Friends forever
A pesar de la abierta, manifiesta y pugnaz antipatía del presidente Chávez por Estados Unidos, a pesar de sus insultos al presidente Bush, a Condoleezza Rice y más recientemente al presidente Obama, a pesar de haber culpado a Estados Unidos de haber causado el terremoto en Haití, la mayoría de los venezolanos siente una enorme afinidad y simpatía por Estados Unidos.
No es poca cosa llamar «pendejo» en cadena nacional al presidente de otra nación. Ni siquiera monstruos como Hitler o Stalin llegaron a referirse así a sus más acérrimos enemigos políticos. «Cobarde»… «asesino»… «genocida»… «borracho», han sido algunos de los epítetos usados por Chávez para descalificar a Bush. «Diablo», lo llamó en la ONU. Y no es que a mí me guste Bush -la realidad, a mi modo de ver, es que fue un pésimo presidente- pero definitivamente no es un lenguaje de altura presidencial el que usa Chávez.
Quizá lo que más enardezca al presidente Chávez es que por más que ha tratado de sembrar en el alma de los venezolanos los peores sentimientos en contra de Estados Unidos, la inmensa mayoría de los venezolanos admira al coloso del Norte y se identifica con su cultura. Las tendencias, forma de ser y moda de los americanos es seguida con fervor por los venezolanos de todos los estratos sociales. Nuestra sociedad se parece más a la sociedad norteamericana que a la de cualquier otro país fuera de Iberoamérica (y cuidado si más que a la de algunos países latinoamericanos). Y cuando a nuestro pueblo se le pone a escoger el modelo que desea para Venezuela, no es Cuba precisamente la victoriosa. Todos los niños venezolanos saben quién es -y quieren- a Mickey Mouse.
En un par de semanas se marcha del país el embajador Patrick Duddy. La misión de Duddy ha sido una de las más delicadas y conflictivas que embajador alguno haya tenido en nuestro país. La manejó con inteligencia, tino y muchísima paciencia. Cabe recordar que Chávez expulsó a Duddy del país en 2008, en solidaridad con Bolivia. Duddy regresó en junio de 2009 cuando Obama ganó la presidencia. La esposa del embajador, Mary Duddy, deja huella de una estupenda labor a favor de los más necesitados. Los Duddy sembraron amistades para siempre, como la de larga data entre Venezuela y Estados Unidos. Friends forever.