Opinión Nacional

El último apaga la luz

“En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida”. – Federico García Lorca

Las evasiones y las fugas de los presos políticos en Venezuela y en otros países, han pasado a ser parte del folclor. Recuerdo, por ejemplo, la fuga del ex ministro de Allende, en 1973, José Cademártori, quien, por cierto, fue profesor de economía en la UCV, de manos de los esbirros de Pinochet. Cademártori (quien a pesar del apellido italiano, le decían el negro, por tener la piel oscura), se le ocurrió teñirse el pelo, para poder escapar. Pero, el compañero que le compró el tinte, no sabía nada de eso. Efectivamente, José se tiñó el pelo y éste se le volvió completamente azul. Al salir a la calle, obviamente, todo el mundo lo miraba y de esta manera, al llamar tanto la atención, se lo llevaron preso por gay (en ese tiempo se decía “marico”).

Evasiones famosas en Venezuela fueron las de Teodoro Petkoff, a quien el fascismo hoy acusa de ser agente de la derecha; Pompeyo Márquez (se le acusa de lo mismo), Gabriel Puerta, también acusado de traidor al proceso, Pablo Medina, lo acusan de agente de la CIA y, como es un gran amigo de Lula, ahora lo deben acusar como “agente del metanol del imperio, brasileño”. Otros famosos fugados fueron Américo Martín y Douglas Bravo, quienes también de grandes revolucionarios han pasado a engrosar la lista de los “traidores”, y para que decir de Domingo Alberto Rangel, a quien ahora tildan como agente jefe de la CIA, en Venezuela.

Otra evasión espectacular, que viene a mi memoria, nos sucedió en tiempos de Margaret Tatcher, la Dama de Hierro. Hicimos una marcha en la ciudad de Glasgow, en Escocia, protestando por el incremento de la cesantía. Esta marcha estaba organizada por el TUC y el Partido Comunista Escocés. La policía nos llevó detenidos a unas 25 personas. Nos metieron a un calabozo, por supuesto sin barrotes (muy británico). Un compañero detenido comenzó a mover las ventanas, (habían tres) y de repente una se abrió. Salimos todos hacia la calle y nos evadimos así de fácil. Aún no habían registrado nuestros nombres así que no hubo consecuencias. Los periódicos escoceses hicieron un festín con la noticia.

En fin, en Venezuela,  hay que incluir a muchos más en la lista y en todos los gobiernos. Los gobiernos venezolanos se han caracterizado, todos, por tener siempre las cárceles con algún grupo de presos políticos, con excepción del gobierno revolucionario bolivariano: éste no tiene presos políticos sino que políticos presos según el tratadista en derecho penal y derechos humanos, Isaías Rodríguez. (por este parecido, siempre a un nuevo gobierno se le dedica la canción de “Juanga”, “Te pareces tanto a mí”, aunque el actual gobierno no es tan nuevo, va a cumplir nueve años, récord en América latina contemporánea).

En la lista de prominentes evadidos tenemos a Carmona Estanga[.1] (“el Breve”) quien según dicen las malas lenguas se fugó (23 de abril de 2004)  de su apartamento cinco estrellas disfrazado de aya (será por eso quie los custodios de la DISIP decían “allá va, allá va” y nadie les paraba); Carlos Ortega, Presidente de la CTV también se evadió de la cárcel, (13 de agosto de 2006) aunque, en realidad, su escape debe ser considerado como fuga pues ya estaba condenado por feo a 15años de presidio.

Ortega se fugó de la Prisión Militar de Ramo Verde junto con los coroneles Jesús Farías y Darío Farías y el capitán Rafael Farías, como puede verse, se fugó toda la familia Farías.

La penúltima evasión de un “político preso” fue la del ex gobernador del estado Yaracuy, Eduardo Lapi, considerado por cierto como el mejor gobernador que ha tenido un estado venezolano; decimos la penúltima, porque aún hay muchos presos políticos, perdón, políticos presos, que deben estar haciendo cola para evadirse.

El actual Ministro de RR. Interiores y de Justicia, el capitán Pedro Carreño, (si, ese mismo personaje que dijo que Montesinos había muerto y que Direct TV nos espiaba en nuestros hogares, obligándome a cambiarme a Intercable pues, yo soy un creyente de todo lo que dice el gobierno), señaló en rueda de prensa, que con la fuga de Eduardo Lapi y Carlos Ortega quedó en evidencia que Venezuela presenta, “ fallas de controles, hay fallas de supervisión, hay fallas en los procedimientos” del sistema carcelario del país, en donde anualmente son ejecutados extrajudicialmente cientos de reos y presos, en donde hay fugas y evasiones diarias, que con esto de la campaña de ahorro de energía, los reclusos cuando se van del recinto por medio de una evasión en grupo o solos, o cuando hay una fuga (día por medio), mediante la construcción de unos túneles que ya los quisiera tener el sistema ferroviario por lo avanzado de su técnica y rápida construcción, le piden al último de la cola de evadidos que apaguen la luz: “el último apaga la luz”, y de esta manera cumplen dos propósitos: los guardias piensan que los reos están durmiendo y los “inmates” como dicen los gringos, colaboran con el ahorro energético del país, pues todos ellos están con la “robolución”.

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