Opinión Nacional

¿Existen Animales Silvestres Lujuriosos?

Por supuesto que no. Ni silvestres ni domesticados; a pesar de que con muy extrañas y raras excepciones, todos los peces, anfibios, reptiles, aves, mamíferos, insectos y arácnidos, no sólo se reproducen sexualmente—sino que cada especie tiene un simple o complejo protocolo de cortejo y seducción y también algunos de ellos son altamente promiscuos y observan comportamientos no heterosexuales.

El único animal “lujurioso” que existe es el ser humano (un simio y primate mamífero llamado científicamente Homo sapiens sapiens).

Y la razón es muy simple: La lujuria es un concepto religioso y el único animal del planeta Tierra dotado de un cerebro lo suficientemente desarrollado para inventar una religión, es el ser humano.

La lujuria es un pecado mortal eminentemente cristiano que puede ser rastreado hasta el siglo cuarto y al monje cristiano griego Evagrius Ponticus, como usted puede comprobar consultando la Wikipedia, la cual dice en inglés, la siguiente traducción al español:

 (http://en.wikipedia.org/wiki/Seven_deadly_sins#Biblical_Lists)

El concepto moderno de los Siete Pecados Capitales está encadenado a las obras del monje del siglo cuarto Evagrius Ponticus, quien hizo una lista de ocho pensamientos malvados en griego…”

El ser humano es el único animal lujurioso porque durante la casi totalidad de entre los 600 y 750 siglos que lleva existiendo la humanidad, las únicas fuentes de la “verdad” fueron la magia y la religión. La ciencia apenas lleva existiendo un poco más de dos siglos y medio—entre 3 y 4 diezmilésimas partes de ese tiempo.

Las creencias religiosas de todo tipo (existen tantas religiones distintas que sólo las cristianas suman más de treinta mil), son tan fuertes todavía, que ellas predominan y en algunos casos no sólo intentan contradecir, sino desprestigiar o falsificar los hallazgos científicos—por ejemplo, el hecho científico innegable de que los seres humanos no heterosexuales nacen naturalmente así—y sus comportamientos sexuales no pueden ser enseñados, ni aprendidos, ni son una enfermedad y mucho menos contagiosa.

Todo comportamiento sexual humano; heterosexual o no, es dictaminado por el genoma y el epigenoma desde que se unen un óvulo y un espermatozoide en una de las trompas de Falopio de la madre y un embrión comienza a desarrollarse.

Pero eso sólo lo saben los científicos desde el 3 de junio de 2005, cuando los doctores Ebru Demir y Barry J. Dickson, publicaron los resultados de sus investigaciones con la mosca de la fruta en la revista científica Cell.

Casi absolutamente todos los progresos de la humanidad se deben al conocimiento científico desarrollado y difundido en los últimos dos siglos y medio—mientras el ser humano sólo podía hallar la “verdad” en la magia y la religión,  no se diferenciaba mucho de los animales silvestres; es más, fue simplemente—y todavía continúa siéndolo—uno más de ellos.

Así que si usted desea realmente ser “civilizado” y no un «simple animal silvestre«, es muy buena idea que se familiarice íntimamente con el conocimiento científico.

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