Hace cien años
El 22 de febrero de 1908 nace en Guatire, en la casa número tres de la calle Bolívar, el político más importante y de mayor trascendencia que ha tenido Venezuela: Rómulo Betancourt.
Al repasar las notas biográficas que aparecen en las diversas publicaciones que pudimos consultar, encontramos, palabras más, palabras menos, los mismos hitos y los mismos lugares. Nuestra visión se centra en que Betancourt fue quien estableció, con la compañía de Rafael Caldera y de Jóvito Villalba, las bases que sustentaron la gobernabilidad de Venezuela durante cuarenta años, desde 1958 hasta 1998.
Desde muy joven, cuando tuvo por maestro a su tocayo Gallegos, luego en la Universidad Central de Venezuela y después en sus luchas con los gobiernos de Gómez y López Contreras, destacó como un organizador de primera línea y como un estudioso de los fenómenos políticos y sociales de Latinoamérica.
Transitó el pensamiento de las distintas ramas de la izquierda y concluyó con la necesidad de un sistema que se amoldara a la idiosincrasia de nuestros países. Así, ante la anarquía que se puede constatar a lo largo de nuestra historia, promovió el Pacto de Punto Fijo que permitió la estabilidad política a través del predominio del bipardismo, con sus ventajas y con sus defectos.
Más Rómulo, a diferencia de todos los otros presidentes de la nación, no solo estudió con profundidad los incidentes de las políticas de los distintos gobiernos de la región sino que estableció estrecha amistad y colaboración con los demócratas mas importantes de la región y combatió sin la menos cortapisa a todos quienes agredían a este sistema de gobierno. Así fue fundamental su amistad, entre otros, con Victor Raul Haya de la Torre, con Carlos Prío Socarrás, con José Figueres, con Joaquín Balaguer y con Luis Muñoz Marín.
Es notable su actuación como escritor de densos tratados de política y de economía. Venezuela, política y petróleo es el planteamiento de cómo hacer que nuestra riqueza minera se transformara en desarrollo. El petróleo de Venezuela describe sus impresiones sobre el evento de la nacionalización de la industria petrolera y América Latina: Democracia e integración describe su pasión tanto por el sistema de gobierno como de la necesaria integración de nuestros países.
Notable fue su planteamiento alrededor de la desincorporación de la Organización de Estados Americanos a los países que agredieran a la democracia y que recibió el bautizo de Doctrina Betancourt. En ejercicio de ella, Venezuela rompió relaciones con la entonces joven revolución cubana. Fue amigo, respetable y respetado de los Estados Unidos y de todos sus dirigentes.
Su estímulo a Ramón J. Velázquez, quien fue su Secretario durante el gobierno de 1959 a 1964, permitió la construcción de esa magna obra que es el ordenamiento y publicación del Archivo de Miraflores donde los historiadores y los curiosos de la historia pueden calmar la sed del conocimiento de cuanto aconteció desde la Presidencia de la República. Su intercambio epistolar, cuidadosamente conservado, permite interpretar su pensamiento tanto de manera general como sus variaciones en las distintas etapas de su vida.
No podemos terminar estas líneas sin resaltar la tesonera labor que desempeña la Fundación Rómulo Betancourt desde su última residencia, Pacairigua, donde con escasos recurso y con inmensa pasión se cuida, clasifica y publica el denso material legado por este venezolano de excepción.