¿Habrá un tango de Zuloaga-Mezerhane con Chavez?
No es un pleito entre accionistas, esa es la forma del conflicto que implicó la salida de Ravell de la dirección general del único canal nacional vivo que queda e la TV no chavista.
El contenido real del pleito es lo que está en juego, en el trasfondo del drama nacional, frente a un gobierno decidido a cerrar esa única ventana de prodigiosa influencia en la opinión pública, pero que tampoco puede clausurar sin pagar el precio de iniciar su tránsito de derrumbe.
El dilema es indócil, porque de no logar Chávez cerrar o forzar la venta de esa planta televisora, a intereses del gobierno, el déspota de hecho se resignaría a mantener el clima de flujo masivo de información que retroalimenta las expresiones de la protesta social, en peligroso ascenso, de lo que Globovisión es un índice importante, como termómetro de la confrontación general para doblegar y finalmente expulsar del poder al despotismo de la ladronera chavista-castrista.
Algunos creyeron que saliendo Ravell de la dirección del canal, los accionistas mayoritarios se entregarían llenando sus cuentas bancarias y protegiéndose de los chantajes judiciales del gobierno, porque “no tienen un pelo de tontos”. Esto no solo no está demostrado, sino que puede ocurrir exactamente lo contrario… Gobovisión se mantiene en su línea editorial de refractarios al castrochavismo y apenas abandona o suspende el hábito de querer diseñar la estrategia de la oposición, algo bulliciosa pero electorera hasta los tuétanos, presionando a favor de liderazgos determinados.
Dicho claro y raspao lo único que cambia, por ahora, es el panorama de hegemonías predilectas de Ravell en el mundo opositor. Por lo pronto habría que darle la bienvenida al mundo que los execrados de las pantallas, porque casi las únicas disponibles eran aquellas que solo auspiciaban a los favoritos del ahora alejado de ese mundo de oráculos, tantas veces equivocados en estos 11 años llenos de improvisaciones de liderazgos erráticos.
Quizá el señor Ravell ahora pueda medir el efecto devastador que tienen el diseño y la hegemonía mediática sobre la política de la oposición, al amarrarnos a la eterna espera por el calendario de las tropelías del obsceno ventajismo tramposo electoral de Chávez, siempre basado en unas reglas que dicta a sus esbirros del CNE y aceptadas con mansedumbre de obediencia perruna desde TODAS las tribunas de opinión mediáticas y en particular de las que Ravell imponía en exclusividad sus portavoces.
Por supuesto que hay una lucha implacable de intereses de grandes fortunas, incluidos los de plutócratas y que incluso hay interferencias de esos otros intereses mediáticos que ya pactaron hace años, vía Carter, con Chávez. Pero la verdad no se si parte del descrédito sobre los supuestos vendedores de acciones mayoritarias a intereses que cambiarían la suerte de la oposición venezolana, no son sino presupuestos insidiosos, para defender parcelas de poder político en el diseño del mensaje y tipo de oposición, así como de los portavoces que vienen siendo seleccionados todos estos años por quienes pasan ahora a segundo plano.
A mí que me registren: No era, No soy, Ni seré parte de las cartas que se juegan los poderes mediáticos. Es mas no soy carta de nadie, solo un ciudadano al que no meten a ningún coro de alabanzas bajo el chantaje de un pensamiento único de oposición.
No propongo bailar tango pegao con Zuloaga y Mezerhane, ellos sabrán del costo sideral que tiene para sus familias e intereses, si le llegaran a entregar Gobovisión al gobierno.
Hasta prueba de contrario no tengo ninguna seguridad sobre el heroísmo de unos y la exclusividad de la deshonra de otros, según los de vestiduras rasgadas del bando que se siente herido por el ahora defenestrado zar de Globo.
Habían demasiados cálculos aplaudiendo bulliciosamente para verse pasar la mano y ahora han quedado huérfanos en su mediocridad. Aquí escriben algunos escondiendo su nombre del que se avergüenzan para poder insultarme cara a cara.
Los más insidiosos me acusan de reconcomio, envidias y otras pequeñeces, nacidas de miserias humanas y motivaciones subalternas.
Se morirán esperando que me venda como anuncian los de mayor volumen de carroña en sus cerebros de mendigos.