Opinión Nacional

Habrán Aprendido Algo los Socialistas Venezolanos? ¿O Necesitarán 9 Años Más, de lo Mismo?

En un escrito titulado El Socialismo y El Hombre en Cuba, Ernesto Guevara de La Serna; alias “el Che”, definió cómo se construye y qué es el “hombre nuevo”, para llegar, primero al socialismo y finalmente al comunismo:

“…en nuestro caso, la educación directa adquiere una importancia mucho mayor. La explicación es convincente porque es verdadera; no precisa de subterfugios. Se ejerce a través del aparato educativo del Estado en función de la cultura general, técnica e ideológica, por medio de organismos tales como el Ministerio de Educación y el aparato de divulgación del partido. La educación prende en las masas y la nueva actitud preconizada tiende a convertirse en hábito; la masa la va haciendo suya y presiona a quienes no se han educado todavía. Esta es la forma indirecta de educar a las masas, tan poderosa como aquella otra. Pero el proceso es consciente; el individuo recibe continuamente el impacto del nuevo poder social y percibe que no está completamente adecuado a él. Bajo el influjo de la presión que supone la educación indirecta, trata de acomodarse a una situación que siente justa y cuya propia falta de desarrollo le ha impedido hacerlo hasta ahora. Se auto educa. En este período de construcción del socialismo podemos ver al hombre nuevo…

…no se trata de cuántos kilogramos de carne se come o de cuántas veces por año pueda ir alguien a pasearse en la playa, ni de cuántas bellezas que vienen del exterior puedan comprarse con los salarios actuales. Se trata, precisamente, de que el individuo se sienta más pleno, con mucha más riqueza interior y con mucha más responsabilidad.”.

Todas esas palabras son 100 % pura superchería—una colección de estupideces—muy probablemente, deducidas por Guevara de La Serna, después de haberse intoxicado leyendo la utopía que inventó el alemán Karl Heincrich Marx (1818-1883), y que nunca será posible debido a lo que descubrió el filósofo francés René Descartes (1596-1650), cuando dijo en latín: “Cogito ergo sum” (“Pienso, en consecuencia existo”)—lo que no podía saber Descartes—pero que nosotros sí sabemos en 2008—es que el ser humano piensa usando el órgano más complejo de su anatomía: el cerebro, compuesto por MÁS DE CIEN MIL MILLONES DE NEURONAS, diseñadas conforme a las instrucciones de sus moléculas de ADN; productos del intercambio sexual entre sus padres, y que lo convierten en un ser único—sin duplicado, por lo que la pluralidad de pensamientos que es capaz de producir la humanidad, es inimaginablemente compleja; es decir, la mera antítesis del infantil y estúpido pensamiento único que Marx y Guevara de La Serna creyeron posible.

Adicionalmente, esa concepción del “hombre nuevo”, de Guevara de La Serna, no es ni siquiera original suya, ni tampoco fue un pensamiento original de Marx, sino que es un plagio de la utopía religiosa cristiana, como podemos comprobar leyendo en la Encyclopaedia Britannica, uno de los planteamientos del cristianismo:

“…en el Nuevo Testamento, las afirmaciones sobre el hombre nuevo [negritas y subrayado míos], aún no finalizan la completa nueva condición de la que se estaba hablando; a la cual la gente es transpuesta mediante la gracia divina; sino que más bien es un comienzo de la llegada de un nuevo estado, la consumación del cual tomará lugar por primera vez en el futuro. El nuevo humano es uno que está inmerso en el proceso de renovación; la nueva vida es un principio de crecimiento del cristiano que madura hacia la “hombría perfecta en Cristo”. La nueva situación de los seres humanos, por su parte, trabaja nuevamente como una “levadura” que fermenta dentro de la vieja humanidad, como una “masa fresca”, contribuyendo a transformar a la humanidad mediante su fermentación, en el estado del Reino de Dios”.

La educación indirecta que presiona al no iniciado a auto educarse descrita por Guevara de La Serna, es la misma levadura que fermenta dentro de la vieja humanidad como una masa fresca, descrita por el cristianismo. El proceso de Guevara de La Serna, supuestamente llevaría al Comunismo, mientras que el proceso cristiano; también supuestamente, al Reino de Dios.

Pero como indicamos arriba al citar a Descartes y relacionarlo con el ADN, la utopía cristiana tampoco es posible—porque no es posible un pensamiento único, como lo prueba el hecho de que existen en el mundo MAS DE TREINTA Y TRES MIL OCHOCIENTOS TREINTA (33.830) IGLESIAS CRISTIANAS DISTINTAS—de las cuales la Iglesia Cristiana Católica Romana, dirigida actualmente por Joseph Ratzinger; el Papa Benedicto Décimo Sexto—es sólo una.

Benedicto tiene ya como seis meses diciéndole a los cristianos: “unámonos”; “trabajemos por la unidad del cristianismo”—pero él es; en este intento, simplemente “una voz que clama en el desierto”—como afirmara; supuestamente, Juan el Bautista (Santa Biblia, Evangelio según San Juan 1:23).

Ya los socialistas venezolanos han sentido en carne propia—durante los últimos nueve años—las nefastas consecuencias que resultan de seguir las supercherías económicas que escribió Karl Heinrich Marx en su Das Kapital (en tres tomos publicados respectivamente en 1867, 1885 y 1894—el último póstumamente, ya que Marx falleció en 1883), por ello vuelvo a preguntar:

¿Habrán Aprendido Algo los Socialistas Venezolanos? ¿O Necesitarán 9 Años de Más, de lo Mismo?.

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