¡Hey! ¿De dónde sois vos?
“Era por allá, por los finales de la década de los sesenta cuando ingresé a la UCV, época en la cual se estilaba pelar “coco raspado” a los nuevos bachilleres que empezaban en su nuevo rol de estudiantes universitarios. Había un joven cursante de media carrera apodado “El Maracucho” quien lideraba los famosos “bautizos” de rapados y que nos daba la bienvenida con un: ¡Hey, de dónde sois vos y dime lo más sobresaliente de tu terruño! Cuando me tocó mi turno, aun montuno, y en medio de mi nerviosismo respondí “Soy de Ciudad Bolívar y lo mas importante de mi pueblo es la Zapuara”. El que venia detrás respondió “Yo soy de aquí de Caracas y lo más importante para nosotros es El Ávila” y mas atrás venía un tipo simpático y extrovertido quien respondió “Mirá primo, yo soy de Maracaibo, la primera ciudad de Venezuela en donde se proyectó una cinta cinematográfica, también fuimos los pioneros en la electricidad, los primeros en juegos atléticos, y como si fuera poco el primer venezolano que ocupó una silla en la Real Academia de la Lengua Española fue un zuliano de pura cepa llamado Rafael María Baralt, decime ¿Queréis mas? Debo confesar que desde ese momento los zulianos me han causado gran impresión y me dije, algún día viviré en Maracaibo. Como por cosa del destino, por esos mismos tiempos un Presidente pálido, tanto como sus descoloridas decisiones, decidió allanar la UCV y muchos tuvimos que emigrar hacia otros lares, yo me vine a Maracaibo tratando de hacer realidad aquel sueño, al llegar me inscribí en LUZ y el primer día de clases uno de mis compañeros de salón me abordó con un ¡Hey! ¿De dónde sois vos? Le contesté su pregunta y al salir de clases, ya considerándome su amigo, me invitó a degustar unos tumbarranchos y unos patacones, antes de empezar a “pegárnosla” con cerveza escuchando a Los Máster y a Rincón Morales en compañía de otros amigos iguales de chistosos, extrovertidos y también con nombres de filósofos” (Muñoz M., revista Guía Urban Maracaibo, 2009)… ¡Ahhhh, qué tiempos aquellos! Era la época de la “Fonoplatea de los éxitos”, del bar “El Rapallo”, de la discoteca “El infierno”, de los clubes “El Catirito”, y “El Naiguatá”, de la Feria de La Chinita en 5 de Julio, de las apuestas en el Hipódromo de la Limpia, de las caimaneras en el terreno de las antenas en La Lago, de los “cepillados” de la plaza de San Francisco, de ir a ver aterrizar los aviones en Grano de Oro, de escuchar raspacanillas debajo del cine Roxi, de comprar rebusques en El Malecón, de echarse una “chapuceaita” en la Playa de la Policía, de ir a tomarse las “friítas” en el local de Ramón Arias o a que Neptali en San Francisco donde el ‘cojo’ Eduardo amenizaba la bullaranga, mientras lo estimulaban Tito Urdaneta, Gilberto Cardozo, Emiro albornoz y Miguel Urrucheaga… Y llegamos a los años setenta. Aún éramos estudiantes universitarios, la mayoría militábamos en los partidos de izquierda, como el PRV, PCV, MIR, MAS, y los lideres de entonces en la Facultad de Economía eran Omar Uribe, José Elías Fuente, Oscar Rincón, Francisco Rojas, Ender Fula, Isaac Mencias, León Sarcos, Héctor Ochoa, Asilfredo Bracho, Amado Terán, Omar Criollo, Luís Joa, Douglas Sánchez, Ángel Morales; y otros como Néstor Suárez y Ricardo Rodríguez eran de Copey, mientras que Mario Joley y Rosita Bermúdez eran de AD. Según fuese nuestra posición la defendíamos, la debatíamos, nos echábamos unos estrujones, pero siempre luchábamos por reivindicaciones y nos respetábamos. Hoy, viendo lo que ocurre en el país, me provoca decir ¡Qué tiempos aquellos!…