¿Está usted decepcionado de la humanidad?
Una de las ventajas que tenemos algunos de los humanos actuales, es tener literalmente en nuestras manos, información casi instantánea sobre lo que está ocurriendo en cualquier lugar del mundo que nos interese; esto es cierto para aquellos que tengan acceso a alguno de los numerosos dispositivos digitales que permiten usar la internet y especialmente, si se domina el idioma inglés.
Un efecto potencialmente deprimente de esa ventaja es enterarse de que aún en 2010 abundan por doquier las supersticiones, las intolerancias, la injusticia, la pobreza y la indigencia; epidemias de enfermedades prevenibles y curables; junto a la avaricia, la megalomanía, los abusos de todo tipo contra los débiles, las pérdidas de vidas humanas debido a catástrofes naturales o provocadas por los propios seres humanos, que son prevenibles y evitables—sin olvidar la permanente y prevaleciente agresión humana contra la estabilidad y existencia de numerosos ecosistemas distintos y en contra de numerosas especies de vida animal, vegetal y de otros tipos, cuya existencia y protección son indispensables para la supervivencia de los propios seres humanos.
Da la impresión de que los humanos “no tenemos remedio” y que estuviésemos empeñados en destruirnos a nosotros mismos y a todo lo que nos rodea.
Pero esa es una errada impresión.
Porque la humanidad lleva existiendo en el planeta Tierra entre 600 y 750 siglos—integrada por personas tan inteligentes y capaces como usted y yo—y lo que sabemos de nuestros antepasados; hasta ahora, (cada día aprendemos más), nos dice que la humanidad se encuentra en el mejor momento de toda su historia—desde cualquier ángulo que usted escoja para juzgarla—es decir, contrariamente al añejo proverbio que reza: “todo tiempo pasado fue mejor”, el presente y el futuro previsible, son definitivamente mejores que cualquier época pasada que usted escoja.
Si usted no está de acuerdo con mi apreciación, lo invito a investigar sobre la inevitable y siempre recurrente brecha generacional, que lleva a los humanos más jóvenes a cambiar constantemente las costumbres, hábitos y tradiciones que heredan de sus antecesores… y como “entre gustos y colores, no han escrito los autores”; usted no logrará que los jóvenes concuerden con eso de que “todo tiempo pasado fue mejor”—simple y llanamente, porque para ellos ese tiempo nunca existió, así como para usted nunca existieron antes muchas de las nuevas tradiciones, hábitos y costumbres que nacen por doquier y a cada rato.
Una parte del problema de tener una apreciación errada del nivel de calidad de vida de la humanidad que estamos compartiendo, es el inevitable hecho de que cualquier medio de comunicación social que se dedique con exclusividad a difundir buenas noticias, tendría una vida efímera; al “matar de aburrimiento” a su audiencia, y por ello, inevitablemente, el bulto de las informaciones que difunden, son aquellas que asombran, escandalizan, horrorizan o entretienen a quienes las reciben—y porque muchas de las buenas noticias que sí se difunden, se encuentran en libros, revistas, bases de datos, páginas web, y exclusivos ambientes universitarios y corporativos, dedicados a la investigación científica y al desarrollo de nuevas tecnologías—que para la inmensa mayoría de los seres humanos, resultan aburridas, tediosas, muy complejas y hasta “sin sentido” o sin importancia alguna.
Adicionalmente; nuestra errada percepción de la calidad de vida de la que disfruta la humanidad, es distorsionada por el hecho de que los cambios que siempre se necesitan, no ocurren en la escala de las horas, días, semanas, meses o años, a la que estamos cotidianamente acostumbrados, sino en términos de lustros, décadas, siglos y milenios.
Dedíquese a perseguir tenazmente sus sueños y a disfrutar los que alcance. Sea optimista.