Experimento Olímpico
Este lunes el movimiento olímpico venezolano ha dado un paso digno de atención. Después de veintidós años que se sucedieron bajo la presidencia de Fernando Romero Perego se ha elegido a un nuevo Presidente, con la particularidad de que el señor Eduardo Alvarez desempeña simultáneamente las funciones de Presidente del Instituto Nacional de Deportes y las de Viceministro del Deporte en el Ministerio de Educación y Deportes.
No vamos a ocupar el preciado tiempo de nuestros amigos lectores en anotar a las personas que lo acompañan en las funciones que le corresponde llenar al Comité Olímpico Venezolano, ya la prensa especializada lo ha dicho.
Pero si queremos anotar lo novedoso que nos resulta el hecho de que el conductor del movimiento deportivo de alta competencia del país sea también quién dirige las políticas oficiales respectivas.
No es este hecho único. En algunos países del mundo se sucede algo similar. Alemania, Cuba y Uruguay son tres países, que nosotros sepamos, donde se funden en la misma persona las funciones olímpicas y las oficiales.
Resulta novedoso, pues entre otras consideraciones encontramos que la Carta Olímpica dispone que las funciones directivas de los Comités Olímpicos Nacionales deben ser llenadas de manera ad-honórem.
Estamos seguros que la posición de Presidente del C.O.V. seguirá siendo desempeñada sin remuneración que provenga del organismo, pero nos cuesta mucho distinguir y separar las nuevas funciones de las que desempeña desde sus posiciones oficiales y sin lugar a dudas estas sí reciben emolumentos.
Pero mayor atención se deberá tener alrededor de los potenciales conflictos que pueden surgir del desempeño necesario como Presidente del C.O.V. y las que tiene que llenar como integrante de un gobierno que en ocasiones puede tratar de utilizar al deporte como, por ejemplo, un elemento propagandístico. También, pensamos en las posibilidades de que se acepten organizaciones o individuos que no llenen los requisitos necesarios para ser reconocidos dentro del movimiento deportivo olímpico.
Pero no podemos ni debemos comenzar por pensar en las situaciones adversas. Por ello, comenzamos diciendo que el paso dado por las Federaciones Deportivas Nacionales es digno de atención y sin lugar a dudas novedoso.
Hacemos votos porque la situación planteada sea resuelta con la pasión y el profesionalismo necesarios para que el deporte venezolano transite por rutas mejores.
Es oportuno destacar que el Presidente saliente, Fernando Romero Perego, le ha dedicado veintidós años de su vida, los más valiosos, al deporte de nuestro país y su labor ha sido coronada poniendo al servicio del olimpismo nacional un moderno y funcional edificio que además de servir como sede operativa del Comité Olímpico Venezolano, tiene espacios dedicados a resaltar las hazañas de muchos venezolanos que han rendido jornadas excepcionales en diversas disciplinas deportivas.
Honrar a quienes han puesto al tricolor nacional muy en alto es una obligación que había sido postergada por demasiado tiempo.
Esperamos que el futuro próximo este plagado de buenos deportistas que conquisten triunfos importantes en los distintos escenarios que se avecinan. Las Olimpíadas de Pekín serán las competencias que tendrán resultados más apartados de lo acostumbrado. El mundo cambia de manera singular.
