¡Fuerza! ¡Fuerza! ¡Fuerza!
¡Fuerza! Le escuchamos decir. Y fuerza es lo que transmite a cada uno de los que acuden a visitarle a prisión.
Desde este espacio y desde muchos hogares venezolanos, queremos transmitirle a Henrique Capriles Radonski, a su familia, a sus amigos, a sus compañeros, esa misma fuerza que nos infundió.
¡Fuerza! Porque la verdad y la justicia se imponen.
¡Fuerza! Porque más temprano que tarde, Venezuela deberá tener un sistema judicial equilibrado y recto.
¡Fuerza! Porque la entereza que nos ha demostrado este joven nuestro, nos ayuda a catapultarnos con absoluta convicción hacia la justicia imparcial, hacia la credibilidad en nuestras instituciones.
¡Fuerza! Para defender el país de todos los venezolanos.
¡Fuerza! Para rescatar los nexos que nos han unido como pueblo.
¡Fuerza! Para recuperar los espacios que a todos nos pertenecen.
Para invertir nuestro mayor esfuerzo en el momento que más lo necesita Venezuela.
Para enfrentarnos a la profunda crisis que vivimos, con valentía, con fe, con esperanza en el porvenir.
Para entender que no hay cuesta demasiado empinada que nos impida llegar a la cima.
¡Fuerza! Porque los venezolanos hemos demostrado con creces que somos gente luchadora y noble.
¡Fuerza! Porque la memoria nos sirve para enseñar a nuestros hijos que la libertad se construye, aún estando en prisión.
¡Fuerza! Porque el valor de la razón tiene más poder que los ejércitos del mundo entero.
Porque la unión necesita potenciarse desde nuestro interior, con voluntad, y por encima de todo, con humildad.
Porque el poder de la conciencia amarra la dignidad y cimienta las bases de los principios.
Porque si cada uno empuja el futuro, Venezuela será un país libre dentro de muy poco tiempo.
¡Fuerza! Para recapacitar, para reconsiderar, para repensar nuestro país. Y para soñarlo.
¡Fuerza! Para organizar, para fundar, para establecer normas que nos lleven a tener un comportamiento cívico y respetuoso como sociedad. Y para cumplirlas.
¡Fuerza! Para reconciliarnos. A pesar del abatimiento y del dolor.
Para continuar el camino emprendido a pesar de los obstáculos.
Para armar una red de gente con uniones tan sólidas que se hagan impenetrable la corrupción, el autoritarismo, la demagogia.
Para levantarnos y levantar a todos los jóvenes de Venezuela y mostrarles que sí hay futuro.
¡Fuerza! Para apoyarnos mutuamente y exigirnos como ciudadanos.
¡Fuerza! Para comprometernos a cumplir con nosotros mismos y con el país, a pesar del cansancio.
¡Fuerza! Para hacer de Venezuela una nación desarrollada, con trabajo, con perseverancia y con amor a lo nuestro.
¡Fuerza! Porque hay venezolanos que nos la infunden desde las cárceles, en los hospitales, en los sectores más pobres de la sociedad.
¡Fuerza! Porque hay venezolanos que necesitan de nosotros para tener una vida distinta a la que han tenido hasta ahora.
¡Fuerza! Porque ayudándonos construiremos nuevamente a Venezuela.
Porque los venezolanos que creemos en la democracia, en la libertad individual, tenemos en nuestras manos una responsabilidad ineludible que cumplir el 15 de agosto.
Y porque esa misma fuerza que Henrique Capriles Radonski nos envía en una sonrisa de agradecimiento, debemos retribuírsela con la misma entereza con que él, y todos los perseguidos del actual gobierno, han asumido su condición, con valor, con integridad y con la esperanza en un pueblo por el que han luchado y luchan, en su condición de presos políticos.
Por eso, una y mil veces ¡Fuerza! ¡Fuerza! ¡Fuerza!