Foquismo Bolivariano
Es indudable la contribución de la Revolución Bolivariana a la renovación de las estrategias y tácticas que habían desarrollado con entereza e idoneidad otros pensadores y grupos intelectuales de la tradicional izquierda mundial.
La historia de la Emancipación Universal, mejorada ampliamente por los resultados del Bolivarianismo Venezolano, ya ha recibido aportes innegables para la reformulación de los modos de producción y de las relaciones de producción capitalista que tanto demandaba Carlos Marx, tan citado y tan desconocido por El Líder ÚNICO e INDISCUTIDO, El Sapiente y Sabrosón centauro nuestro de cada día que canta como paraulata y declama sudoroso como bandoneón desentonado: El Gallinero Vertical, La Ruta de la Empanada, La Misión Alcayata, El Regateo Bolivariano, El Guarapo Colectivo, El Sancocho Cívico – Militar son claros ejemplos de nuestro bolivariano aporte a la ideología económica revolucionaria universal.
¡Pero nada como El Foquismo Bolivariano! No vayamos a creer que se trata de aquella vieja teoría revolucionaria inspirada por Ernesto «Che» Guevara y desarrollada por Regis Debray. En su libro La guerra de guerrillas, Guevara postuló que la experiencia de la Revolución Cubana demostraba que cuando las condiciones subjetivas no son suficientes para que las masas lleven adelante la revolución socialista, un pequeño foco que iniciara acciones típicas de la guerra de guerrillas podría lograr – con relativa rapidez – que la revolución se expandiera, obteniendo así el levantamiento de las masas y el derrocamiento del régimen. El «Che» consideraba válidas estas consideraciones principalmente para los países atrasados, y sostenía que los focos debían tomar como base social al campesinado. La teoría se puso en práctica, en manos del propio Guevara, por primera vez en el Congo, con el apoyo de Laurent-Désiré Kabila y por segunda vez en Bolivia. Durante los años ’70 y también durante los ’80, grupos de diversas tendencias políticas (no sólo en países rezagados) tomaron al foquismo guevarista como estrategia.
¡No! Nada más alejado de esa vieja concepción foquista pasada de moda y poco bolivariana. Nuestro inédito foquismo no proviene de foco sino de foca, de ese animal acuático que carece de pabellón auditivo y sus extremidades posteriores están dirigidas hacia atrás y no son funcionales en el desplazamiento terrestre. Como no oye, ejecuta sin sentido; como no camina hacia delante, siempre marcha para atrás, hacia el Siglo XIX y nuestra Revolución Federal; como no camina, vuela en aviones petroleros vestida colectivamente de verde oliva y rojo intenso para aplaudir, a rabiar y por encima de los hombros, las revolucionarias ocurrencias del nuestro EXCELSO LÍDER en cualquier escenario tricontinental.