Francia, fronda IV
Tercera Fronda: llamada Parlamentaria y de los Príncipes (1650 – 1651).
La victoria del cardenal Mazarino puso a temblar al Parlamento de París, ya que ésta victoria suponía el fortalecimiento de su poder y el seguro regreso al despotismo del cardenal.
La riña contra Mazarino estimuló que las dos Frondas (la Parlamentaria y la de los Príncipes) se uniesen en diciembre de 1650, acuerdo que duró hasta septiembre de 1651.
Los parlamentarios, dirigidos por Pierre Broussel, retomaron el programa de 1648 y exigieron la libertad inmediata de los príncipes.
El Parlamento de París el 3 de febrero de 1651 exigió la destitución del cardenal Mazarino como primer ministro. Ante la nueva situación, Mazarino consciente de que el odio contra él era el único punto de unión entre los rebeldes se exilió en Brühl, muy cerca de Colonia y con la huida de Mazarino se produjo la ruptura de los frondistas.
En septiembre de 1651, el Parlamento declaró mayor de edad a Luís XIV.
Por su parte el Gran Condé abandonado por sus partidarios, regresó a Guyena para continuar la rebelión desde el sur.
Para 1570 estaba suficientemente difundida por Europa la literatura contentiva de los ataques contra el absolutismo. La más famosa de esas obras fue la VINDICIAE CONTRA TYRANNOS, publicada en 1579, de autor desconocido, y contenía muchos de los argumentos sostenidos en los años anteriores. Pasó rápidamente a ser un pilar de la literatura revolucionaria de la época y tomaba más bríos cada vez que se presentaba una querella entre el monarca y el pueblo. Trataba de dar respuesta al problema fundamental de la política contemporánea: ¿Están obligados los súbditos a obedecer si se manda algo contra la ley de Dios? ¿Es lícito resistir cuando se manda a anular la ley de Dios y/o se ataca a la Iglesia? ¿Es licito resistir cuando un tirano esta oprimiendo y/o destruyendo al pueblo? ¿Están obligados los vecinos a ayudar a los súbditos de otros pueblos cuando son oprimidos por un tirano? El gobernante es servidor de la comunidad y ésta puede hacer cualquier cosa que sea necesario para salvar su existencia. Dios y el pueblo están por encima del gobernante, quien esta obligado al servicio de ambos y la obligación del pueblo para con él es limitada y condicional. El pueblo establece las condiciones que el gobernante esta obligado a cumplir. Los gobiernos existen para fomentar los intereses del pueblo, la protección de sus vidas y de su propiedad. El pueblo tiene el derecho de resistir, de rebelarse contra un tirano.
Se discutió con pasión la teoría del derecho divino de los Reyes. Guerras civiles y religiosas. A fines del siglo XVI la corona francesa detentaba mas poder e inició el camino hacia la centralización, hacia la monarquía absoluta de Luís XIV. Se hizo patente que ni los católicos ni los protestantes tendrían una victoria absoluta y si seguían en la lucha destruirían tanto al gobierno francés como a la cultura francesa. Esto favoreció, también, a Luís XIV. ¿Interesante? Reflexión. Continuará.