Hoy es siempre todavía
He tomado la frase del poeta español Antonio Machado con que titulo este artículo, porque para los efectos de la lucha diaria y continua que debe seguir cada quien desde su entorno por mejorar el país, sea que gane el NO o que gane el SI, siempre hay cosas que se pueden hacer, y por lo tanto hay esperanza. Por eso, pese a cualquier dificultad, hoy es el primer día del futuro que se inventa, y por eso hay todavía cosas que no hemos llevado a cabo. Así, hoy es siempre todavía.
Hoy es siempre todavía porque cuando la gran mayoría de la población opositora había perdido la fe en sus propias capacidades y se había atornillado en sus errores, apareció el estudiantado con una valentía y una lucidez envidiables que, marcando su propio camino, nos enseñó que nunca se ha hecho suficiente.
Hoy es siempre todavía porque, pese a las detenciones, a las agresiones, y a la violencia de que ha sido objeto, la muchachada de Venezuela ha enarbolado la bandera de la resistencia y la lucha no violenta. Y eso ha dejado al gobierno sin saber qué hacer.
Hoy es siempre todavía porque, muy a pesar de las amenazas contra la libertad de expresión, la mayoría de los medios de comunicación privados se han mantenido firmes en su posición de denunciar las injusticias y desnudar la verdad.
Hoy es siempre todavía porque hay muchos que, habiendo apoyado al gobierno todos estos años, sienten respeto y apego por la Iglesia Católica y no están de acuerdo con las descalificaciones emitidas sobre ella por parte del presidente Chávez. Y por eso hay quienes han entendido que el respeto y la consideración son precisos aunque la visión del mundo que se tenga sea diametralmente opuesta. Y por lo tanto votarán NO.
Hoy es siempre todavía porque si cada uno de nosotros se esfuerza por escuchar y explicar a quien nos adversa los beneficios que hemos tenido habiendo vivido en democracia, y las posibilidades que la misma nos brinda para nuestro desarrollo integral, como seres libres, se habrá ganado un demócrata. Aunque el camino sea largo y difícil el esfuerzo bien valdría la pena, porque la democracia, con sus enormes fallas y grandes retos, siempre es perfectible.
Hoy es siempre todavía porque, sectores del país que sostuvieron la tesis del abstencionismo cedieron en su posición y entendieron que la única arma que tenemos para protestar contra el autoritarismo y conservar la democracia, es el voto.
Llegó el momento de definir el tipo de país que queremos, el sistema político bajo el cual se rijan nuestras instituciones y la forma de vida que los ciudadanos deseemos para nuestros hijos. No temo exagerar al decir que este momento político de la vida nacional es el más importante que hemos vivido desde la instauración de la democracia en 1958. Depende de cada uno rescatar o enterrar definitivamente las libertades ciudadanas.
Es necesario reconocer que la polarización extrema en que vivimos en ocasiones no permite ver y escuchar lo que es inconveniente para cada sector enceguecido por la rabia y el radicalismo y que en nada ayudan a hermanarnos nuevamente. A pesar de eso, y pase lo que tenga que pasar, gane el NO o gane el SI, los venezolanos tendremos que seguir luchando sea cual sea la opción que triunfe. Porque todos, chavistas y opositores, queremos un país donde podamos pensar, hablar y actuar sin miedo, donde haya seguridad y, por encima de todas las cosas, donde podamos respirar en paz.
Por todo eso, por las ganas de seguir adelante, por no querer rendirnos, por la esperanza de reencontrarnos, hoy es siempre todavía.