Opinión Nacional

Filosofando…

Hay realidades que más que matan, hieren. Entender el drama del ocaso de América latina es harto doloroso, saber que estos son pueblos que pareciesen condenados a una visión nihilista judeo-cristiana, implicaría reconocer que aquí nunca cuajará la ciencia y la tecnología. Tampoco esto significa entonces edulcorar la cultura aborigen; seamos claro, los aborígenes más allá de la explotación española, eran pueblos sin escritura, con una visión mágica de la vida, que en ningún momento irrumpieron en el saber transformador; mientras los negros traídos del África, azorados sólo pudieron ejercitar el músculos para loas de un señoriíto repetidor de los clásicos europeos y aprendiz de piano.

La gran pequeñez de la tierra de fuego se concreta en nunca haber parido un filósofo a la altura de un Niestche. Entre estudios de gramática, retórica y teología, a eso se redujeron estas colonias. La justificación del statu quo parió demasiados leguleyos, la regimentación, por lo general, es el blasón de sociedades represores del verdadero conocimiento. De la edad media colonial se pasa a la era de los caudillos; los llamados libertadores, revanchistas saqueadores; quienes después de haber destruido las fuerzas productivas, se dieron a la tarea de saquear el tesoro público. En ese contexto, el pensamiento atorado sólo podía parir poetas romanticotes; quienes vivían extasiados por el decadentismo del mismo cuño de su supuesta madre patria.

La inclemencia de un medio bárbaro no ha hecho posible ni la mediana organización del aparato público, países donde lo común no funciona; en que los derechos de primeras generación todavía viven su sueño, finalizan dando saltos locos por aparentar una posmodernidad sin arraigo en sus bases; y el corolario es la figura de los caudillos trasnochados o los civiles afeminados, con poses de seudos estadistas.

El verdadero filosofar nos llega tarde; serán los españoles, por desgracia, quienes traen esos estudios con algunos de los integrantes de la Escuela de Madrid, en donde destaca Juan David García Bacca. El producto fue unos jóvenes que tergiversaron el objeto de la filosofía, por un sociologismo marxista con tinte de romanticismo quijotesco, entre los cuales resalta el Ludovico Silva. No se olvide que detrás de un gran progreso económico están los filósofos, el ejemplo más evidente es Alemania con Nietsche, Marx y Heiderberg, entre muchos otros. Una nación camina hacia su grandeza en la medida que su filosofía, junto con lo estudios matemáticos- lógicos se disparan. Pero tristeza es decirlo: en América latina y en Venezuela, sólo se tiene escritores anclados en evasiones siderales, enfriando el pensamiento y dándole vuelo a una imaginación de destrucción y regresionismo.

Hay realidades que pueden acabar matando, ¿Será que el determinismo geográfico obnubila el pensamiento filosófico? ¿Estamos condenados a un centinela en Miraflores? ¿Tendría razón en lo más profundo Valenilla Lanz con su Cesarismo Democrático? ¿O ocaso debemos, parodiando a Niestche, matar el judeo cristianismo, grillete enfermizo y de afeminados? Los griegos comenzaron a filosofar hace más de un milenio, en tanto acá en el supuesto nuevo continente todavía se está con los santuarios, el sahumerio y los santos óleos. La diferencia es abismal, sólo piénsese en la mezcla no tan lejana de teología de la liberación con marxismo, entre cuyos paladines estuvo el mogijato de Ernesto Cardenal, hoy perseguido por el totalitarista Daniel Ortega;

Volver al pasado, es decir, hacer de la teología filosofía o a la inversa, es la tarea que hicieron los escolástico cuando cristianizaron la filosofía aristotélica; o bien buscar acercamientos a lo Garaudy o Paúl de Chardin, no es más que insinceridad en el campo filosófico. La filosofía no se aviene con pretensiones del poder hegemónico, el poder de la filosofía es el conocimiento sabio. Un uso simplista de la frase de Marx con aquello de Los filósofos lo que han hecho es teorizar sobre el mundo pero lo difícil y necesario es transformarlo (parafraseo), es hacer de la filosofía militancia, que no es su caso, como tampoco es la del científico decidir que hacer con sus descubrimientos; a lo sumo su función entra en el campo filosófico como actitud ética moral, ya su militancia es cosa muy personal; puede ser razonada, acendrada en la convicción pero no entra en el campo de estudio filosófico, a no ser que el trajín de su experiencia lo lleve a la filosofía política.

Lo importante como diría el maestro Burk es tener una filosofía personal, que no es más que vivir, pensar, valorar y decidir sabiamente, entender que no se filosofa en el aire sino en un determinado contexto histórico, manteniendo un pensamiento audaz y afirmando honestamente su independencia espiritual. La filosofía no es un prurito de contradicciones sino autenticidad ante los problemas filosóficos. Un América latina ultrajada en su pensamiento por extraños y propios, debe como premisa comenzar a filosofar para engrasar nuestras sociedades del amor por la sabiduría; se sabe que el peso del judeo-cristianismo pareciese avasallador; mas la empresa debe comenzar, sino seguirá famélica e imitadora. No la filosofía para el recreamiento cual Liceo de Aristóteles sino para entrar definitivamente en la filosofía de la ciencia, en unas realidades donde la sotana no quiere dejar el mando y los políticos y empresarios malsanos imponen su ley de intereses.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba