Hugo Chávez eterno
Fuerzas militares, poder económico y supremacía tecnología constituyen los
tres macrocomponentes que le permiten a los EE.UU., coaccionar a las
naciones del mundo.
La superioridad coercitiva le permite considerar al mundo entero como su
gran teatro de operaciones militares y establecer Comandos Estratégicos
alrededor del espacio territorial en todo el mundo. Por ejemplo, el Comando
Estratégico del Sur para el control de la América Latina y el Caribe. En
consecuencia, actúan a su libre albedrío en cualquier región para
neutralizar a los factores que le son adversos. La coacción sobre el
oponente se manifiesta en todos los órdenes de la vida. En Venezuela la
coacción militar ya se ha materializado. El Plan Colombia y su gemelo el
Patriota, suerte de repetición de objetivos intervencioncitas, son los
instrumentos militares concebidos para responder a los intereses cupulares
de las estructuras capitalistas que pretenden someter a las fuerzas
revolucionarias que luchan contra el mundo unipolar. El Plan Colombia,
otrora excusa antidrogas se convirtió abiertamente desde el 2004 en plan
anti-terrorista. Oportunidad para justificar la presencia militar de EE.UU.,
en la región andina y actuar oportunamente para acabar con el proceso
revolucionario venezolano.
Venezuela, tanto por el petróleo como por su gobierno revolucionario, no
quedará fuera de ningún plan militar que se derive de la concepción
doctrinaria de la hegemonía unipolar. Las cúpulas de poder del gobierno
ultraderechista de Bush creen que Venezuela es un caso atípico en el mapa de
control que mantiene su componente militar. Los recursos energéticos
(petróleo) y el proceso venezolano (revolución bolivariana), en plena
transformación del modelo político y social, han alterado las hipótesis
militares para la estabilidad (juicio unilateral del imperio) democrática de
la región.
Si bien en lo interno, el sistema político que se ha implantado en Venezuela
se basa en una revolución pacífica fundamentada en Simón Bolívar, para las
cúpulas del imperio este modelo además de estimular coaliciones regionales
que le afectan sus intereses vitales, despierta la conciencia
latinoamericana para la emancipación continental. Por lo tanto, los halcones
del gobierno de EE.UU., aplican sus dispositivos coercitivos para erradicar
al gobierno de Hugo Chávez. Ese rol lo cumple el Plan Colombia. Las últimas
declaraciones de la nueva Secretaria de Estado, Condolezza Rize, las del
general James Hill, secundadas por su sustituto en el Comando del Sur,
general Bantz Craddock, así como las de senador Bill Nelson, las cuales se
suman a los voceros reaccionarios del Departamento de Estado, todas estas
expresiones intervencionistas sintetizan el verdadero propósito del plan
Colombia: “…aniquilar los populismo radicales como el de Venezuela…” Por
otro lado, el empleo de paramilitares y sicarios de la CIA comprueba la
intervención indirecta que el Comando Estratégico del Sur ha puesto en
marcha en Venezuela. El caso Granda, por su parte, constituye el inicio de
la intervención directa. Fuerzas militares encubiertas y diplomacia del
terror son ahora los instrumentos de coacción que empleará el Departamento
de Estado para acabar con la Revolución Bolivariana.
Pero resulta que Hugo Chávez y el proceso revolucionario, ahora en la fase
del salto Adelante, está metido en la sangre del pueblo de Venezuela. La
marcha del 23 de enero demuestra la voluntad popular de rechazar hasta con
su vida las pretensiones imperiales de posarse en suelo venezolano. Hugo
Chávez como líder se ha hecho querer y amar por un pueblo que vibra de
emoción por Simón Bolívar. Hugo Chávez es ahora la esencia de ese
sentimiento y, por lo tanto, el líder que ha recogido la siembra de El
Libertador. Por eso es que el imperio se estrellará al encontrarse con un
pueblo que sigue concientemente, con arrojo y fuerza inquebrantable de lucha
al hombre que despertó el espíritu emancipador de Bolívar y la voluntad
revolucionaria de lucha. Enhorabuena la existencia de Chávez a quien tenemos
que respaldar, seguir a plenitud y transmitirle nuestras energías positivas
para que siempre su mente se preserve lúcida y su espíritu se llene del amor
del pueblo que le amará eternamente.