¿Es el ser humano más poderoso que la naturaleza?
(%=Image(1373448,»L»)%)
Recientemente las autoridades chinas vocearon su preocupación sobre el hecho de que la actitud consumista de sus mil 300 millones de habitantes; quienes desean poseer más vehículos y otras comodidades, podría hacer imposible alcanzar las metas fijadas para contrarrestar el calentamiento global—y la Unión Europea se prepara en estos momentos para poner en efecto sus nuevas regulaciones sobre la emisión de “gases invernadero” a la atmósfera, que también reflejan una creencia en que el calentamiento global tiene orígenes antropogénicos.
¿Pero están basadas esas creencias chinas y europeas en una sólida realidad científica? Yo creo que no.
En primer lugar porque esas creencias implican que el ser humano es más poderoso que todos los océanos, lagos, ríos, selvas tropicales y sabanas de todo el mundo sumados juntos, en su capacidad de producir “gases invernadero”—el más poderoso de los cuales es el vapor de agua, que es producido cuando la luz solar y los vientos producen evaporación en los cuerpos de agua, y las plantas transpiran. A esto habría que añadirle la capacidad de la radiación solar para calentar la atmósfera terrestre y las de los restantes planetas del Sistema Solar.
¿Es realmente el ser humano más poderoso que esas fuerzas siderales y naturales? ¡Por supuesto que no!
El vapor de agua existente en la atmósfera terrestre es responsable en aproximadamente el 95 por ciento, de la temperatura promedio que se observa en ella—que es producida cuando los rayos solares son reflejados, refractados y absorbidos por los diferentes gases que componen la atmósfera, así como por la radiación infrarroja que se produce cuando los rayos solares que logran llegar a la superficie terrestre rebotan hacia la atmósfera en forma de ondas de calor (rayos infrarrojos)—que son temporalmente absorbidas por el vapor de agua y los restantes gases que constituyen la atmósfera terrestre; especialmente el vapor de agua.
¿Dónde están las cifras de los ambientalistas que comparan la capacidad del vapor de agua de actuar como “gas invernadero” con la capacidad de los seres humanos de producir otros gases que también actúen como “gases invernadero”? ¿Dónde están las cifras de los ambientalistas sobre la cantidad de vapor de agua que las actividades humanas han lanzado hacia la atmósfera terrestre desde comienzos de la Revolución Industrial (1850) hasta el presente? ¿Por qué no las publican? ¿Cómo se comparan esas cifras con la cantidad de vapor de agua que la naturaleza ha lanzado a la atmósfera terrestre durante el mismo período?
Seguir empeñados en intentar frenar los procesos productivos de todo tipo de bienes y servicios, con el cuento de que debe limitarse la emisión a la atmósfera de gases invernadero—sin considerar entre ellos al vapor de agua—es un error que sólo conducirá al incremento de los precios de todos los bienes y servicios que se producen, mientras el calentamiento global producido por la naturaleza terrestre y el Sol, continúa indetenible.
¡Respondan ambientalistas! ¡Hablen científicamente sobre el papel que juega el vapor de agua en mantener la temperatura promedio de la atmósfera y la superficie terrestres!
