Feudalismo del siglo XXI en Anzoátegui
Como en toda Venezuela, Anzoátegui ha sido impactado por estos casi diez años de primacía de la figura de Hugo Chávez como cabeza de la política en nuestro país. Los modos perversos, chistes sin gracia, culto a la personalidad, falta de modales y de consideración, amoralidad y corrupción son la norma. Tal vez lo más pernicioso haya sido el que los nuevos actores que han entrado en la escena política regional y local, aun los que se dicen opuestos a Chávez, comparten con éste muchos vicios y practicas que habían sido superadas en Venezuela, pero que renacieron a partir del segundo gobierno de Caldera y han sido exacerbadas en los años del chavismo. El principal de estos perversos vicios no es otro que el nepotismo. Una práctica deleznable y censurable absolutamente. Vemos con estupor como muchos funcionarios que ejercen cargos de elección popular utilizan todos los resortes del poder para imponer y beneficiar groseramente a sus familiares para imponerlos como sus sucesores en el ejercicio de funciones públicas electivas. La ambición y el desmedido afán de riquezas y poder han prendido por igual a partidarios y adversarios de Chávez en Anzoátegui. La casi totalidad de nuestros Alcaldes respalda con sus acciones la obscena pretensión de Chávez de convertir a Barinas en un burgo donde la familia Chávez sea dueña de vidas y haciendas. Todos ellos ansían amoral e inmoralmente imitar los despropósitos de Chávez. ¿Cual es la diferencia entre uno de éstos descarados que se dicen opositores y un sumiso y arrastrado corrupto chavista? Creo sinceramente que ha llegado la hora de hablar sin hipocresías.
Asqueroso es el mínimo adjetivo que debemos utilizar para definir el reciente pacto contranatura entre Primero Justicia y PODEMOS por medio del cual el muy pintoresco Alcalde de Simón Rodríguez habría declinado sus nonatas aspiraciones a la Gobernación del Estado a favor de el Alcalde de Lechería. Hasta aquí no hay nada censurable. Lo aberrante es el trasfondo colateral de ese pacto, que se cuidaron escrupulosamente en hacer público y que no es otro que el respaldo de PODEMOS a la pretensión nepótica de Gustavo Marcano de heredarle a su señora madre la Alcaldía de Urbaneja a cambio de que Primero Justicia apoye el despropósito de Ernesto Paraqueima de entronizar a su señor padre como Alcalde de Guanipa. ¡Que vergüenza que éstos dos jóvenes se hayan corrompido a tal manera! Sin ningún rubor defienden éstas prácticas inmorales cual si ellas fuesen de lo más normal. ¿Es que acaso en esos municipios no existen personas más capaces que los progenitores de esos Alcaldes para asumir las riendas del poder municipal? Si esos padres no tuvieron la capacidad de enseñarles valores morales a sus hijos y cohonestan tamaña inmoralidad ¿Qué podemos esperar de una administración dirigida por ellos?
Desgraciadamente el problema no está limitado a los municipios Urbaneja, Simón Rodríguez y Guanipa. El cáncer se ha diseminado hasta Anaco, Guanta, Cajigal y Miranda en la zona regida por la oposición, pero que en las prácticas corruptas no hay diferencia alguna con las áreas de influencia del chavismo. Yo quisiera emplazar a Julio Borges y a Ismael garcía a hacer un pronunciamiento sobre éste escándalo. Esta exhortación debemos ampliarla a COPEY, donde dos de esos Alcaldes nepótistas compiten por la nominación a la Gobernación sin dejar de reconocer la responsabilidad de Acción Democrática que en la pasada elección municipal avaló la sucesión conyugal en Freites. No voy a criticar el desparpajo nepótico chavista en Barcelona, ellos asumen abiertamente su condición corrupta. En lo personal estoy en contra de permitir que en Venezuela y particularmente en Anzoátegui se entronice el perverso sistema de los clanes familiares que en la Edad Media eran comunes en Europa. No podemos tolerar esta especie de Feudalismo del Siglo XXI ni en Anzoátegui ni en Venezuela.