Humanismo al revés
El regocijo y el jubilo que acompañaron la liberación de Ingrid Betancourt y 14 de sus compañeros de cautiverio, no “demasiado largo” – un cautiverio lo es por definición porque le roba al que esté sometido la esencia de su condición humana: la libertad, sino imperdonablemente cruel y bestial, fueron compartidos por casi todos los venezolanos y venezolanas. Había unas excepciones: algunos allegados al régimen del teniente coronel veían en las huellas de unos cuantos golpes en la cara de alias Cesar, uno de los más crueles carceleros, imperdonables violaciones de los derechos humanos (V. Villegas en UNION RADIO) o, peor aun, “un ruidoso espectáculo que atrapó la atención de los espectadores incautos” destinado a robarle el show a los Ministros de Propaganda de los países no alineados reunidos en Margarita (J. Carrera en LA RAZON). Ambas apreciaciones no son solo ridículas, sino, como tales, signos de las deformaciones anti-humanistas que dicho régimen les impone a sus seguidores.
Por coincidencia leí en estos días el testimonio de Daoud Hari, un joven traductor y periodista, quien regreso a su patria Darfur después de varios años en el exterior. Contó los inimaginables sufrimientos a los que están sometidos los habitantes de esta parte de Sudan a manos de paramilitares apoyados por el gobierno. Reportó la fuga en masa de las mujeres, los hombres, los niños y los viejos a la vecina republica del Chad, para intentar salvarse de torturas, violaciones, depravaciones y muertes infligidas por sus compatriotas. Apoyó el llamado de organismos internacionales y organizaciones de derechos humanos en el mundo entero para poner fin a la masacre en su patria. Hasta donde yo sepa, nuestro país no ha firmado ninguna de las protestas contra el gobierno del Sudan. ¿Será para no vulnerar la soberanía de ese país?
Otro ejemplo: Durante y después de las elecciones presidenciales y parlamentarias de Zimbabwe, el presidente Robert Mugabe y su partido ZANU pusieron en marcha una campaña de terror en contra de la oposición que, hasta la fecha, ha causado miles de victimas de torturas, violaciones, exclusiones y muertes. Resulta que, en febrero de 2004, Mugabe fue un ilustre visitante de nuestro país, recibió del teniente coronel no solo el titulo de “hermano” sino además un replica de la espada del Libertador y fue celebrado como si fuese aun el líder de la lucha por la independencia de la colonia inglesa Rodesia entre 1980 y 1984. Su partido estableció en 1987 un régimen “marxista-leninista”. En las elecciones de este año, Mugabe fue re-electo. Señor Presidente, ¿ha protestado usted ante su “hermano” contra el terrorismo de Estado desatado por el? ¿No le parece que ya seria tiempo de hacerlo, en su auto-elegida condición de “salvador de la humanidad”?
A propósito, otro “hermano” suyo, Mahmoud Ahmadinejad, Presidente del Irán, inhabilitó 2.000 candidatos para las elecciones parlamentarias de finales del año pasado, hasta donde sepamos los venezolanos sin que usted haya reclamado la violación de las reglas democráticas. ¿Otra vez por respeto a la soberanía? ¿O ya había dado a su Russian favorito la orden de las inhabilitaciones en nuestro país?
Lo que el régimen llama “la cuarta republica” siempre ha apoyado, en su política exterior, la democracia y la vigencia de los derechos humanos. ¿Aprenderá la “quinta” hacer lo mismo, ahora que ha quedado su máximo líder como “rey desnudo” con la liberación de los 15 rehenes? ¿O perseguirá su pomposamente llamado “proyecto geo-estratégico”?