, sin detenerse a analizar, hasta qué punto el desgaste de los equipos o la tecnología empleada afectaba los resultados económicos.
El no manejar cifras debido a la presión de tiempo y el funcionamiento de los equipos, hizo que las mediciones, valores, costos e índices pasaran a segundo plano.
La máxima acomodaticia “Si el equipo funciona es suficiente”, hizo que se descuidara el medio ambiente y el ruido; las emisiones de partículas y los afluentes pasaron a segundo plano.
Afortunadamente, la aparición de la Ingeniería de Mantenimiento colocó las variables incidentes en su real perspectiva
Con su concurso se ha hecho posible optimizar la utilización, la eficiencia y la confiabilidad del equipo industrial existente, la conservación de las infraestructuras , instalaciones de procesos, parques auto-motores u otros móviles, hospitalarias, hoteleras, etc.
Actualmente el desarrollo tecnológico de los activos fijos en nuestros países va en aumento del mismo modo que las empresas e instituciones van incrementado sus equipos, máquinas e infraestructura en sus diferentes rubros constituyéndose de gran manera en inversiones muy riesgosas, si no se cuenta con planes de mantenimiento adecuado.
De allí que la Gestión, Planificación y Técnicas del mantenimiento, áreas de estudio de la Ingeniería del Mantenimiento, están llamadas al aporte de conocimientos en áreas estratégicas que involucran relaciones entre factores físicos y humanos, aspectos determinantes en la optimización de la gestión de activos en instituciones y empresas de todo tipo. De hecho, el propósito último para la Ingeniería de Mantenimiento, radica en el incremento de la disponibilidad de los activos, a costos razonables, siendo uno de sus principales puntos, definir las actividades de mantenimiento que permitan que los activos funcionen de forma eficiente y confiable, dentro de un contexto operacional específico. En otras palabras, la Ingeniería de Mantenimiento está llamada a garantizar que los activos continúen cumpliendo las funciones para las cuales fueron diseñados, contemplando para ello la confiabilidad humana, la confiabilidad de los procesos, la mantenibilidad y la confiabilidad de los equipos, ya que la variación de uno de estos factores en forma individual o en conjunto afectará la confiabilidad operacional del sistema. Se trata de conocer de forma general, algunas de las principales técnicas, maximizando el valor agregado de los activos envueltos en los procesos de producción industrial. Las nuevas tendencias van orientadas a una Ingeniería que propicie un mantenimiento basado en condición en vez de horas,la prevención de fallas en lugar del mantenimiento preventivo, muchas horas de servicio, mínimas horas de parada, centralización de planeación y programación, aplicación de indicadores de resultado, calidad de gestión, mantenimiento oportuno, mayor sentido de pertenencia, el mantenimiento como gestión, responsabilidad compartida y no como función, el análisis de fallas como el principal respaldo del mejoramiento continuo, participación en la selección de tecnología y procedimientos estandarizados, siendo que la normalización posibilita el autocontrol y la institucionalización del conocimiento. Al propio tiempo, y en la tendencia hacia un mantenimiento integrado a través de la Ingeniería, el establecimiento de Sistemas de Información apropiados que garanticen el uso efectivo de sistemas computarizados para la administración del mantenimiento y logística como factor fundamental para el mejoramiento de las empresas y organizaciones en general.