¿Es ético el Poder Moral venezolano?
Valorar los actos humanos no es simple. ¿Cómo le creemos, por ejemplo, al tirano de Cuba, Fidel Castro Ruz, que busca la felicidad de su pueblo cuando han pasado más de cuarenta años y su pueblo sufre de persecuciones, arrestos, flagelaciones, asesinatos judiciales, hambre, etc..?
¿Cómo podemos creerle al delfín “off shore” de Castro, que mediante leguleyadas oprime al pueblo venezolano y ha actuado como un Moloc devorador que todo lo ha destruido?
¿Cómo podemos entender a estos revolucionarios que sólo han hecho más infelices a sus pueblos y han actuado como gobiernos o sistemas uniárquicos, que nos llevan a un pasado mesopotámico?
Estamos claros que la división de poderes `propuesta por Montesquieu no encaja con el “despotismo asiático” ni con lo que Marx designaba como “modo de producción asiático”.
¿Será o es que el presidente Hugo Chávez de Venezuela está llevando a su nación hacia un sistema de protoestado? – ¿Por qué se insiste en la creación de nuevos poderes cuando en realidad no lo son y más bien son tentáculos de un gobierno que es una uniarquía?
Poner a un gobierno en el dilema moral del bien común o del bien personal, distinguiendo entre políticas rectas y erróneas no es el punto, ya que es imposible configurar valores entre el bien y el mal, pues las políticas que pueden ser rectas para unos serán, sin duda erróneas para otros y viceversa. Entonces, la cuestión moral aquí se mediría por cuanto daño se hace a unos y cuanto bien se hace a otros. Simón Rodríguez nos recordaba: “pueblo multiplicado por intereses particulares y dividido por intereses particulares, igual a uno, igual a República”.
El problema estriba en qué es la felicidad. Para el ladrón, sin duda, será obtener más bienes y hacerse cada día más rico, sin mayor esfuerzo; para el déspota será tener a cuantos más súbditos arrodillados y cumpliendo sus órdenes. Para el cretino, el sumiso, el trepador y sinvergüenza, la felicidad será cumplir con las órdenes de su amo, y hacer feliz al amo. Esto se ha visto en la historia con Mussolini, Hitler, Franco, Perón, Pinochet, Idi Amin, Pol Pot, Mao Tse Tung, etc..
¿Entonces, cómo podríamos calificar a los miembros del cuarto poder, “Poder Moral” de la Quinta República de Venezuela, llamada pomposa y oficialmente República Bolivariana de Venezuela, como si Simón Bolívar fuera culpable de los desmanes y atrocidades que se cometen en nombre de una supuesta revolución que se caracteriza por ser antiimperialista pero neoliberal, que se caracteriza por ser participativa pero en donde el Poder es único y dice “te participo que(…)”.?
Estado de Derecho
La política del estado de Derecho nace con la revolución industrial como norma o sistema ético-moral del desarrollo armónico del Estado. En otras palabras, la modernidad, a partir del S. XIX requiere de reglas jurídicas claras para A) el entendimiento entre los ciudadanos; B) garantizar la libertad de comercio; garantizar el comercio internacional; C) Desarrollar a las naciones en forma armónica. Para lograr esto se necesitaba la independencia unitaria de los tres poderes del Estado que habían visualizado Locke y Montesquieu: Poder Ejecutivo, cuya misión era garantizar la administración civil y el control de las fronteras; el Poder Legislativo, cuya misión es la de crear leyes y de monitorear a los demás poderes sirviendo como poder contralor; y, C) el Poder Judicial cuya función es garantizar el Estado de Derecho mediante la correcta aplicación de las leyes. Si bien la idea de Montesquieu se transformó en una regla de los Estados modernos, esto no, necesariamente, significa que no puedan existir otros poderes.
Es así como la Constitución Bolivariana de Venezuela (1.999) establece dos nuevos Poderes (que supuestamente blindarían el Estado de Derecho) lo cuales en la letra son independientes pero, en la realidad, son controlados por el Poder Ejecutivo, como lo son el Poder Legislativo, el cual actúa como un bloque oficialista siguiendo los dictados de Hugo Chávez (quien visita La Habana cada 15 días para recibir instrucciones de Castro) cada vez que haya que votar alguna Ley y que, continuamente, cambia el Reglamento Interno de la Asamblea Nacional para impedir que la oposición ejerza sus derechos legislativos, y lo mismo sucede con el Poder Judicial, controlado totalmente por el Poder Ejecutivo, con una mínima oposición y, donde más del 75% de los jueces son “suplentes” que, además, no cumplen con los requisitos establecidos por Ley, para ejercer el cargo, lo mismo que muchos de los Magistrados oficialistas, quienes no están cualificados para serlo.
Estos nuevos Poderes en Venezuela son El Poder Moral, conformado por el Consejo Moral Republicano, cuyos cargos o magistraturas son ejercidos por el Fiscal General de la República, Isaías Rodríguez, quien fuera, abogado de los sindicatos textiles, los cuales poco a poco desaparecieron debido a que su representante y defensor legal nunca logró ganarle un juicio a los empresarios; Rodríguez fue también diputado por el Movimiento V República, partido oficial creado por Chávez, fue miembro de la Asamblea Nacional Constituyente, propuesto por Chávez, y Presidente del partido oficialista y, actualmente, miembro de él porque nunca renunció a su militancia, por lo cual se podría decir que ejerce una magistratura en forma ilegal de acuerdo con la misma Constitución y Leyes que él debe respetar y defender.
Otro miembro de este Consejo Moral Republicano es el abogado Germán Mundaraín, ex guerrillero marxista en los setenta, y actual Defensor del Pueblo, organismo que debe velar por los Derechos Humanos, los cuales son violados constantemente por el gobierno nacional y muchos de los regionales que son miembros del oficialismo central, representado en los partidos Movimiento V República (MVR), partido Patria Para Todos (PPT), Partido Comunista (PCV) y PODEMOS, un partido que nace de la última división del Movimiento Al Socialismo (MAS) que es opositor. Mundarain, por cierto, fue un acérrimo defensor de la acción de los tribunales civiles en contra de los tribunales militares; a él se le debe sin duda, que la Constitución del 99 establezca que los tribunales naturales de los civiles sean los tribunales ad-hoc y jamás los militares, cuestión que en la actualidad el defensor del pueblo desconoce totalmente, pues es contrario a la “revolución”.
El más sombrío y menos conocido miembro del Consejo Moral Republicano es el Contralor General de la República, abogado y economista Clodosbaldo Russián, quien sirvió durante treinta años a todos los gobiernos que hoy él califica como antidemocráticos, escuálidos y pro-imperialistas, al igual que sus colegas en el Consejo Moral.
Estos individuos actúan como si fueran miembros del gobierno castrista de Cuba. No les importa ni las leyes ni la Constitución. Han hecho la vista gorda, mirado para otro lado, cuando de violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno se trata, o cuando suceden delitos de mal uso de los fondos públicos, enriquecimiento ilícito, de las malversaciones y peculados y mala administración por parte del presidente Chávez y sus ministros.
Este mal llamado Poder Moral, que sólo cumple el mandato presidencial y no popular, trata, por todos los medios, de asustar a los magistrados honestos que quedan en el Tribunal Supremo de Justicia, al acusarlos de “falta grave” por haber fallado, su Sala Electoral por tres votos a dos, a favor de la inclusión de más de 800 mil firmas del proceso Revocatorio del mandato de Chávez, como firmas válidas, las cuales habían sido imputadas de ser firmas “planas”, es decir de haber sido llenados los datos de los firmantes por una misma mano (no así las firmas), cuestión completamente irrelevante pues la Ley Electoral habla de firmas y no de datos. El TSJ ordenó incluir esas firmas como validas y sin embargo el Poder Electoral, conocido como Consejo Nacional Electoral, cuya mayoría es de dos a uno a favor del gobierno de Chávez, no acató la resolución y obligó a los firmantes a reparar sus firmas. Estos lo hicieron y nuevamente la oposición comprobó que las firmas sí eran buenas y por lo tanto Chávez debe ir a un proceso revocatorio de su mandato el 15 de agosto, obviamente si Fidel Castro no ordena otra cosa.
El problema moral del Poder Moral
Para Rousseau la voz moral tiene que ver con la forma de ser un individuo cuando entra en relación con los demás para actuar y vivir. También se requiere la intervención de otros para configurar ese modo de ser y a esa intervención se la califica de educadora.
Por otro lado, anteriormente Aristóteles no concebía que un individuo pudiera desarrollarse sin los otros seres humanos, esa mediación y convivencia es fundamental.
Para Aristóteles la educación del carácter es siempre moral, lo cual es el sentido que le da Rousseau porque no piensa en un individuo sin esa relación con los otros; (…) “ser hombre en plenitud es ser bueno y ser ciudadano, buen ciudadano, lo que conduce a vivir bien”.
Una virtud, decía Aristóteles, puede perderse por un vicio. Obviamente el vicio de nuestros actuales gobernantes es el poder por el poder, el cual trae implícito el enriquecimiento rápido y la irracionalidad de pensar que el poder es infinito.
Ahora bien, si consideramos estos clásicos fundamentos, sin caer en mayores abstracciones como la moral católica o la moral luterana, ¿cómo podríamos definir la moral de un Poder Moral? – ¿Por sus hechos, por sus representantes, o por ambos?
Si consideramos que el Poder es una cuestión ética, obviamente deberíamos estar de acuerdo en que sus límites son las reglas impuestas por la moral y que esta se sustenta en varios factores, tales como valores tradicionales, valores de moda, valores naturales, valores religiosos, etc..
Si consideramos que durante cinco años el gobierno de Chávez ha tratado de establecer un gobierno cuya característica no es otra que la creación del caos, de la ingobernabilidad y la prevaricación, mediante la invención o creación de confrontaciones políticas y armadas, en donde las armas las tienen sus partidarios y no la oposición, fácilmente podríamos concluir en que no existe el tal Poder Moral pues el Consejo Moral Republicano (Revolucionario) no cumple con sus funciones ni objetivos.
El caso, por ejemplo, de este organismo en contra de tres magistrado del TSJ (en su Sala Electoral) es una muestra reciente y flagrante de la amoralidad de dicho Consejo Moral pues sus miembros saben que no podían admitir la denuncia presentada por el diputado oficialista (PODEMOS) Ismael García, quien además está incurso de una serie de investigaciones por presuntas malversaciones cuando el fue alcalde de un municipio del estado Aragua, por tratarse de un miembro de la Asamblea Nacional que, posteriormente, deberá tomar decisión sobre el caso; y, obviamente, no puede existir esta dualidad, en que miembros del poder legislativo, o de otro poder, puedan fungir como “juez y parte”. Por otra parte, de removerse a los magistrados “juzgados” por el Poder Moral, se consumaría un delito que puede, fácilmente, ser condenable por la Corte Interamericana de Justicia y por la Carta Democrática de la Organización de los Estados Americanos – OEA.
Hay otros ejemplos, como el hecho de que los asesinos del 11 de abril del 2001 que dispararon impunemente en contra de inermes ciudadanos que protestaban en contra del gobierno fueran absueltos por los tribunales amañados del régimen. La Defensoría del Pueblo, ante este atropello, no hizo nada, como nada ha hecho a favor de los presos políticos del régimen: estudiantes, comerciantes, obreros, generales, oficiales y suboficiales de la Fuerza Armada, periodistas, etc.. los que en la actualidad suman más de dos centenares de individuos; tampoco, se ha hecho ni dicho nada por los allanamientos sin órdenes judiciales, el uso de tribunales militares para enjuiciar a civiles, la persecución a los empleados públicos que no son afectos al régimen, la persecución a los maestros de escuela y profesores de liceos, etc..
En el plano económico todos los delitos imputados al régimen han sido ignorados tanto por la Contraloría como por la Fiscalía. La empresa nacional Petróleos de Venezuela S.A. ha traspasado reservas multimillonarias en dólares al Ejecutivo Nacional en forma totalmente ilegal sin que actúe ni el Banco Central de Venezuela ni los organismos contralores; miles de millones de dólares se perdieron del Fondo de Inversión Para la Estabilización Macroeconómica – FIEM – , ni nada se ha hecho para investigar al gobierno por la ceración de un presupuesto nacional paralelo al aprobado por la Asamblea Nacional que, obviamente, carece de control.
La lista de inmoralidades es larga, así como la lista de omisiones y complicidades de este sumiso cuerpo de magistrados del Poder Moral Venezolano.
Finalmente, estos individuos, carentes de toda autoridad moral, son complices de la destrucción del país en tres frentes: a) el económico, b) el social, y c) el político.
Será tarea del próximo gobierno venezolano, el cual deberá ser transitorio, responsable política y socialmente, exigir a todos estos individuos una declaración de bienes y una respuesta a sus omisiones y juzgarlos, junto a algunos de los miembros del Poder Judicial, Legislativo, Electoral y Ejecutivo por los crímenes políticos, de lesa humanidad y crímenes económicos cometidos en Venezuela bajo la guía del dictador cubano.
*Politólogo