¡Entremos en la campaña!
Para decirlo claramente desde la primera línea: los que nos oponemos a que nuestra sociedad adquiera carácter totalitario, tenemos que entrar en forma inmediata en la campaña, con o sin candidato único. Faltan menos de cinco meses para el 3D y la iniciativa política esta enteramente en el campo del adversario. El teniente coronel devenido presidente dicta los temas, ya sea con voz y aparición propias o a través de sus portavoces. Cada día que pasa sin una regia respuesta a la provocación que se nos lanza es perdido en términos de la campaña.
¡Veamos unos ejemplos! Hace muy poco tiempo, el supremo anuncia, uniformado y KALASHNIKOV en mano apuntando a un camarógrafo, que revisará las concesiones de las estaciones de TV y radio después de su victoria. La sociedad reacciona como si esta amenaza no estuviera dirigida contra ella, un paso en la consolidación del totalitarismo, sino contra los propietarios de los canales y estaciones privados.
Pocos días después reúne unos 15.000 jóvenes del Frente Francisco de Miranda en el Poliedro, declara que son los “revolucionarios del futuro” y les promete armarlos con KALASHNIKOVS de la próxima remesa que le hará Rusia. Pero no es todo: avisa también que hay otros 5.000 jóvenes en Cuba, entrenándose física, psíquica, ideológica y militarmente, y que enviará otros 5.000 cuando los que están allá volverán. El mando de este Frente lo tiene el, al igual que de los Reservistas y las Guardias Territoriales. Ni los unos ni los otros están insertos en la estructura de la Fuerza Armada institucional del Estado. Todos reaccionamos, pero individualmente, en vez de ir con nuestros jóvenes a la calle y repudiar este siniestro Frente. Ni los militares profesionales protestan.
Con motivo del 5 de Julio promete que comprará más armas modernas, como aviones de combate y helicópteros y misiles. Algunos de los aparatos sobrevuelan ruidosamente la ciudad, como para transmitirnos temor y angustia. El día de celebración de nuestra Independencia lo convierte así en un día de profundización del odio. Una vez más, nuestra reacción como sociedad es cosa de cada individuo.
El 28 de junio, su ministro de educación y deporte anuncia la transformación de la educación (maestros incluidos) en el instrumento de sembrar la ideología que sostiene el totalitarismo en las niñas y los niños y adolescentes, para que ellos lleven adelante la revolución y, sobre todo, el “socialismo del siglo XXI”. Un día antes manda su ministro de educación superior a amenazar con quitarles a las universidades autónomas esa garantía de la libertad del pensamiento, de la creación y de la generación de conocimientos, al enviar las tropas de choque del Sindicato de Empleados y Trabajadores al Rectorado de la UCV a secuestrar las autoridades, unos 30 profesores y los empleados que allí laboran. La reacción de la sociedad se limita a las graduandas y los graduandos de ese día, pero se desvía en arrechera contra autoridades y profesores por la tardanza del acto de entrega de títulos.
¡Basta ya! La oposición-disidencia-resistencia tiene que asumir una actitud proactiva, no reactiva ni mucho menos individualmente reactiva. Es indispensable que reconquistemos las calles, que manifestemos, que traduzcamos nuestras angustias y traumas y miedos en acciones contra angustias, traumas y miedos. Es urgente que desenmascaremos las mentiras prácticamente cotidianas del régimen – valgan dos pequeños ejemplos: La viceministro Mari-Pili Hernández declara ante el (nuevo) Consejo de Derechos Humanos de la ONU que “nuestro país tiene el honor de haber sido declarado oficialmente por la UNESCO como un territorio libre de analfabetismo”, lo cual trata de confirmar un periodista ingles con la Jefa de la Sección de Información Publica de la UNESCO, recibiendo la respuesta que esa Organización nunca ha emitido semejante juicio; y el Instituto Nacional de Estadística inventa cada día nuevos métodos para reducir las cifras reales de pobreza, de desempleo, del sector informal y otros indicadores.
Es absolutamente necesario y no puede esperar que, como pueblo, nos plantemos ante quien quiere someternos a la oscuridad del totalitarismo y le digamos NO. Ello implica desde luego también que incluyamos en este NO las condiciones que el supremo le manda al CNE a imponer para las elecciones en las cuales quiere meternos los celebres 10 millones…
En lo que el oficialismo llama “la cuarta”, había a estas alturas del periodo pre-electoral desde hace tiempo debates entre los candidatos, discusiones publicas sobre contenidos de políticas sectoriales, la orientación global de la marcha del país en el próximo periodo constitucional, marchas y manifestaciones, esto es: lo que se llama una campaña. Sobre todo no había ninguna duda de que la mayoría de los venezolanos iba a votar – la primera abstención de dos dígitos fue en 1979 con 12.4 %, y hasta en 1988, cuando la frustración, la crisis de representatividad de los partidos y de legimidad del Estado ya fueron notables, la abstención no superó el 18 %. En las numerosas elecciones y consultas de los tiempos de Chávez había una sola con una abstención por debajo de 40 %: el RRP, todas las demás tenían hasta 80 %. Hoy, la abstención amenaza con ser elevada el 3D. ¿Es por falta de un a candidato único o de un claro enfrentamiento al régimen y una propuesta de país?