Genocida con mucho busto
“Inauguran en Caracas plaza en honor
a Marulanda(26-09-08)”
“Desde una fosa común parodiando a Unamuno acabo de oír que desde Venezuela se levanta en la forma de un busto el necrófilo e insensato grito «¡Viva la muerte!». La chumbimba de un viejo campesino colombiano convertido en paradigma le hacen de una mano armada una mano amiga. ¿Mano amiga de quién, me preguntaba desde este aborrecible abismo en que fui conducido como centenares de miles de colombianos en la que tantos se disputaban entregarnos un promisorio futuro de paz y justicia? Ya lo advertía César Vallejo ante la tragedia hispana “¡Cuídate, España, de tu propia España!”.
Hay ruido bélico en el sonido de las puertas, los venezolanos ya hace un tiempo escuchan la oferta de «guerreros» enfermos que no se les ocurre otra cosa para erradicar las injusticias que librar una guerra a muerte. Marulanda allí, es sumo sacerdote, aciertan. Su altruismo de fusil y terror, sin ser el único protagonista, no desintegró las inequidades de Colombia, pero sumó al drama social y humano colombiano sus episodios más sanguinarios.
Más de la mitad de la población que ha sido desplazada durante los últimos seis años son niñas y niños (1’100.000). Cerca de diez de cada cien víctimas de minas antipersonales son niñas y niños. El enfrentamiento armado tiene reclutados a cerca de diez mil niñas y niños. .
Desde 1996 a 2006, en Colombia se han secuestrado más de 21 mil personas. Es cierto que todas las partes en conflicto (gobierno – guerrilla – paramilitares) han demostrando con berraca pasión un gran desprecio por el derecho de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario. Todas han sido responsables de crímenes de guerra, de lesa humanidad y otros delitos tipificados en el derecho internacional, como homicidios, desapariciones, desplazamientos, torturas y secuestros. ¿Pero como queda “Tirofijo” ahí?
Basta preguntarse tan solo: ¿que acciones emprenderían los violentos si en Venezuela o en Colombia le develan un busto en homenaje a Carlos Castaño, a “Jorge Cuarenta” o digamos, al golpista venezolano Pedro Carmona?
La guerra en Colombia cuesta 6,5 por ciento del PIB nacional, equivalente a todas las transferencias en salud, educación y saneamiento ambiental. ¿Es a estas cifras envidiables a las que quiere llegar Bernal en el nuevo plan “Marulanda Adentro”?
No deja supremamente de desconcertar por más mutilados morales que sean un alcalde y sus pistoleros, el que exhiban con su homenaje adherirse al programa del campesino, otrora víctima de la violencia colombiana, trasmutado en criminal genocida.
Para ser justos con Tirofijo estampemos en el busto:
” Líder de asesinatos políticos anuales en Colombia. Jefe del más alto número de secuestros, de reclutamientos de menores, de la colocación de minas antipersonales, del narcotráfico y de actos de terrorismo”.
¡ Que viva Marulanda, pues.”