Opinión Nacional

Fundamentos de un nuevo Estado

INTRODUCCIÓN

Venezuela decidió el 25 de abril de 1999 la elección de sus candidatos para la integración de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Se trata de una experiencia inédita en el país en la que tomaron parte casi la mitad de los venezolanos a quienes se les invitó a votar por nombre y apellido, sin recurrir a los viejos esquemas partidistas de listas cerradas y bloqueadas.

La elección por nombre y apellido es una revolución que exige a los candidatos transmitir un mensaje convincente a los electores: ese es el secreto. Ya no es pensable el anticuado sistema de los colores y los animalitos, propio del subdesarrollo cultural. Se impone un nuevo sistema estructurado sobre las personas y su mensaje y no sobre las maquinarias partidistas ni otros recursos ilegítimos, como la fuerza o recursos simbólicos que sustituyan al viejo sistema que queremos abolir.

La meta de Venezuela es aumentar y mejorar la democracia. Ello supone que se optimicen los mecanismos de representación popular y que se incluyan los elementos indispensables de una democracia participativa: en el sistema político, el judicial, el gobierno, el control del Estado y de la administración. Bajo ningún pretexto se podría volver a situaciones superadas en el pasado.

Por lo anterior, es necesario darle cuerpo a un conjunto de ideas, creencias y sentimientos colectivos que impulsan el proceso de reconstituir y relegitimar el Estado venezolano, a los fines de que se convierta en un mecanismo que esté al servicio del ser humano y todos los sectores de la vida nacional: etnias, marginados, clase media, ricos, pobres y las diferentes minorías sociales.

LA REFORMA ES INDETENIBLE

El proceso de profunda transformación del Estado es irreversible: es un derecho de los venezolanos contar con una estructura que sirva a la naturaleza y fines del ser humano y de sus necesidades básicas: razón y motivos para tener un Estado. Se trata de un hecho social que ha movilizado a las masas. Se debe admitir que vivimos un momento de intensos y profundos cambios constitucionales, lo cual obliga a reflexionar y actuar con serenidad y responsabilidad.

ES NECESARIO UN NUEVO ESTADO

Lo peor que podría pasar en este momento es que se paralice la reforma que está en marcha: seguro estoy que habría un rechazo colectivo de nefastas consecuencias. Ya lo hubo anteriormente. Por tanto, es necesario hacer todo lo posible para que las fuerzas sociales que se han desatado encuentren un cauce apropiado, que no haya desbordamientos y se alcance el mayor grado de razonabilidad posible, lo cual se traducirá en un nuevo Estado más democrático y eficiente, que respete y garantice los derechos fundamentales de todos. Se tata de un Estado Constitucional, que se expresa en la justicia y el derecho.

UNIDAD DEL ESTADO

En aras de la seguridad jurídica de personas y bienes lo indispensable es que se mantenga la unidad y continuidad del Estado, dentro de un proceso de cambio de paradigma. Esto quiere decir, que la nueva Constitución sea hija de la anterior, aun cuando su contenido sea diferente. Así las cosas, debería incluirse la participación como un mecanismo de control del trabajo de los representantes populares. Se trata de democratizar el Estado: en caso alguno podrán adoptarse formas jurídicas que se opongan a la democracia.

LEGITIMIDAD POLÍTICA Y JURÍDICA

La legitimidad del proceso estará garantizada con el concepto unitario de lo político y lo jurídico. La forma y el fondo del asunto es que se mantenga el concepto de Estado como una unidad indivisible y continua. En ese sentido, deberá reafirmarse que el producto final de tipo jurídico, que es un nuevo contrato social entre todos los venezolanos, será la manifestación inequívoca de la voluntad nacional. Lo jurídico es la máxima expresión de lo político, en ningún caso se trata de conceptos excluyentes entre sí, pero el derecho debe ser superior a los hechos.

MOTIVACIÓN

Es necesario que la fe en cambios profundos que se ha puesto en un nuevo Estado se trate de una esperanza alcanzable dentro de una decisión racional y bien estructurada. Ello derrumbará las profecías apocalípticas acerca del proceso de conformación de un nuevo Estado.

CAMBIOS DE LA SOCIEDAD

Tan importante como el cambio formal de una Constitución es el cambio social: se necesita que la Nación asuma su destino mediante una decisión responsable y racional de cambio. La preocupación por los asuntos públicos que se observa a lo largo del país es un inicio de la transformación. El pueblo venezolano ha dejado de ser pasivo frente a lo que le concierne. Más y mejor democracia participativa se diferencia del modelo «representativo puro», que también queremos mejorar en que en la primera se controlan a los representantes y en la segunda, nunca se hizo. Por eso hemos tenido el Estado que ahora queremos cambiar.

LA NUEVA CONSTITUCIÓN

Escribir un nuevo texto constitucional es mucho más que redactar una carta de deberes y derechos de los ciudadanos y la estructura del Poder Público: se trata de hacer un verdadero contrato social, activo, sólido, estable, racional e inviolable que supere las tradicionales constituciones de papel. Ello quiere decir que se debe crear una estructura adecuada que deberá ser respaldada por una correcta legislación que ña desarrolle y que la haga coercible, o sea, que sea imposible violentar su estructura y principios: no podemos tener otra «constitución de papel».

EL TEXTO CONSTITUCIONAL

La nueva CN deberá ser corta, de pocos artículos, bien escrita, de alcance global y con claras remisiones a la legislación y nítidos principios que permitan la correcta interpretación constitucional en manos del Poder Judicial (jurisdicción constitucional y de los derechos humanos). La idea es que el texto sea transmisible a todos y cada uno de los ciudadanos. Se debe evitar el mal castellano, la excesiva extensión, el reglamentismo en múltiples artículos y la oscuridad de los términos.

LAS BASES DEL PROCESO Y EL PRODUCTO

La ANC es autónoma e independiente. Ningún poder externo puede afectarla o menoscabarla. No obstante, deben tomarse en cuenta las siguientes referencias que marcarán su efectivo funcionamiento y que concluya eficientemente su tarea.

EL MANDATO

La soberanía reside en la población. Ella se expresa mediante el voto. Por él se permite la elección de los mandatarios o apoderados, quienes representan a sus mandantes en la tarea de construir un nuevo Estado. Más luego, la Nación será quien decida en referéndum si está conforme o no con el producto realizado por sus apoderados. La Nación es soberana y solo ella decide su destino: corresponde a los apoderados hacer una buena constitución y rendir cuenta de su trabajo.

LOS DERECHOS HUMANOS

Lo fundamental, lo esencial en todo proceso constituyente es el ser humano, que es sujeto y fin del Estado y que está antes y por encima del mismo. En tal sentido, la ANC no podría ponerse de espaldas a la realidad que le da origen: el hombre natural, el individuo humano como parte originaria de la Nación y el Estado.

LA NACIÓN

esto quiere decir que la Nación como un todo unitario puede aprobar o rechazar el producto de la nueva Constitución redactada por la ANC. La Nación es mucho más que el pueblo, es un todo incluyente, nunca excluyente: abarca a todos los sectores, es decir, al proletariado, a los pueblos indígenas, a las élites, a los agentes económicos, etc. Si el producto es bueno, seguro estoy que a la Nación le tocará aprobarlo en su oportunidad.

LA JUSTICIA

El componente esencial de ese nuevo Estado es la justicia expresada en el derecho. Se requiere de un nuevo ordenamiento jurídico que la haga posible en todos los estratos y para todos los ciudadanos. Igualmente, es indispensable un reacomodo social que brinde mecanismos conciliatorios y equitativos de solución al conflicto humano y colectivo.

LOS TRATADOS INTERNACIONALES

Otra realidad insoslayable es la comunidad internacional, a la que estamos atados por lazos jurídicos, sociales, culturales, militares, económicos y políticos que no pueden ni deben romperse por razón alguna. La globalización de los Derechos humanos y de la economía; de la integración continental; de la defensa mutua frente al crimen, la agresión y la corrupción; de la salvaguarda ecológica; de la intercomunicación mundial de las naciones que cada día es más sólida y unitaria. Todo ello se expresa por medio de múltiples tratados, convenios, acuerdos, declaraciones y compromisos de diversa índole: la ANC debe reconocer tales compromisos y favorecer su cumplimiento efectivo. El mundo nos observa con atención. No podemos olvidar los compromisos que nos obligan ni las consecuencias de su incumplimiento.

LA RAZÓN

Bajo ningún concepto sería aceptable que imperara un proceso irracional y conflictivo. Lo característico de un proceso constituyente es el sentido común, lo razonable, lo estrictamente lógico. Allí confluyen la historia con lo que es necesario transformar, la innovación con el cambio social y los principios generales del Derecho: piedra angular de las reformas.

EL COSTO Y EL TAMAÑO DEL ESTADO

La ANC debe crear un Estado que sea sustentable en lo económico y perdurable en su eficacia: no podemos permitir que siga siendo costoso e ineficiente, que no pueda financiar sus actividades ni mantener un tamaño gigantesco. La crisis fiscal por la que atraviesa el país es elocuente. Tales fines requieren de una gran dosis de creatividad para diseñar un modelo que se sustente, sin exigir demasiado a los pobladores, ya agobiados por la inflación, la recesión, los impuestos y el poco valor de su dinero.

LA GOBERNABILIDAD

Es fundamental que se garantice la gobernabilidad. Ello será el mejor mensaje a los pobladores y los inversionistas. Hoy más que nunca es necesario creer en nosotros mismos para cambiar de forma soberana y sin cortapisas discriminatorias.

LA GLOBALIZACIÓN

El mundo ha avanzado gigantescamente hacia realidades como la globalización, caracterizada por su cada vez más dinámica aceleración de los procesos de integración e interdependencia. Por nada del mundo Venezuela podría quedar aislada de ese proceso: ello sería contraproducente y un factor negativo que atentaría contra la competitividad.

EL DERECHO COMPARADO

A partir del fin de la Guerra Fría gran parte de los países, especialmente del antiguo mundo comunista, ha empezado a cambiar sus constituciones con el propósito de adecuarse a las nuevas realidades basadas en la competitividad de un mundo globalizado. Estas experiencias deben ser examinadas con riguroso y exigente método para sacar de esas experiencias lo mejor de ellas.

EXPERIENCIAS EXITOSAS

El país necesita reconocer y aprender de sus propios éxitos en el aprendizaje de la democracia Venezuela ha dado muestras de haber entendido e internalizado los conceptos de democracia, libertad, justicia, paz, seguridad jurídica e igualdad, que son valores irrenunciables de una Nación civilizada. Lo que se quiere es que sea mejor, más eficiente y se corrijan sus errores, imperfecciones y vicios. También que sus beneficios lleguen a todos. Esto es, que el modelo representativo puro se enriquezca con la participación popular en plano de igualdad de oportunidades.

Algunos de tales logros son los siguientes:

La descentralización política que ha permitido a las regiones encontrarse consigo mismas. La nueva constitución deberá permitir la profundización y mejoramiento del proceso.

El referéndum aprobatorio que ha recogido la opinión popular. Esta experiencia inédita entre nosotros es un avance extraordinario que debe multiplicarse prudentemente en otras formas de referendos.

El voto por nombre y apellido que permite una verdadera representación. Tal logro es de especial trascendencia en la construcción de un liderazgo que se base en programas y no exclusivamente en estructuras de partidos. La experiencia actual debe ser indicativa de un nuevo modelo electoral.

La convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente donde participarán nuevos apoderados sociales, lo cual será un aprendizaje de los caminos de perfección del Estado.

El Código Orgánico Procesal Penal (COPP) es una demostración palpable de cómo se puede producir un excelente texto jurídico de extraordinaria utilidad a la causa de la democratización de la justicia penal y a la garantía de los derechos fundamentales tanto de víctimas como de los victimarios. Con ese éxito se superan 5 siglos de envilecimiento, corrupción, crueldad y sufrimiento patentizados en la (in)justicia inquisitiva, escrita y secreta. Sus principios deben ser constitucionalizados.

La reforma judicial, del Ministerio Público y de las Policías de Investigaciones Penales, conjuntamente con el nuevo Código Orgánico de Justicia Militar señalan senderos de profundos cambios de tradiciones y vicios hacia la transparencia y eficiencia de la justicia. Sus principios deben ser constitucionalizados y enriquecidos con una norma que obligue a la despartidización de la administración de justicia.

Las leyes sobre el Arbitraje Comercial, el derecho internacional privado, la violencia doméstica y los niños y adolescentes son claros caminos de incorporación de Venezuela al mundo. En ellos están sembrados principios claros que deben ser elevados al rango constitucional.

Los tratados internacionales nos indican con claridad el rumbo de los acontecimientos en el planeta. Tales tratados deben ser incorporados activamente al derecho interno, cuidando de ejecutar la transición con paciencia, pero con activa decisión.

CONCLUSIONES:

Venezuela ha dado los primeros pasos para su modernización y adecuación a las realidades mundiales. También está en camino una transformación de la relación entre el Estado y el ciudadano. Quienes hemos apostado por las reformas estructurales de la democracia no tenemos otro camino que apoyar el proceso y favorecer la discusión de los temas con la mayor profundidad y seriedad, en un clima de paz y entendimiento para el logro del propósito común.

Por lo pronto, todos aquellos que se arriesgaron a participar en esta novedosa experiencia, merecen el reconocimiento y respeto de todos. Especialmente aquellos que, de forma independiente de estructuras partidistas y de recursos públicos, pusieron todo su empeño en ser candidatos mediante un mensaje de cambio. Sin duda alguna que estos son los verdaderos héroes del proceso.

Estoy seguro de que todavía se deben reformar muchas cosas en el régimen electoral a los fines de evitar interferencias extrañas y reminiscencias del pasado que se quiere transformar. También se debe permitir la participación de las minorías sociales que han sido tradicionalmente marginadas.

Es necesario ver lo positivo que tiene el proceso de crear un nuevo Estado moderno, eficiente, más democrático y respetuoso de los derechos humanos y que esté al servicio de las personas, tanto naturales como jurídicas. Ello es indispensable si queremos estar más cerca aun del progreso.

Finalmente, espero que los electores que votaron por el nombre y apellido de quienes son sus representantes sepan exigir a sus elegidos que cumplan con su mandato. También que los asambleístas electos sepan usar la enorme responsabilidad que les concierne. De ello está consciente el mundo: nos corresponde a todos estar pendientes de la nueva tarea de hacer una constitución y a los asambleístas les toca actuar de buena fe, de forma correcta y justa conforme a la conciencia individual de cada uno. Los fundamentos están claros: si fracasan no habrá excusas.

Abogado

Socio de la Firma Baker & McKenzie.

Profesor de varias universidades nacionales

Profesor Distinguido y por concurso de varias universidades de los EUA. Miembro del Comité Ejecutivo de Amnistía Internacional

Ex – Asesor de la COPRE

Consultor del BID y el PNUD.

E-mail: [email protected]

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