En el mismo sitio…
El presidente Chávez haciendo uso de su acostumbrada elocuencia, nos dejó saber «los avances» de su padecimiento». Nos ha dicho que ahí, en el mismo sitio, donde estuvo la pelota de beisbol, ha reflotado otra de menor dimensión, pero apreciable peligrosidad, habida cuenta de la reincidencia del «escuálido» mal.
Muchas cosas siguen en el mismo sitio. Un discurso divisor y destructivo, impregnado de reflujos antihistóricos que se riñen con el gentilicio de la venezolanidad… En su mismo sitio reposa una infatigable violencia que ha minado la paz y la confianza grupal… La amenaza, el miedo y el chantaje, siguen en el mismo sitio, increpando la sumisión y el vasallaje. Su CNE, su TSJ, su Defensoría del Pueblo, su Contraloría, su Pdvsa, sus milicias y sus egos, siguen en el mismo sitio… Perpetuarse en el poder por sí o por sucesor, sigue siendo el plan, como sigue en sitio, el insulto, la ofensa y la descalificación. Trece años de gobierno y más de 400% de inflación, pérdidas millonarias en alimentos, obras inconclusas, viajes, banquetes, trajes y cadenas, siguen en su mismo sitio… Millones de hectáreas expropiadas, pastan improductivas en su mismo sitio; como no han cambiado de sitio (en el cementerio), miles de inocentes caídos por causa de la impunidad y la confrontación inagotable… Los perseguidos y los presos políticos, siguen en su mismo sitio tras las rejas, excluidos, moribundos y humillados.
Yo para nada me alegro que el tumor insista en reaparecer en el mismo sitio. Pero tanta aversión no ayuda. En su mismo sitio, sigue acumulando rencor, tirria y revancha, en momentos que la mala voluntad -como decía la abuela- deben estar fuera de sitio, ¡fuera del alma! Venezuela va peor que hace 13 años, que hace 50 o que ¡hace 100! El país se postra con Ud. en el mismo sitio, dolorosamente divido, sorprendentemente empobrecido e injustificadamente desecho, sin que sus ideales vetustos, hegemónicos y decimonónicos, no cesen de echarle la mano a nuestro petróleo, para dejar su proyecto en el mismo sitio.
En el mismo sitio dejó a los damnificados, a los pensionados, depauperados y decepcionados, mientras Ud. se despedía rumbo a su tierra posnatal (Cuba), entre coplas, versos y canciones. El pueblo quedó impávido preguntándose, ahora quién podrá defendernos, porque ni a los suyos Ud. tuvo el gesto de anticiparle un legatario, y menos decirle en qué sitio se alojó el cáncer, para a lo menos, sanar el clavo de la duda, nivelar la carga y alivianar el espíritu.
Pero así son Uds., revolucionarios y patrioteros. Misteriosos y bizarros. Privilegian su poder y su sitio, antes que el propio amor que le profesan y el perdón que adeudan, por lo cual todo seguirá igual, ¡en el mismo sitio!