En torno a los resultados del domingo 15
Desde que ganó Chávez Frías en 1998 me he opuesto a su Gobierno por diversos medios; tratando de organizarme con otros ciudadanos para defender nuestros derechos, escribiendo como un loco o reflexionando en blanco y negro, trabajando y desde hace nueve meses me he involucrado mucho más intensamente, de manera abierta y sin disimulo en la oposición al régimen de Chávez Frías. Toda mi capacidad de análisis, de escribir, de hablar, la puse al servicio de esa causa. Sin escatimar tiempo, todo el que no dediqué a lo básico para vivir, lo dedique a oponerme y a trabajar activamente por lograr que ayer fuera otro el resultado de la jornada… No fue posible o no fue suficiente. Pero en todo caso esas son mis fallas, que no me pueden impedir reconocer y agradecer a todos mis conciudadanos por su esfuerzo, sacrificio y voluntad de cambiar este estado de cosas.
La OEA y el Centro Carter
La declaración de la OEA y el Centro Carter, anunciando que sus informes y datos coinciden con el boletín oficial del CNE y que hasta ahora ellos no han encontrado elementos de fraude, nos dejan con un sabor amargo y hacen más difícil cualquier alegato que presentemos. Pero es necesario que nosotros entendamos primero y lo pongamos en su justo término y podamos explicar que fue lo qué vieron la OEA y el Centro Carter, en qué consisten sus datos e informes, para que no sigamos endiosando ni satanizando a la comunidad internacional.
Básicamente lo que ellos hacen es un “conteo rápido”, que consiste en seleccionar una muestra estadísticamente representativa de mesas, observar el desarrollo de las mismas y al finalizar el día recoger la información de resultados, transmitirla por vía telefónica y así obtener de manera rápida una proyección de los resultados. Eso les permite evaluar si lo que anuncia el organismo electoral esta ajustado o no a la realidad. Si las actas de escrutinio reflejan bien la voluntad del elector, el conteo rápido es un procedimiento, estadísticamente inobjetable e indiscutiblemente útil —sobre todo cuando tienes un árbitro que respete medianamente las reglas del juego— pero pierde toda su fuerza como instrumento cuando de lo que se duda es precisamente del acta de escrutinio que les sirve como base tanto al organismo electoral, como a los que realizan el conteo rápido. En este caso, como bien sabemos, los resultados que podían reportar eran los que arrojaba la máquina.
Fraude Continuado
Yo solo puedo decir que tengo la certeza moral de que hubo un inmenso fraude, aunque no tenga esas “pruebas” evidentes y contundentes que nos piden la OEA y el Centro Carter. Es más, tuvimos dos fraudes, uno seguramente electrónico, cometido el domingo 15 con los resultados en las mesas, a través del cual se tergiversó la voluntad de los electores y otro compuesto por cientos de irregularidades y violaciones de la Ley por parte del actual CNE, comenzando por la forma en que fueron nombrados por el TSJ, siguiendo con todas las trampas que hicieron durante el proceso de recolección y reparación de firmas y concluyendo ahora con cosas como la forma en que manejaron el REP, la elaboración de los cuadernos de votación, el cambio a última hora de los miembros de Juntas Municipales, el cambio de los miembros de mesa, la asignación y distribución de las “caza huellas”, además de su utilización en si, etc. Sobre este tema, de cuyos aspectos parciales ya he hablado, no repetiré, por ahora. Volveré sobre ellos en su momento.
Ahora, tal como nos hizo el CNE a nosotros —yo fui de los que tuve que “reparar” mi firma y demostrar que sí había firmado— le toca al CNE demostrar, permitiendo que se cuenten los comprobantes de los votos, que el escrutinio que nos da es verdadero. Ahora le toca al CNE demostrar que la auditoria posterior, después de cerradas las mesas, sí se hizo, que es válida y que estuvo ajustada a normas mínimas de auditoria.
Y la certeza de la existencia de este fraude, del que estoy convencido, se debe a que sin remontarme mucho más atrás en el tiempo, lo que viví el último mes y medio, trabajando en el equipo de capacitación de la CD, no lo soñé. Lo que todos vimos y vivimos los últimos días, especialmente desde la gigantesca concentración en la Autopista del Este el jueves 12 de agosto, hasta las 7 horas que pasé votando el domingo 15, tampoco lo soñé. Tampoco soñé los testigos con los que me tocó relacionarme personalmente en la zona de Higuerote-Rio Chico o en Filas de Mariches, por solo citar dos sitios en los que me tocó trabajar en capacitación, que a todas luces no eran “oligarcas”. Sin desconocer cosas evidentes del apoyo popular de Chávez Frías, que nadie me venga ahora con eso de que los pobres están de un lado y los ricos de otro; que una cosa es Altamira y otra es Catia, que en las barriadas populares hay alegría y en las urbanizaciones tristeza, etc. Eso de los pobres están con Chávez Frías, sobre todo después de haber visto las caravanas en carros rústicos lujosos de los partidarios del NO, los toldos con mesas, sillas y equipos de sonido en las urbanizaciones, contrasta con las organizaciones en sectores populares para defender el SI y las colas, en esos sectores populares, votando por el SI. Tan miopes son los que no ven eso, como lo podemos ser nosotros sino admitimos que la oposición a Chávez Frías tiene un gran componente que proviene de clases medias y medias altas.
Reflexión sobre resultados y cifras
Con respecto a los resultados, puedo equivocarme en mis análisis políticos y apreciaciones sobre la realidad, pero la equivocación no es de la magnitud que dicen las cifras que nos quieren dar por validas.
Por ejemplo, no puedo creer, después de lo que vi en los centros de votación, que la abstención que arroja el primer boletín del CNE sea de 38,96%, escrutadas ya el 94,49% de las actas de los centros automatizados. Sobre la abstención —que advertí que era uno de los enemigos a vencer— no hay ningún análisis serio reciente, pero si estos datos de abstención son ciertos, a juzgar por la información que también maneja la oposición y Súmate, es hora de que nos empecemos a preguntar de manera seria ¿Por qué la abstención se nos sitúo por encima del 35% desde 1993 y de allí no baja? ¿Es que a 5.5 millones de venezolanos no les importan lo que pase en el país? Tampoco puedo creer que Chávez Frías, tras lo ocurrido en el país en los últimos cuatro años, haya tenido un incremento del 32,83% sobre su votación absoluta del año 2.000. No puedo creer que la CD haya obtenido apenas un incremento del 3,07% sobre las firmas que entregó para solicitar la convocatoria del referendo. No puedo tampoco creer que los resultados hayan estado exactamente al revés, de lo que nos daban los resultados de encuestas, exit polls, reportes desde los centros, informes de testigos sobre afluencia de votantes, etc. No puedo creer que el SI haya perdido en algunos estados en los que el CNE dice que perdió.
El futuro inmediato
Lo anterior es una primera reflexión, en torno a los resultados. Faltan muchas más, pero no podía dejar de escribir hoy sobre lo ocurrido. La segunda reflexión es sobre el futuro, el inmediato, hoy y mañana, y el más mediato, una vez asimilado este leñazo, para continuar la lucha. Apenas toco algunos temas sobre los que debemos seguir reflexionando.
En 1998 escribí un artículo —Reflexiones Alrededor del Triunfo de Chávez— en el cual dije: “La derrota es huérfana, la victoria tiene muchos padres. Desde hace algunos meses hemos visto como algunos empresarios, hombres de negocios, intelectuales y políticos han comenzado a pasarse a las filas del «chavismo»; otros lo harán precipitadamente en los próximos días y meses. A otros, no nos queda sino reflexionar sobre esta derrota contundente que nos dio el pueblo venezolano.” Hoy puedo decir exactamente lo contrario. Hemos visto como hombres de negocios, intelectuales y políticos dieron lo mejor de sí, arriesgaron carreras, negocios y fortunas por embarcarse con nosotros en esta lucha. Y debo afirmar, con pruebas a la vista de todos, que ahora le toca a Chávez Frías reflexionar con la demostración contundente que dio el pueblo venezolano de que también acompaña a la oposición. Sobre los “resultados”, ya lo dijo una vez otro déspota, el dictador de Nicaragua, Anastasio Somoza: “Una cosa es ganar las elecciones, otra cosa es ganar los escrutinios”. Ayer la oposición, los ciudadanos, el pueblo, ganamos las elecciones… pero el Gobierno con su CNE, nos ganó los escrutinios. Las “revoluciones” si se cuentan, pero “ganan” los conteos.
Ahora vienen momentos difíciles y no me refiero solo a las horas más inmediatas. Difíciles para todos, es verdad, pero especialmente para los que ya están presos, para los que tienen una causa en los tribunales esperando por la jauría, para los que estuvieron más expuestos públicamente en esta lucha, y para los que no estuvieron tan expuestos públicamente, pero que el régimen sabe quienes son y los conoce. Ya sabemos la receta, no será diferente a lo vivido recientemente: atemorización, chantaje, compra de conciencias y silencios.
Tampoco escatimará el régimen en otra de sus armas favoritas: divide y reinarás. Así vendrán los “buenos y los malos” dentro de la oposición; “bueno” el que sigue al régimen sin cuestionar nada, “malo”, traidor y enemigo el que lo adversa. Del lado de la oposición igual. Saldrán los “yo lo dije” a vender sus fórmulas mágicas y los análisis fáciles, esos que tienen todo claro, sobre todo después que las cosas pasan. Que mientras las cosas pasaban hacían poco más que denunciarlo por estos medios o los de comunicación en general. Pero sí la CD no lo que debía, ¿Por qué otros no lo hicieron? ¿O es que necesitaban el permiso de la CD y su visto bueno? Y si lo hicieron, ¿Por qué el pueblo no los siguió a ellos? ¿De eso también tiene la culpa la CD o es de ellos por no saber o no poder o no tener un mensaje y una propuesta convincente? Hoy tenemos frustración y críticas; criticas amargas, pero a juzgar por lo que estamos viendo, ni siquiera los que critican se dedicaron a organizar a la población para este momento. Siempre con “reservas” con quienes sosteníamos y sostenemos que las vías son las democráticas, cuando en realidad eran tan “cómplices” como nosotros, pero sin exponer su pellejo e imagen.
Por supuesto que se impone un proceso crítico y auto crítico sobre muchos temas, pero debemos tener cuidado en no hacerles el juego y seleccionar un blanco fácil, que ahora, como siempre, es la CD y los partidos o políticos en general. Esa historia también la conocemos. Toca ahora hacer lo que no hicimos, organizar de manera seria la resistencia civil a un régimen despótico que se alza cada vez con más poder. Y digo que toca ahora hacerlo pues es evidente que no se hizo, a juzgar por la incapacidad de movilizar a la población de manera eficaz frente a lo que está ocurriendo. Por denuncias nunca nos quedamos cortos, el problema siempre es organizar las cosas de manera efectiva. Por supuesto eso —si es serio— no es tema que se deba desarrollar en detalle por esta vía.