Experiencia de funcionario público no basta para ser dirigente político ni mucho menos Presidente

(1) En la administración pública se agrupan gentes de todas las profesiones a fin de realizar las tareas que esas gentes ayudan a planear, conceptualizar, diseñar y ejecutar DESPUES de que la labor política propiamente dicha ha sido plasmada en normas básicas del

Poder Legislativo (Constitución, leyes) y del Poder Ejecutivo (planes, reglamentos, decretos) que actúa con la cooperación del sector privado mediante ciertos instrumentos (licitaciones, contratos) en aplicación de aquellas normas.

(2) No es raro que dirigentes políticos acepten ciertos cargos públicos, en razón a sus personales aptitudes y calificaciones profesionales. Tampoco es raro que funcionarios públicos competentes quieran convertirse en dirigentes políticos. Pero más frecuentemente personas sin debidas calificaciones se montan en el aparato del gobierno sin ser verdaderamente activistas políticos ni personas de vocación para el manejo gubernamental.

(3-a) El funcionario público no se caracteriza por vocación de político y le basta ser apto para cumplir las tareas de su cargo. El activista político avanza desde su entrada al mundo de la política a temprana edad hasta su maduración a través de fases. Un verdadero dirigente no se puede formar en breve período.

(3-b) Los elementos esenciales en ese proceso de formación del activista político se revelan en la preferencia por entender lo humano, mediante larga, espesa y firme educación, contacto con la gente, sentido de solidaridad, esfuerzo de lucha por traducir esa solidaridad en resultados beneficiosos para la gente.

(4) La ruta del político lo lleva a dirigirse hacia la densa amplitud del generalista que culmina en la praxis del estadista. Pocos llegan a esta meta. Desafortunadamente no son pocos los que alcanzan la cima de la presidencia del país navegando en las turbias aguas del arribismo.

(5) Lo más importante, primordial, es que quien merezca asumir la primera magistratura del país tenga aquellos elementos esenciales de una verdadera formación que el tiempo haya cuajado y su sólida experiencia se revele en una mente que se exprese con voz propia decantada.